"Nunca"

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Un puño se estrella contra su mandíbula y la sangre salpica como gotas de lluvia a la multitud.

El gordo cae redondo al suelo y la desgastada campana de la victoria se cierne sobre el silencio sepulcral que se ha formado en el húmedo y lúgubre antro subterráneo.

Es increíble. No hay nadie que no haya estado atento a lo que sucedía en la pelea: camareros, putas y clientes la han estado mirando con impresión, los nuevos consumidores más que los regulares, pero absolutamente todos y cada uno de ellos han sido incapaces de apartar la mirada.

Al segundo del cuarto campaneo, las vigas de madera vibran debido a los rugidos del público salvaje y alocado dando su aprobación y celebrando el espectáculo del ganador. Algunos incluso arrojan el contenido de sus bebidas baratas al aire por la emoción.

Tienen que admitirlo. Están complacidos. La pelea ha sido corta pero satisfactoria. Ha habido sangre, gritos y dolor, sin embargo, su sed de emoción pronto clama por más dolor.

Nunca tienen suficiente de él.

— ¡Abran paso!

Entre la multitud se abre paso un hombre escuálido y calvo que suele hacer de árbitro. Sube cojeando al ring improvisado, que son cuatro vigas gigantes enlazadas por cadenas gruesas de metal, y se coloca al lado del vencedor.

—¡Ya lo habéis visto todos! ¡Acabáis de ser testigos de la masacre de este Dios de la muerte en vivo y en directo!— agarra la muñeca del gladiador y la levanta con vigor en el aire— ¡Una vez más, el ganadooor del Abismo eees...!

Los gritos, los silbidos y los aplausos han alcanzado un nivel que hacen chispear las luces colgantes del techo.

— ¡Deaaaaath Wiiiiiish!— sus cuerdas vocales desgarrándose. El nombre empieza a ser coreado en masa por el público— ¡Eso es! ¡Por tercera vez consecutiva esta noche, la victoria es para Eeeroos Romanooo!— agita con entusiasmo el otro puño en el aire

Mientras que varios hombres sacan arrastras del ring el cuerpo del perdedor, o lo que queda de él, el alfa se mantiene callado, mirando fijamente a la multitud mientras es vitoreado y endiosado en medio de esa clandestina cloaca maloliente y putrefacta. Cierra los ojos y deja caer la cabeza hacia atrás mientras coge aire entre los ahora ensanchadas fosas nasales.

En el fondo quiere maldecirlos a todos. Sucias ratas embusteras, aplaudiéndole como si no fueran a haber estado haciéndole lo mismo al otro si él hubiese sido el perdedor.

Se recupera rápidamente. Escupe rabioso sangre al suelo antes de dar un paso al frente y levantar ambos brazos mientras se dirige a su público. Tiene la visión borrosa por la cantidad de golpes recibidos. ¿Cuántas rondas van ya? ¿Con cuantos hijos de puta se ha peleado esta noche?

En el Abismo pagan por cada batalla ganada, así que mínimo tiene que pelearse con dos más para conseguir cubrir las deudas de este mes.

— ¡¿Queréis más, cabrones hijos de puta?!— ruge feroz ante el círculo de cientos de personas, golpeando ferozmente ambos nudillos vendados, dejando a la vista todos los músculos tensos de sus bíceps y pectorales.

Desde el centro de la extensa sala subterránea, escucha inmediatamente a todos suplicar como una ola abismal de voces que sí, que quieren que pelee de nuevo y les conceda el placer de verlo. Sus ojos brillantes por la emoción.

— ¡Pues lo vais a tener, joder, claro que sí!— deja caer los puños violentamente a cada lado del cuerpo y empieza a caminar en círculo por el ring mientras la campana ha empezado a sonar de nuevo

Mientras un nuevo rival se mete en la pista del ring, Eros aprieta el velcro de los guantes con los dientes. Ya solo quedan un par más. Su corazón va a mil por hora pero ya solo quedan dos demonios más.

Ai ajuns la finalul capitolelor publicate.

⏰ Ultima actualizare: Dec 30, 2022 ⏰

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