34. ¿Un arma?

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Darah Evans

Amanecer al lado de un psicópata asesino no era algo que estaba en mis planes hace un par de meses, la verdad. Menos, ser la sumisa de él. Me giro hacia Darek, todavía está dormido, desnudo de cintura para arriba. Acaricio su pecho con las yemas de mis dedos, sintiendo la calidez y la suavidad que transmite su piel. Observo como su pecho sube y baja con lentitud, a un ritmo normal al estar dormido.

A su vez miro el anillo que me dio el día de ayer, uno de oro que me lo puso en el dedo del medio. No es un anillo simple, en él hay un nombre escrito: Darek Lombardi. Como si fuera su propiedad, como si fuera únicamente suya, en parte así es.

Sigo bajando mi mirada hasta la venda de color blanco que tiene alrededor de su cintura, por ella asoma el tatuaje de una calavera, encima de ella pone: Killer, en letras mayúsculas. Al otro lado del abdomen una rosa, debajo de ella el nombre de Daia, su hermana menor muerta. Sonrío por ese detalle, los psicópatas no forman lazos afectivos con nadie, pero quizás... con los familiares sí, aunque sea tan solo un poco.

Alzo nuevamente mi mirada hasta su rostro, él abre sus preciosos ojos grises con una clara heterocromía. Lamo mis labios con cierto nerviosismo, nunca he amanecido con él, bueno, creo que nunca he dormido con un chico. Siempre acababan yéndose de la casa antes del amanecer o los echaba yo en la noche.

—Buenos días —dice él, con voz ronca—. ¿Mirando a semejante belleza? Te comprendo, yo también me quedaría embobado mirándome —dice con el ego por las nubes.

Suelto una breve risa.

—Pues sí, Darek —confieso, con una amplia sonrisa—. Esperaba que... bueno... no estaría mal... ya sabes.

—No, no sé —dice, divertido—. Dime, Darah, ¿qué quieres?

Claro que lo sabe, pero le entretiene esta situación. Me inclino hacia él, apoyando uno de mis codos sobre la cama, incorporándome. Acerco mis labios a su oreja, para susurrarle lo que realmente deseo.

—Quiero que me folles, amo, necesito tu polla dentro de mí.

Él suelta una carcajada maliciosa y divertida. Él también se incorpora en la cama hasta quedar sentado, desliza una de sus manos por mi nuca, ascendiendo con lentitud y enredando sus dedos en mi cabello. Darek tira de una parte de mi cabello, obligándome a mirarlo directamente a sus ojos. Alza de nuevo mi mirada, conectando con la suya, más hambrienta, más deseosa, más lujuriosa. Sus pupilas se dilatan hasta tal punto de volver sus ojos de color negro.

—¿En serio quieres eso? —pregunta él, apretando el agarre de mi cabello. Sí, me lastima, pero no me duele tanto como para decirle que me suelte—. ¿Quieres que te folle, Darah? —me pregunta y yo asiento como puedo—. Y pensar que hace un mes no querías besarme siquiera —sonríe, recordándolo.

—El tiempo pasa y las personas cambian, Darek.

—Amo, en este momento —me corrige él, con diversión. Su mirada baja hasta mis labios, pensando en alguna maldad que tan solo a él se le pasa por la mente. Trago saliva con dificultad, temiendo por lo que vaya a pasar ahora. Confío en él, tengo la palabra de seguridad, pero no sé si él tenga el suficiente control para parar—. ¿Sabes lo que pienso, ángel? —niego con la cabeza—. No pienso utilizar tu boca para besarte, sino para follártela —aclara, con dureza—. ¿De acuerdo, Darah?

—Sí, amo —sonrío al pronunciar esas palabras.

Con un gesto me indica que lo imite a salir de la cama. Lo obedezco y espero a que él rodee la cama hasta posicionarse frente a mí. Tiene que agachar su cabeza para poder mirarme, su lengua humedece sus labios, su mirada se clava en la mía, su cabello negro cae hacia delante, tapando un poco de su frente. Hasta recién levantado se ve como un jodido dios griego. Su mano acaricia mi mejilla con gentileza, su dedo pulgar roza con mi labio inferior, tocándolo y deslizando su dedo hasta mi barbilla.

La psicopatía de Darek [+21] ✓ (Borrador 2021)Where stories live. Discover now