Capitulo Veintinueve

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Luz...

Cámara...

Acción...


“Soy peor que los piojos"






Addison

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Addison.


Picaba mi comida con el tenedor pero me era difícil querer degustar algo.


Él no me ha escrito y tampoco ha estado en línea, lo llamé pero lo tiene apagado. Lo último que hice fue dejarle un mensaje pero no siquiera funciona. Lo único que me tranquiliza es que tendré una reunión con Mike, probablemente sepa algo.



—Addison, ¿Estás bien? —Preguntó Sophia y noté su preocupes. —te gustan los huevos con tocino y pan.




Tomé un poco de huevo y mastique, me forcé para no hacerla preocupar.



—Mamá saldrá hoy temprano así que pidió un día de chicas en el spa.


Negué—Estoy ocupada, lo siento.



Me levanté de la mesa, fui por mi mochila y teléfono. Iba hasta la puerta de la casa ya que Jason me esperaba, me sorprendió ver a Sophia ahí con su mochila.



—Pensé que el chófer dijo que iba a retrasar.



—Le dije que no viniera, me iré contigo hoy, Addi.



Es algo raro escuchar eso y al tratarse de ella si que es extraño, conoce perfectamente que la persona que me lleva es Jay.



—Eh, no es mi camioneta, pero le preguntaré a Jason.



Salimos luego de cerrar bien la casa y esperamos a que él saliera. Al verlo, me saludó con la mano en el aire y ese brillo travieso en sus pupilas azules.



—¿Andando profe…?—Su silencio me hizo notar lo incómodo que se debió sentir al momento de ver a mi hermana.




En la noche de la cena de socios, no hubo duda de que pasaron un sinfín de cosas.




—Sophia irá con nosotros, ¿Algún problema?



Él solo asintió y no se atrevió a verla.



—Bien, vamos.



Cerré está situación entrando a la camioneta y viendo cómo ambos se intentaban de no mirar.


Tierno y… predecible.


Fue incómodo para ellos a pesar de estar en el mismo auto. No quise intervenir ya que es algo que no me compete, en el momento en el que estén listos de hablar, lo arreglaran ellos mismos.


—¿Alguno quiere escuchar música? —pregunté para aligerar un poco la carga que se siente.



Un frenazo y un grito mutuo me hizo taparme los oídos—¡No!



¿En dañar mi sensible tímpano si se ponen de acuerdo?



—¡Pero no me griten! —Los reprendí a ambos.



Mi teléfono sonó y lo tomé.


—¿Addison White?



Fruncí mi ceño.



—Ella habla, ¿Quién es?



Habíamos llegado a escuela, bajé, dejándolos a los dos solos.




—Tengo un mensaje tuyo, soy amigo de la Sra. Jones. Quisiera ver tu trabajo y las obras que has hecho hasta ahora.


Me detuve y senté en una banca.



—¿Habla enserio? Eso es, —Lo que había esperado, tenía una esperanza y también oportunidad. — ¡Gracias!



—Nos podremos reunir está tarde, ¿Te parece? —Su voz era algo familiar.



—Claro, no hay problema.



—¡Excelente! En la cafetería que está por la compañía Thipton, pregunta por el Sr. Omar.




—Si, nos vemos.



Colgué.

Pasé mis manos por la cabeza, templándola, de mi frente hacia atrás. 


—No estas bien.



Forcé una sonrisa—¿Quién me delato? Si me siento bien.


Se sentó a mi lado y dio palmadas en mi hombro.



—Addison, soy tu amigo de hace mucho tiempo, no puedes mentirme.



Tomé su mano e hice que nos levantemos.



—Es hora de ir a clases con el profesor Billy.



Debía centrarme por completo en la escuela, tenía pruebas y tarea, esto es lo que importa ahora. Un chico no hará que pierda la concentración en mi futuro y en la carrera que pienso lograr, si me vuelvo muy emocional y vulnerable, solo voy a caer ante el desánimo y no está bien. Cuando Ethan venga a mi y me explique, lo entenderé por completo, hasta ahora solo necesito tener la mente en algo productivo.


