Capítulo 2.- TRATOS

2.4K 256 127
                                    

- ¡Más rapido!- le gritaba un anciano de seis dedos a su hermano.

- Es dificil conducir enmedio de un apocalipsis, deja de presionarme, a ti te tocó el trabajo fácil- se quejó mirando un pequeño bulto en brazos de su gemelo.

- Lo sé, lo sé, pero estoy asustado, esa cosa pudo matar a nuestro sobrino.

- Ahora está a salvo, es lo que importa.

- No estamos seguros hasta llegar a la cabañ... ¡Cuidado!- el auto se detuvo de golpe frente a un demonio color amarillo.

- ¿¡De verdad creyeron que escaparian!? ¡Tienen algo que me pertenece! Pero si me lo dan por las buenas los dejaré ir-comenzaba a ponerse rojo, señal de lo molesto que estaba.

- ¡Dipper no te pertenece!- le gritó Stan.

- Respuesta incorrecta- chasqueó los dedos para desaparecer el vehículo y roderlos de llamas azules.

- ¡Vete o dispararé!- lo amenazó el de lentes con el arma que se había llevado el de ojos marrones.

- Sabes bien que no puedes, desaprovechaste tu ultimo tiro para salvar a Pino- argumentó flotando su alrededor.

- ¡Y lo haría de nuevo para alejarlo de ti!

- Vamos seis dedos, estaría más seguro conmigo que con ustedes.

- Pero más feliz con nosotros que contigo, además, cuando llegamos lo estabas matando.

- Se los repetiré una vez más- su voz se distorsionó un poco y se volvió de un rojo intenso- ¡DENME A PINO!- la tierra temblaba y el ambiente era pesado.

Los gemelos miraron al chico en brazos del menor de ellos removerse, estaba despertando y no sabían qué hacer.

- ¿Para qué lo quieres? Él no tiene nada que ver con esto y no te es de utilidad.

- Stanford... Siempre tan superficial- su color natural volvió al ver al chico abrir poco a poco los ojos- Ese niño me atrae de cierta manera, es divertido.

- ¿T-tio... ? ¿Donde estoy?- los mayores se vieron esperando que un milagro los salvara

- ¡Pino! ¿ Dormiste bien? Tus tios estaban por unirse a la diversión- reía al ver la confusión y sorpresa del joven.

No tardó en bajar de los brazos de sus tío, no hizo falta preguntar, sus miradas le dieron a entender qué sucedía.

- ¿Qué quieres, Bill?- preguntó el de cachucha con fastidio- ¿No te basta con casi matarme?

- Si hubieras aceptado no habría llegado a esos limites.

- No, gracias, no soy un cobarde y todavía tengo dignidad- lo miraba desafiante tratando de ocultar sus nervios- ¿Serías tan amable de dejarnos ir?

- Ese no es mi estilo, Pino y hay un tema que quiero conversar con seis dedos.

- La barrera...- murmuró el científico.

- Exacto, solo dime lo que quiero saber y quizás los deje con vida.

- No confío en ti, Cipher.

- Es eso o me entregas al niño...

- ¿Para qué lo quieres?- volvió a preguntar.

- Ya te lo dije, es divertido.

Antes de que el cientifico siguiera con la discusión vio a su sobrino haciendo señas para guardar silencio, a lo cual obedeció más que nada por curiosidad.

- Si me entrego...- comenzó a hablar- ¿Los dejarás libres?

- Si vienes conmigo y me juras tu total lealtad... podría considerarlo- vio al chico temblar nervioso.

- De acuerdo- el demonio apagó las llamas.

- ¿Tenemos un trato?- extendió su mano.

- ... No- una vez dicho eso y con un movimiento rápido le lanzó una piedra al ojo con el fin de distraerlo.

Tuvo éxito en su intención, así que no lo dudó y empezó a correr seguido de sus tíos, no les faltaba mucho camino, tenían las esperanzas de perderlo en el bosque y llegar a salvo a la cabaña.

Uno pensaría que, apenas recuperarse, el triángulo intentaría atraparlos, sin embargo, no lo hizo, una de sus mejores cualidades era la paciencia, había un momento para cada cosa y ya llegaría el tiempo de quedarse con el castaño, no tenía una razón especial para hacerlo, solo era interés.

- Ganaste esta vez, pero nos volveremos a ver, Pino~

Una suave visita se le escapó, aumentando a cada segundo hasta volverse una carcajada que hacía temblar la tierra y le helaba la sangre a cualquiera que lo escuchara.

Alguien debía detenerlo antes de que hiciera una locura.

¿Así se siente amar? (Billdip)Where stories live. Discover now