Hechizo De Amor || L.S.

Capítulo II: Lugar Seguro

«¿Qué sucede si me quiere hacer daño?...Aunque se ve amable, pero...» Louis no paraba de pensar en tantas posibilidades que hacían que su cabeza doliera, tal vez aquel chico era alguien en quien no podía confiar. «Me atacó, pero...yo salí del bosque de la nada» seguía pensando con una gran cantidad de estrés recorriendo su mente.

Durante la mañana se dedicó a recoger semillas junto a su madre, bajo un árbol de color turquesa, el árbol beta, aún pensaba, y pensaba de sobremanera.

—Mamá, ¿Crees que podría ser bueno tener algún amigo?—Preguntó dudoso, mientras miraba al suelo.

—Claro que sí, ¿Quieres conocer a alguien?—Indagó Johannah, con una gran sonrisa.

—Se puede decir que acabo de conocer a alguien...

Algo extrañada, Johannah habló—Ten en cuenta que conocer a alguien es un momento especial, solo se hace una vez, aunque tampoco debes olvidar que las personas no siempre son como lo esperas—Respondió poniendo una mano sobre el hombro de Louis.

Estas palabras retumbaron en su cabeza, tal vez Harry era alguien peligroso...pero tal vez no.

—¿Dónde lo conociste?

Louis se paralizó, ¿Le contaría la verdad? O sólo mentiría con algo.

«Eres malo para mentir» la voz de Harry pasó por la mente de Louis, haciéndolo recordar ese pequeño detalle.

—En el bosque, es de Suçlu...

—¡¿Qué?!—Volteó a ver a Louis con los ojos muy abiertos—De ninguna manera, es sumamente peligroso.

El castaño encogió sus hombros e hizo un tierno gesto apretando sus labios y levantando las cejas—Volveré al castillo...tengo hambre—Mintió.

—¡Vuelve aquí! Muchachito, ¿Cómo se te ocurre tal irresponsabilidad?—Aunque no le permitían salir al mundo, no le sorprendía que el muchacho se escapara a las calles, ¿Pero al bosque? Era impensable.

Algunas horas transcurrieron, Louis decidió prepararse para volver al bosque, sentía los nervios recorrer su cuerpo, tras cerrar sus ojos y respirar profundamente, tomó valor y salió directo hacia el interior del espeso bosque, no sin antes encontrarse con su madre en la entrada al bosque—No me gusta nada esto, pero ya sabes defenderte y espero que nada te pase, si no vuelves en dos horas te buscaré—Habló Johannah, sabía que su hijo necesitaba algo de libertad para sentirse pleno.

El castaño asintió y prometió volver sano para emprender camino, mientras caminaba, sentía sus manos sudorosas y su respiración acelerada; tal vez por la velocidad con la que caminaba, pensó el ojiazul omitiendo sus nervios.

Harry estaba sentado sobre un tronco de madera, junto a él se encontraba una pequeña mesa de hielo y a su lado otro tronco vacío que esperaba ser ocupado por Louis. De repente el castaño salió de entre el bosque hacia aquel claro y se acercó lentamente hacia el rizado.

—Hola...—Saludó con sus mejillas sonrojadas y la mirada sobre la helada mesa.

Harry sonrió sutilmente levantando la mirada—Hola Louis...¿C-cómo estás?—Tartamudeó.

—La verdad...—Se llevó la mano a su cabeza—Nunca he sido muy social y...esto es algo nuevo—Sus mejillas se tiñeron de un fuerte rojo—Esto me genera mucho estrés y no sé conversar y...—Hablaba con mucha velocidad.

Harry rió suavemente—También estaba nervioso pero ahora...—Soltó una carcajada.

Louis quedó desconcertado—¿Qué te parece gracioso?

—Mira tu hombro—El rizado no podía parar de reír.

Louis pensó que se burlaba de él, en seguida sintió incomodidad e intensas ganas de salir corriendo, sin embargo, observó su extremidad; las aves del lugar le daban la bienvenida con un gran montón de excrementos derramados sobre su preciado abrigo.