¿Así se siente amar? (Billdip)

Capítulo 3.- PROVISIONES

Dos meses pasaron desde que habia empezado aquella era de oscuridad y locura, las provisiones se agotaban y la ansiedad aumentaba.

Habian aceptado a cualquier criatura que necesitara refugio, siempre y cuando aportaran alguna ayuda, tal como comida, habilidades, información, objetos y/o apoyo incondicional, no podían darse el lujo de mantener a alguien que no contribuyera y, al contrario, causara problemas.

Durante ese tiempo Ford y Dipper no salieron de la cabaña, el científico para prevenir y al niño por miedo de que se lo llevaran.

Tenian reuniones todas las noches con el fin de que los temas a no tratar no se dieran a conocer al resto de los sobrevivientes, pues estos podían causar pánico.

La mayoría de los signos (pues Ford les había dado esa información desde un principio y los puso a cargo) se hallaban en lo que antes fue la ubicación del portal, el único que faltaba era Dipper, ya que si iba querría arriesgarse a salir.

Lo que no sabían era que el castaño se había percatado de las reuniones y ahora los estaba espiando.

- Las provisiones se están acabando, incluso si los racionamos más de lo normal nos quedarán cuatro días con alimento- informó Ford empezando la junta.

- Necesitamos medicinas, algunos se están enfermando y si no hacemos nada morirán- comentó ahora McGucket anotando en una libreta- ¿Qué proponen?

- Debemos enviar exploradores para iniciar una excursión segura- propuso Wendy, pues tenía experiencia en el tema.

- El último que enviamos jamás regresó, no creo que sea buena idea- recordó Soos.

- ¿Y si enviamos a Dipper?- habló la rubia recibiendo miradas desaprobatorias de todos.

- ¿Estás loca? Bill se lo llevaría apenas ponga un pie fuera- exageró la hermana del mencionado.

- Es precisamente por eso que debe ir, si ese triangulo lo quiere, no lo matará, además de que sabe defenderse- argumentó.

- ¡NO! ¡Prefiero mil veces que muera de hambre que a manos de ese demonio!- gritó el de seis dedos exaltado.

Un silencio sepulcral invadió el lugar, el ambiente se volvió tenso y todos agacharon la mirada incómodos.

El pequeño Pines que estaba observando se fue sin decir nada, no tenía ganas de discutir, muchos pensamientos invadían su mente sin cesar.

¿Y si Pacífica tenía razón y era el único que podía salir? Aunque eso significaba enfrentar a Bill Cipher ¿Y si lo atrapaba? ¿Qué podía querer de él? ¿Podría huir de su presencia? Los sobrevivientes dependían de eso, de él, de sus capacidades.

No lo pensó más y tomó tres mochilas vacías, su meta sería traer medicina y comida, salió por el techo para deslizarse por el tejado, aterrizar a un lado y pasar desapercibido, así nadie lo detendría.

Una vez que saliera de la barrera se valdría él solo, debía ser astuto, precavido y fuerte, solo importaba sobrevivir y proteger a su familia.

Por alguna razón no había ningún mounstro afuera además de los ojos con alas, los cuales esquivó con facilidad para escabullirse a lo que antes fue el centro comercial.

Algunas cosas daban indicios de sobrevivientes, debía ayudarlos, pero no era a lo que venía, su prioridad en esos momentos eran únicamente las provisiones.

Anestesias, vendas, jarabes, pastillas, alcohol, pomadas y otros objetos médicos ocuparon una de las mochilas. en las otras dos metió latas de comida, algún alimento que siguiera en buen estado, botellas de agua y cualquier cosa comestible que encontrara

Las bolsas pesaban y empezaba a sentirse observado, debía irse cuanto antes o estaría en problemas.

Lo que no sabía era que cierta figura de un ojo lo miraba atentamente, debía admitir que el chico comenzaba a volverse su obsesión, pero como no verlo cuando sentía algo especial emanar del castaño

- Esto se volverá interesante, Pino~- su risa era sutil, sus "amigos" no sabían si ese comportamiento era bueno.