7. mauvais vieux vampire

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Es común que las omegas viejas se encarguen de los cachorros enfermos. Ellas aprenden sobre hierbas, cristales y medicinas naturales en caso de cualquier accidente. Una manada no funciona sin una omega de edad avanzada que tenga el rol de curandera.

Lástima que cuando creces es muy difícil volver con ellas o siquiera estar en su cabaña, porque siempre están ocupadas, ya sea curando a los cachorros traviesos, mezclando hierbas, buscando piedras preciosas en los ríos o haciendo limpiezas energéticas. Y al crecer, cada lobo tiene que aprender a cuidarse por sí mismo, no puede estar dependiendo por siempre de una omega que le sane las heridas cada vez que enfrente su naturaleza. Aunque, por supuesto que existen excepciones, como cuando un lobo tiene un grave accidente y no puede curarse por sí mismo.

Mark las necesitaba en ese momento.

Su cuerpo ardía como si tuviese fiebre, le dolía la mandíbula, la espalda y las costillas las sentía en cualquier lugar, menos en el que deberían estar. Sus manos sangraban, al igual que sus rodillas y estaba completamente seguro de que tenía una profunda herida en su cráneo.

─¿Cómo es que...? ─habló con voz ronca, le dolía la garganta. Se removió entre las hojas otoñales, observando la desnudez de su cuerpo y solo entonces cayendo en cuenta─. Por supuesto, luna llena.

Se ubicó en sus rodillas, murmurando por lo bajo las quejas debido al dolor que esto le provocaba.

Ni siquiera sabía cómo es que había acabado así.

Hace bastante que aprendió a controlar sus transformaciones, la experiencia lo convirtió en un maestro. Sin embargo, en ese momento, se sentía como si fuese su primera vez corriendo en cuatro patas por el bosque. Se sentía destruido en todo el sentido de la palabra.

Miró a su alrededor por si encontraba una muda de ropa, era algo común en su manada, aunque eso fue idea de Minjeong. Dejar algunas prendas repartidas por el bosque para no tener que volver a las cabañas desnudo y con el frío en invierno. Pero lamentablemente, estaba un poco lejos de la zona que acostumbraba a frecuentar. Ni siquiera podía ver las marcas de garras en los robles, acción que realizaban para marcar territorio.

─Oh, un perrito.

Mark eleva la mirada y sus ojos se encuentran con un cuerpo alto. Rostro pálido y cabello tan negro como la misma noche, vestido con un traje blanco que le recordaba a los fantasmas dibujados en los libros de fantasía de su abuelo.

El desconocido da un paso hacia adelante, un rayo de sol golpea en su pálido rostro, revelando un pequeño detalle al que Mark no le había prestado atención anteriormente. Solo entonces, se da cuenta de lo que estaba viendo, porque no es un experto, pero esos ojos de color bermellón, muy similares a otros que ya había visto antes, le estaban mirando fijo.

Con la pequeña diferencia de que estos brillaban como los mismos rayos de sol y se veían tan... hambrientos.

Vampiro.

─Imaginé que habrían licántropos por esta zona ─voz hostil y asqueada que iba de la mano con el rostro fruncido─, aunque no estaba en mis planes encontrar a uno tan pronto.

Mark se incorporó con las piernas débiles y el rostro ensangrentado. Estaba a punto de caer, pero su lobo lo mantenía de pie, incluso si todo a su alrededor daba vueltas y su cuerpo no respondía a las indicaciones que su cerebro le daba. De todas maneras, le gruñó.

─Cuanta valentía ─silbó y seguido soltó una risa vacía─. Vas a perder, ni siquiera te atrevas.

─Puedo intentarlo.

AMADERADO 𔘓 MarkhyuckWhere stories live. Discover now