La clase comenzó y todos mirábamos al profesor esperando que hablara.



—Hoy como todos los jueves se hará improvisación con personajes que ya hayan creado —se sentó en su silla y nos miró a todos. —si no sienten nada al actuar o no tiene coherencia al hablarlo, está mal.



Una chica de ojos azules y piel morena alzó su brazo, queriendo su permiso.



—Habla, Jena.


Se levantó.


—Cómo sabe he estado trabajando en algo y me preguntaba si me podría elegir en esta ocasión.




—¿Tienes en mente a alguien con quién quieras interpretarlo?



—Blake.



Una chica de sudadera negra y capucha se levantó. Todos esperamos que se dejara ver pero no fue así. Ella caminó junto a Jena hasta la pizarra. Le pasó una hoja a Blake y otra al profesor. Las partes de la narración debían ser escuchadas por el profesor Billy, mientras las hojas de diálogo las tenían ellas.



—Era el año de 1573, una joven estudiante observaba a lo lejos a su amado, sufría al saber que nunca podría estar a su lado…—comenzaba a narrar el profesor Billy—su madre, la acompañó esa que sería su última noche en su país.



Jena se mostró afligida y apagada.



—Deja de verte así, es por tu bien, Sonia.


Blake, no se mostró muy convincente al actuar, parecía incómoda.



—Madre—rompió en un hilo de voz—creo que morir no sería tan malo.




—¿Eh?



La sorpresa de Blake fue algo tan espontáneo como sus labios temblar.



—Sé que sufriré, puede que viva más pero con limitaciones, no quiero eso.



La cara de Blake era legible al horror y temor, sostuvo su mano y negó.



—Já—su dolor fue claro en sus ojos—eres tan egoísta.


Todos estábamos atentos, por los ojos desenfocados de Jena notamos que no estaba en el diálogo.




—¡Pero…!



—¡¿Crees acaso que no siento nada y tienes derecho de decidir cuando dejarme?!



Toda la clase se mantuvo en silencio.



El profesor Billy se levantó, todos miramos sin comprender la situación, él fue hasta ella y le susurró algo en el oído, salió de ahí al pasillo.



—Podremos salir temprano hoy, pero, antes cabe recordarles que tendremos una reunión el último día del lapso, será un pequeño intercambio anticipando la navidad. André, coloca la caja y que cada uno vaya por su papel con el nombre de aquí en le debe dar un obsequio.



Suspiré.



Fui hasta la mesa donde estaba la caja y saqué el nombre de a quien debería regalarle.




Blake Stanley.



La chica que no sociabiliza y no le gusta mucho participar en clases. Bueno, creo que podré hacer algo, al menos tendré esta tarde ocupada para no centrar mi mente en Ethan.



—¿Tienes más clases? —me preguntó André al llegar a los casilleros.—si quieres podemos pasar un buen día en el club.




—No puedo, me reuniré con Mike, el amigo de Ethan, tiene algo que decirme al parecer.



Sus ojos brillaron con curiosidad y malicia.


—¿Una confesión?


—No es nada de eso, créeme.



De palmaditas a su espalda.


—La persona que debería confesar lo que siente es otra.



—¿Te llevo? —su cambio de conversación fue al instante—El clima no es muy bueno hoy.



Afirmé.



—Hace tanto frío. —Soplé a mis manos en un intento de guardar calor.







Llegué trotando torpemente hasta el estacionamiento, me detuve al ver una espalda ancha cubierta por una sudadera que iba tapando su nuca.


Me pareció extraño ya que Mike suele ser más pequeño que eso.



—Ah, disculpa, ¿No has visto a un chico…? —Mis palabras se cortaron al verlo a la cara. —Félix.


Saludó con la palma en el aire.


