-"Oliver Dragger, se requiere su presencia en la cuarta planta, habitación 101. Oliver Dragger".
El sistema de altavoces está repartido por todos lados. Todas las plantas, todos los pasillos y todas las habitaciones de los trabajadores. Es imposible que su sonido estridente no te perfore los tímpanos. Es imposible escapar de sus órdenes.
-"Oliver Dragger, se requiere su presencia en la cuarta planta, habitación 101. Oliver Dragger".
El omega de pelo plateado todavía no ha terminado de procesar lo que acaba de ver ni siquiera quince minutos después de haber sido testigo de ello. Nada más llegar a la planta uno, se ha encerrado en el cuarto de la limpieza que siempre está abierto y vacío y se ha sentado en su rincón para maldecir la mala suerte que le ha tocado. Así ha dejado pasar el tiempo hasta que los condenados altavoces han empezado a llamarlo.
¿Qué van a decir sus superiores cuando sepan lo que ha visto? ¿Debería pedirles ayuda a ellos? Pero, ¿y si echan a la chica? Eso tampoco estaría bien.
Se tapa los oídos ante el continuo y repetitivo mandato de los altavoces y aprieta la mandíbula. Está claro que no van a parar hasta que vaya, y acudir demasiado tarde levantaría sospechas, pero, ¿con qué cara va a mirar ahora al paciente y a su compañera? Siempre se le ha dado mal sobrellevar las situaciones incómodas o inesperadas, pero esto está claro que es otro nivel.
- ¿Qué voy a hacer?- aprieta los ojos tratando de tomar la decisión correcta
♜ ♜ ♜
- ¡Idiota, idiota, idiota...!- la palma del hombre vuelve a estrellarse por cuarta vez contra su propia frente. Su ceño fruncido le hace parecer intimídate- ¡No puedo creer que hayas sido tan imprudente de dejar que os pillaran!
Mientras el beta no deja de escupir insultos y maldiciones al aire, la persona a quien van dirigidas todos ellos está terminando de beber su tercera botella de cerveza sentado con las piernas abiertas y en una posición poco elegante encima del sofá.
- Por lo menos podrías ponerte una camisa. Llevas así desde ayer- recrimina
- ¿Crees que eso hará que dejen de querer tener sexo conmigo?- inquiere en un tono de burla propio de él
Jared aprieta la mandíbula todo lo que puede y jura en su cabeza que si ese alfa desvergonzado y bravucón no le sacara una cabeza y media de altura, se abalanzaría sobre él y le arrancaría los pelos a tirones. Eros suelta una risa seca por la cara de mal genio que está poniendo el rubio, pero a Jared no le hace ninguna gracia esta situación. Desde que lo ha conocido, pocas han sido las veces en las que le ha visto tomarse en serio una de sus reprimendas. Siempre mira hacia otro lado, se hace el sordo o le contesta de manera sarcástica y burlona.
Es como un torbellino que después de arrasarlo todo, se sienta a observar las cenizas que ha dejado como si supiera que nadie puede venir a exigirle ni reclamarle nada. Como si fuera un maldito rey. Un jodido dios.
- Está tardando mucho- deja la botella vacía encima de la mesa de cristal
- Yo tampoco estaría deseando volver aquí después de haber visto una escena como la que ha visto
Eros tuerce una sonrisa.
- Debería considerarse afortunado- espeta. Ojos brillantes y malévolos- Habría gente que pagaría lo que fuera por verme follar la mitad de tiempo de lo que ha visto él
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Death Wish ⇝ (GAY +18)
Teen Fiction"¿Qué pasa cuando a un niño herido que necesita un abrazo le das dos guantes de boxeo y un saco de arena?" *** Eros Romano conoce muy bien lo que es dejar inconsciente a alguien de un solo golpe. A lo largo de sus 27 años, ha escalado desde el submu...
