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—Cuando suene este silbato, todos trotarán hacia el otro lado de la cancha —Alzó la voz Beary, sosteniendo el silbato en alto.

—P-profesor... —Titubeó Robby con una sonrisa avergonzada, en otro de sus intentos de saltarse la clase.

—Hablas una vez más y te hare correr la cancha completa —Respondió Beary apuntándole.

—Yo mejor ya me voy —Suspiró Baren— Vamos Mousy, apresúrate a la sala de fisioterapia.

Mousy le sacó la lengua a Robby con una gran sonrisa antes de apresurarse tras de Baren, mientras que el menor gruñía por lo bajo.

—Bien... 3... 2... —Inhaló un poco y soplo el silbato con fuerza, observando como los chicos ya comenzaban a trotar.

Pero pronto comenzó una carrera, Penny creía que trotar y correr eran lo mismo, así que empezó a adelantarse, y Sheppy, al ver esto, la siguió, haciendo que varios otros chicos también comenzaran a correr para no llegar últimos.

—Dios santo, háganlo de nuevo, y el que comience a correr ahora me tendrá que dar 3 vueltas a la cancha, veamos si siguen teniendo esas mismas ganas de correr... —Murmuró entre dientes Beary, soplando el silbato otra vez.

Pero desde una ventana en lo más alto del edificio los veía una chica con emoción, pensando que le encantaría estar ahí jugando con todos.

—Disculpa Bunny, he llegado algo tarde —Sonrió Badgy entrando al salón y tomando asiento en el escritorio.

—No hay problema, es muy divertido estar aquí —Respondió la chica alejándose de la ventana.

—Me alegra que seas una de los pocas que no odian el consultorio de psicología —Habló Badgy ojeando la carpeta.

La sala se mantuvo en silencio por unos momentos, Bunny golpeaba sus dedos algo nerviosa en la silla, mientras Badgy buscaba algo entre sus papeles, hasta que finalmente encontró el archivo que necesitaba, y lo dejo en la mesa.

—Bien... ¿Cómo te ha ido?

—Bastante bien.

—¿Por qué?

—No lo sé, Sheppy siempre está a mi lado y eso de alguna manera me hace sentir bien, además Richard también está conmigo, y sentir que se preocupa tanto por mi... En parte es bueno.

—¿Te has sentido estresada, asustada, deprimida, o algo por el estilo?

El silencio volvió a hacerse presente, la chica abría la boca por unos segundos antes de cerrarla abruptamente, esto duro unos minutos hasta que finalmente estalló en llanto, balbuceando en voz baja mientras cubría su rostro.

Afuera de la sala se encontraba una pequeña niña frotando sus brazos con fuerza, esperando que la llamaran para entrar mientras balanceaba sus pies en la silla abrazando su oso de peluche, pero su cuerpo se tensó al observar como un chico se acercaba y se sentaba a su lado.

De pronto, comenzó a temblar, sus ojos amenazaron con romper en llanto en cualquier momento, su mente empezó a pedirle que corriera, corriera lo más lejos que sus piernas le permitieran, pero ella sentía que por muy lejos que se fuera, aquel chico le seguiría.

—Oye... ¿Estás bien? —Escuchó murmurar al chico mientras la miraba fijamente.

Se estaba sofocando, aunque el pasillo tuviera un barandal por donde podría entrar el aire, ella sentía como si le faltara, de pronto comenzaba a sentir nauseas excesivas, quería salir de ahí, necesitaba salir de ahí, se levantó con dificultad, pero el temblor en su cuerpo no le permitía mantenerse en pie, al ver como el chico se levantaba e intentaba tomarla, el pánico aumentaba, quería gritar, todo su cuerpo comenzaba a doler, hasta que un grito se hizo presente.

—¡Doggy, aléjate de ella!

Una soldier rápidamente se acercó a ella, pidiéndole con señas al chico que se alejara, mientras se colocaba frente a la menor y la tomaba por los hombros.

—Hey, Laura, Laura, escúchame, tranquila, estoy aquí, tranquila, respira, cuenta hasta 100.

La niña seguía llorando, pero decidió hacer caso, balbuceando lentamente en un intento de que los números salieran de su boca.

—1...2...3...4...

—Bien, eso es, lo estás logrando —Le sonrió la chica mientras sacaba su radio— Atención a todas las unidades, necesito atención médica femenina en el área medica

De uno de los salones se asomó Pony al escuchar el alboroto, acercándose a Doggy.

—¿Qué sucedió? —Preguntó en un susurro, llamando la atención del contrario.

—No lo sé, parecía tener un ataque de pánico e intenté ayudarla —Murmuró Doggy algo nervioso.

—... Es Laura... No te preocupes, no la conoces, no sabías que esto podía ocurrir —Suspiró Pony— Lo mejor será dejarlas solas hasta que llegue Kattie o Dessa, vamos, entra al salón.

El chico hizo caso, caminando hacia la sala de oftalmología, pero se detuvo frente a la puerta para mirar una última vez a la menor, quien seguía contando mientras soldier secaba las lágrimas de su rostro.

Justo cuando el chico entró al salón, llegó Dessa corriendo por el pasillo, dirigiéndose hacia las dos chicas que estaban arrodilladas en el suelo, trayendo detrás a Félix, quien al ver la situación decidido alejarse por seguridad. Se supone que Dessa le estaría ayudando a buscar unos materiales, pero ahora que estaba ocupada, tendría que buscar más ayuda.

—¡Hey!

A lo lejos vio a Baren, quien se acercó a él, ignorando a su amigo Filip quien intentaba entablar una conversación con él.

—¿Vienes del sector médico? —El chico asintió— ¿Que sucedió? Iba hacia allá, pero el anuncio en la radio me hizo desistir.

—Uhm, no lo sé, solo vi a una soldier con una niña —Murmuró el chico.

—Ok... Eso no dice mucho.

—Hey, Dessa me iba a ayudar, pero ahora está ocupada con la niña, ¿Crees que me puedas ayudar?

—Claro, ¿Qué necesitas?

—Tela blanca —Sonrió el chico— necesito algo de tela blanca para coser un traje.

...

Ayuda, mate a alguien en el especial de navidad /yora

Special School [Piggy Au] -PAUSA INDEFINIDA-Where stories live. Discover now