—Hola.



—No lo entiendo, —me detuve por un segundo—pensé que Mike…


—Yo envié el mensaje, ¿Nos sentamos? —señaló la banca.


Seguí su petición y me senté a su lado.




—Él, —pausé por un segundo de silencio—¿Está bien?



Félix, solo asintió.



—La razón por la que quise hablar contigo es porque quiero que te alejes de Ethan.



Él… ¿qué razón tiene para decirme esto? Si, puedo entender que es su amigo, pero no pensé que tuviera que llegar al punto de hablar esto con él.



No entendí bien a qué se refería y porque mencionaba algo así.



—Pero él, —me era doloroso pronunciar—¿Te pidió acaso que me lo dijeras? No entiendo.



—Es lo mejor, Ethan no puede cambiar su pasado, tú tienes una calidad de vida en la que personas como nosotros no podríamos siquiera mirar.



Lo que dice es tan absurdo.



—¡No…! N-no lo veo así.



Ambos nos abrimos a esta posibilidad, no la dejaré.



—Hasta que no conozcas la respuesta de hacía donde llega tu límite, apártate.


¿Irme definitivamente de su vida?


No, no lo haré, fue bastante difícil intentar luchar por esto. Mis sentimientos no son un chiste, no quise aceptarlo al comienzo pero lo hice y es correspondido, es algo que solo yo debo decidir.



—¿Sobre qué respuesta hablas, Mike? Quiero comprender.



—¿Alex o Ethan? Decide.



Él… ¿Cómo lo sabe?



—¿Eh?


Me sentí una idiota ante esa respuesta tan vaga.



—Ethan no es algo que puedas poner después de los demás, sé que se hace el fuerte pero, — suspiró—sé como su amigo que también sufre.



Ah, con que así de cruel he sido, mi honestidad no es del todo buena como lo veo. Creí que no le produciría daño si no habría ninguna mentira entre ambos, me equivoqué, debo solucionar esto ahora.


Me levanté.



—Tienes razón, ha sido así desde que me declaré y anoche no fue lo que imaginaba.


Cada cosa que hemos hecho termina mal, no puedo dejarlo así.



—Debo irme, —me forcé a sonreír para no mostrar mi dolor—nos vemos luego.



Encaminé mi andar al trabajo pero su voz llamándome me detuvo.



—Ven a su casa esta noche, los chicos y yo haremos que se encuentren, ese es todo el tiempo que tienes, no quiero ver mal a mi amigo.



Asentí sin decir más nada.



—Oh, Addison, llegaste.



Liam.


Félix nos miró y esperaba que le dijera quién es.



—¿Él es tu amigo? —Se dirigió Liam a Félix.



—Así es,—me atrajo a él—¿Y tú?



No dejaré que sepa de mi empleo, es algo que quiero sacar por mi cuenta sin que nadie, a excepción de mi madre, lo sepa.



—Es mi amigo.



Mike nos miró mientras Liam entendió al instante la situación.




—Oh, si.



Sonreí e incite a Liam que lo hiciera, al darle palmadas en la espalda.



—Como sea, tengo una cesión de fotos, adiós.




Me despedí con una mano en el aire mientras se iba. Mi cuerpo se sintió mejor al él irse.



—Y pensé que la novela es dramática,—comentó con gracia, Liam.




—Lo siento, —bajé mi mirada—enserio no quiero que sepan que tengo un empleo.




—Si estuvieras en cosas ilegales lo entendería pero es un empleo normal.



—No para mí familia, es…

Fuimos caminando hasta el restaurante, quedaba un poco lejos así que platicamos en el camino allá.



—Lo entiendo, mi familia tiene ciertos estándares extraños, así que en la próxima te cubriré.


No quise decir más.



—Gracias.




Hice algo de fuerza la mover cajas y reacomodar la vajilla, limpié para que no tuviera polvo, estuve algo exhausta, pero fue entretenido para no pensar en todo lo que está sucediendo.


