Capítulo 11

51 13 17
                                    

—Mira, no sé qué planeáis. —dije segura—. Pero estamos en medio de un apocalipsis, o algo así, solos en una ciudad y con la posibilidad de pillar el puto virus.

—Exactamente por eso vamos a hacerlo. —respondió Daimon persuasivo—. ¿En medio de un apocalipsis? De alguna forma habrá que divertirse, ¿Solos en una ciudad? Venga ya gritona, si eso no es una clara señal de que bebamos no sé qué es. ¿Y lo del virus? ¡Si vamos a morir hay que aprovechar!

—¡Y me llamabas a mi alcohólica! —exclame—. ¡No seas tonto! Moriremos si no nos cuidamos, así que la excusa de "no me cuido porque voy a morir" es una gilipollez. ¡El alcohol quema neuronas! Y a ti te quedan pocas, no deberías arriesgarte. –Pese a ofenderse, él sonrió divertido por mi reacción.

—No me importa lo que digas, Jane, o lo que pienses, tú vas a unirte a nosotros.

—Ella. —llamé a mi amiga, que estaba metida en una conversación con John mientras prestaba vaga atención a la mía con Daimon—. ¿De verdad crees que es la mejor opción?

—No, es la peor opción. —admitió con honestidad—. Pero bueno, yo quiero hacerlo.

—¡Bueno! —dije gruñendo—. ¡Vale! Sin embargo, no hoy. Las guardaremos para otro día, ahora tenemos que conseguir información.

—¿Cómo? Todas las redes sociales están fundidísimas, las noticias peor.

—¡A la vieja usanza! —exclamé—. Podemos ir a bibliotecas e informarnos, y después salir de esta jodida ciudad infectada, para buscar a más gente que sepa algo, y ver si realmente todo el mundo está hecho mierda o no.

—¿Y si ya no queda más gente?

—Solo han pasado dos días. Si los chicos siguen vivos, la mayoría lo estará.

—¿Perdona? —intervino John—. Nosotros sobreviviríamos mucho más que vosotras, hemos jugado mil cosas de supervivencia, y probablemente nos sepamos el nombre de todas las armas. Vosotras no podríais ni mirar a un zombi sin que os mate.

—Oh, John, lo siento, se me había olvidado que erais todos unos expertos jugando a matar Zombis en la Play. —dije sarcásticamente—. Pero te recuerdo que no es un apocalipsis zombi. Es un apocalipsis, a secas.

—Lo que tú digas.

Bufé y fui a uno de los carritos de supermercado, decidida a coger algo de comida. Tenía un hambre increíble, habíamos intentado racionalizar las porciones, pero a la mierda. Como Daimon hacía manifestado; vamos a morir al final. Así que bueno, por aquello mismo, y para demostrar que por supuesto yo tenía razón y "vamos a morir" no era una excusa para arriesgar nuestras vidas, decidí que lo mejor era comer sin miedo a acabar todas nuestras provisiones. Por supuesto me equivocaba. Ellos no protestaron, de hecho, todos vinieron a acompañarme cogiendo cada uno un alimento. Claro estaba, que no comimos nada más aparte de chocolate. 

—Deberíamos ir esta tarde a la biblioteca. —opinó John—. Si lo que queremos es soluciones tenemos que informarnos, como había dicho Jane.

—No lo sé, no creo que haya mucha información, ya dijeron los científicos que esto era algo nuevo. El cómo se contagia el virus no tiene ni pies ni cabeza. Es como si apareciera en un lado, y reapareciera en otro. —contestó Ella.

—Pues espero que no. —me metí en la conversación—. Porque entonces nadie podría huir de él.

—Es que por ahora nadie puede huir.

—Dudo que algo se pueda teletransportar, menos un virus. —entró Daimon.

—Puede que el virus sea dios. —teoricé en broma—. Como es omnipresente y todo eso.

INSOMNIA ©Where stories live. Discover now