|Once | Algo más

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—Quieres que te cure?

—Ah, bueno... no hay nada que curar, gracias.

—Tu brazo? -señala su codo y luego me señala para que pueda yo verificar lo que me decía.-

Me fijo y efectivamente estaba raspada y se notaba algo rosada parte de la piel expuesta.

—Rayos, disculpa... debo irme. —Porque dije eso, era obvio no me he relacionado con él y no recuerdo haberlo echo algún día, ni años atrás. 

—Por favor, deja que te cure, aun debes de estar asustada por lo que paso.

Me sentía nerviosa a su lado y aún tenía varias llamadas de mis amigos, debía irme o me pondría más nerviosa de lo que ya me encontraba. 

Mientras pensaba en irme o no, el ya había vuelto con una gaza y curitas de al fondo del departamento en el que nos encontrábamos. Se acerco rápidamente y comenzó a limpiar mi herida.

—No te muevas, no dolerá, es como cuando....

—Que?, no escuche lo que dijiste

—No importa —su sonrisa era cálida— ahora pondré la curita para que no se infecte.

Listo. 

—Miro mi brazo y vuelvo mis ojos hacia a él, que mete a su bolsillo izquierdo de su jersey la envoltura de la curita que uso para colocarlo a mi brazo. 

...

ring, ring... 

mi celular comienza a sonar, era una llamada de Mia.

—Linda, donde estas? estas bien, porqué no contestabas y tenías apagado el celular. 

De pronto, no solo estoy hablando con Mia sino también con Alex.- Quieres que valla por ti?, dime donde estas que ya vamos a recogerte, estas en el parque o has regresado a tu casa?

—Cálmense, estoy bien, les contare luego. Me ayudo... -no sabia si decirlo fuerte, pues Agustín aun seguía a mi lado, recogiendo las cosas que estaban en el sofá del departamento.

—Yo estoy bien, solo que tuve un pequeño problema. 

—Mel, ahora dime tu dirección, te lo pedimos y exigimos como amigos que somos. 

—Estoy... —con mi mano trato de presionar el lado donde se escucha mi voz, para preguntar donde me encontraba exactamente y ellos no pudieran escuchar, por lo que miro a Agustín. El rapido, me escribe en un papel la dirección de este lugar.

mientras tanto en la llamada

—Mel..., Alex ponle en alto volumen y tapate los oídos, Listo?

—Listo. 

—ok, Meeeel..! 

—Sí, estoy aquí, la dirección es Calle las praderas, 102. departamento 310.

—No te muevas, iremos por ti.

—sí, está bien.

...

Cuelgo la llamada con expectativa de que vengan lo más rápido posible.

—Melania  —Agustín aclara su garganta— quieres esperar afuera.

Me estaba botando acaso, es muy bajo de su parte.

—Ah!

—No me malentiendas, por lo que escuche, no querías contar nada a tus amigos sobre este asunto, me imagino que tampoco querrás contar que  te he ayudado y menos que has estado en mi departamento. — Me miraba directos a los ojos y yo miraba los suyos viendo que decía la verdad y no tenía nada que ocultar.—

No hay OPCIÓN (Romance Juvenil)Where stories live. Discover now