Mi relación con Ethan.


El disparo de Amy.


El regalo de Blake.



La reunión con el Sr. Omar.




Debo hacer bien mi trabajo, un despido en este momento no es lo que quiero, estoy haciendo todo lo que puedo y me alegra que no haya cometido ningún error hasta ahora.



Mi hora de salida había llegado, salí y fui hasta las tiendas para ver qué tipo de obsequio sería bueno para Blake, quedaba un poco de tiempo para la reunión con el Sr. Omar, pedí un Uber para que me llevara.



Me detuve enfrente de una vitrina que mostraba libros de diferentes géneros, mis ojos se abrieron y brillaron, tanto que me fue difícil pronunciar una vocal. La voz me regresó después de unos minutos de recuperarme.




—¿Qué? ¿Co-como? —El libro de la primera saga de: “Eternal darkness” Ya había salido en físico. Es una de las mejores obras de las que se está discutiendo ahora. —¿Ha Blake le gustaría este libro? Mm.



Me arriesgaré con su obsequio y comparé uno para mí.




….


—Un gusto Sr. Omar. —saludé. —soy Addison.



Sonrió.



—Es un placer, Addison.



La camarera se acercó a pedir nuestra orden pero yo solo quise agua, mi estómago se removía y sentía las palpitaciones de mi pecho incrementar. Esta oportunidad es lo que llevo deseando desde hace mucho, estoy ansiosa.



—Siéntete cómoda, será una sencilla plática donde podré conocerte y me hablarás un poco de tus libros.



Sacudí mi cabeza en aceptación.



—¿Por qué escribes?


—Creo que como un artista de pintura, mi lienzo es mi cuaderno y el pincel es mi lápiz,—mis palabras lo confundieron, sonreí— Cada palabra o escena, la imagino y a veces actúo. Es una realidad diferente y me encanta, no es solo escribir, es dejar que otros vean hasta donde esparcí mi imaginación.




Me miraba con tanta atención que me incomodé.


—¿A que edad descubriste que era esto lo que querías hacer?





—Era una niña, pero fue un libro que encontré en la…—intentar recordar fue algo doloroso, negué ante el dolor de cabeza que llegó a mi —… lo lamento, no sé que pasó, creo que fue una historia que llamó mi atención, después no dejé de querer escribir.




La comprensión en sus ojos me mantuvo en clama pero ese extraño dolor repentino, me hizo sentir mal.



Las preguntas continuaron y fueron sencillas de contestar. Le platiqué de mis libros y le pasé por WhatsApp las historias que tengo en dos plataformas muy reconocidas. 



Pensé que llegué a darle una buena impresión, esperaba que le hayan agradado tan siquiera un poco mis libros.



Salí de ahí, despidiéndome con un apretón de manos, tenía el Uber para llegar hasta la casa Ethan.



Bajé y me fui hasta su casa. Toqué al llegar a su piso y la puerta se abrió.




Sonreí pero mi cara cambió al ver que Lila estaba ahí.


—Oh, así que si viniste—La gracia en sus ojos solo me hizo mantenerme en silencio. —Es tan gracioso, tienes esa carita de niña inocente cuando eres una perra que juega con los sentimientos de los demás.



No caería en sus provocaciones. Cierto punto de sus palabras son verdad, debo elegir, pero, claro está, no es la forma de hablarme, no le he hecho nada más que ser honesta.




—¡Hermana mayor!




Mike vino hasta mi y me abrazó.




—Salgamos chicos, —Declaró, Javi.  —Ella tiene que hablar con Ethan.


Todos pasaron por mi lado, Lila se burlaba, Javi se sentía frío, Félix solo quiso decidiera, Mike aún estaba aferrado a mi brazo..




—Él enserio está mal.



No pide responder porque salió de ahí dejándome sola.



