"Algo por lo que brindar"

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— ¿Qué quieres?— pronuncia bajito, encogiéndose de hombros en su chaqueta vieja y llena de parches

— Solo hablar contigo— parece honesto— Eros me ha dicho que antes no has querido hacerlo con él

Un pinchazo en el corazón de Oliver al recordar ese momento. Toda la angustia, el dolor en la garganta, el picor y la nauseas. Ojalá no tener que volver a pasar por eso nunca más.

— Sé que esto está siendo difícil para ti, Oliver. Lo que Eros te hizo no tiene disculpa posible y comprendo que le tengas miedo. Es normal.

— No quiero hablar de ello— dice, antes de que el rubio continúe hablando— Tenga— saca de su bolsillo la bufanda rosa que le dio el día anterior— Esto es suyo

Las cejas del beta se alzan instantáneamente en un claro signo de sorpresa. La bufanda está bien doblada sobre las manos extendidas del peliblanco.

— Oh, no era necesario, te la podrías haber quedado

— No, no, yo ya tengo una, pero se lo agradezco de todos modos— dice, y le ofrece una diminuta sonrisa amable, como si lo que acabara de decir no fuera una sucia mentira

— Muchas gracias. Hacía tiempo que no olía tan bien— acerca la prenda a su nariz y aspira— ¿Hojas de Yiui Hing?

Oliver es ahora quien está atónito.

— ¿Cómo lo ha sabido?

— Cuando viajamos a China para el campeonato del año pasado, olí este mismo detergente en las sábanas de la cama del hotel— responde guardando la bufanda en el bolsillo de su largo abrigo marrón— Parece que es un producto muy famoso en el centro de Asia, lo usan para todas las telas

— Vaya— suspira asombrado— No tenía ni idea  de que viniera de tan lejos

Jared da un paso adelante, sonriendo. 

— Pues que sepas que podrías conocer este y muchos otros olores de detergentes más si trabajaras con nosotros— ríe, colocando una mano en su hombro

Oliver suelta una risita también, pero solo por educación. La verdad es que no tiene ni las más mínima intención de trabajar cerca del boxeador. Solo de pensar en ello su corazón se acelera del miedo y de la angustia. Si antes ya le disgustaba la idea, ahora que ha experimentado el mal genio del alfa en sus propias carnes tiene más que claro que no piensa aceptarla.

Vamos, prefiere seguir cobrando lo justo y necesario para vivir de forma humilde que tener algo más de dinero para vivir pero estar día tras día aguantando las humillaciones y los malos tratos de ese violento y gigante boxeador.

No, no aceptará. De ninguna manera.

— Toma, esto es para ti— Jared extiende una tarjeta negra entre sus dedos— Esta noche, en el Jack&Ross, a las nueve. Los tres juntos. Solo hablar, nada mas.

El omega mira el trozo de papel oscuro con elegantes decoraciones doradas. Aguanta unos segundos, después levanta la mirada. Observa los ojos negros de Jared tan fijamente que este es capaz de leerle sin esfuerzo. Sabe que desconfía de ellos.

—Te prometo que lo que ocurrió la vez pasada no se repetirá— estira un poco más la mano para que lo coja— Tienes mi palabra, Oliver. No te fallaré

♜ ♜ ♜

— ¡Meow!

— ¡Suéltalo, Rayado! ¡Vamos, que lo vas a romper!

Pero el gato bufa, negándose a dejar que Oliver saque el calcetín de su boca y se lo pueda poner en el pie.

— ¡Te he dicho que lo sueltes, gato malo!— Al omega empieza a preocuparle la fijación tan extrema que su gato lleva tendiendo desde pequeño con los calcetines y la ropa interior. Esto está llegando demasiado lejos, Jesús.

Death Wish ⇝ (GAY +18)Where stories live. Discover now