Ethan… ¿Esos minutos que estuve para Amy y acompañé a Alex fueron tan malos? No lo sabía, no entendía en ese momento, pero… espero siquiera que con tu propia respuesta pueda ver cómo te sientes.



Abrí la puerta de su cuarto y me sorprendió el desastre del cierto, fue más caótico de la ocasión en la que se drogaron.



—¡Demonios! —tiró una almohada sin siquiera verme—Largo.


Encendí la luz.


—¡Me bañé, así que, dejen de…!



Sus ojos me miraron y hubo un largo silencio en el que no dijimos nada.



—Saldré en un momento.



Asentí y fui hasta la sala.




Solo fueron pocos minutos de espera pero lo sentí una eternidad. Él salió con unos shorts y una camiseta sin mangas. Se sentó a mi lado pero no pude ver sus ojos, lucía como si no pudiera haber dormido bien anoche, me estaba evadiendo.



—Ethan, —acerqué mi mano a su rostro para que me viera—vine aquí porque quería escuchar de tus labios la verdad de tus sentimientos.





Las grandes bolsas en sus ojos y rojo de sus labios resecos me hicieron preocuparme más por él.




—No importa lo que sea, puedes decirme, Ethan.




Al verme a los ojos todo dentro de mi se detuvo.



—Creí que sería sencillo y podría soportar que estés al lado de Alex, he intentado controlar mis celos y no tener una relación tan dañina…—negó—mi poca cordura provoca que haga lo correcto ya que no quiero ser ese tipo de novio.



¿No-novio?



—Tú felicidad está con los que amas y Alex es hermano de tu mejor amiga, lo entiendo pero, cuando los vi irse anoche yo, —me mostró lo acongojado que se sentía. —noté que esto que empezamos no está bien, no hasta que lo afrontes y tomes una decisión.



Asentí.


No tenía que pensarlo, sé que es lo que quiero y a lo que debo renunciar.


—Así que, dime, ¿qué es…?



—Tú, ¿Me crees idiota como para dejarte ir así? Já, ni lo pienses, soy peor que los piojos.



Su rostro estaba asombrado y su boca abierta, no decía nada.



Intenté ocultar mi sonrojo.



—¡Jum! —arreglé mi garganta—Como sea, ya te di una respuesta,—me levanté—Debo volver a casa pero más te vale responder el… ¡Ah!



Mi cuerpo calló al sillón con él encima de mi y una sonrisa tan dulce reflejando ese brillo único en sus ojos.



—¿Lo dices de verdad? Yo… nunca perteneceré a los tuyos.



Le sonreí y lo atraje hasta darle un beso en los labios y apartarme un poco.



—Ni yo a los tuyos, tenemos tanto en común, —respondí con una sonrisa. —Me hiciste sentir cómoda en la fiesta porque estuviste a mi lado, será difícil pero pienso que la mejor forma de hacerlo oficial es que te presente a mi madre.



Será poco a poco pero daré lo mejor para que se tome de la mejor manera este primer noviazgo que comenzaré junto a él.


—Guao, una declaración rápida y ahora conozco a la suegra, Chica libros, tranquila o cuando menos lo pensemos ya estaremos en el altar y tú embarazada.



Lo acerqué con mis brazos y nos acomodamos en el sillón.




—¿Y que hay de mis fans? No hay problema para mí subirlo y decirle a todos que una chica pelirroja, con gorditos en la panza, pálida y, —Mi mirada, lo hizo detenerse—con una sonrisa y una actitud tan encantadora me enamoró.




Suspiré.



—Y yo, ¿Cómo le diré a mi madre que no seré la novia del gran actor Mason Maxwell? En su lugar, te tengo a ti. Que más da, una se conforma.



Reímos mientras comenzaba a besar mis labios y rostro, sus manos fueron hasta mi cadera muestras me presionaba al interior del sillón.




—Tu maestro de besos dice: no te detengas.



Reí.



—Le prometo que así será.





Proyecto Ethan. [COMPLETO]✅Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt