Capítulo 7 : Antepasados

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Muy temprano en la mañana no esperé ni un segundo para pedir permiso a la abuela con la escusa de ir a casa de unas amigas y así escaparme al bosque. Estaba bastante entusiasmada con mi nueva situación mitológica . 

Como ayer no lo encontré en ningún lado por el exterior . Fui directo a la casita y abrí la puerta . Allí estaba Tuksaka con el pelo regado sobre el suelo y su piel desnuda expuesta a la vista.

— ¡¡Eh!! ¿Qué crees que haces?— tomó su kimono sin previo aviso tapándose las áreas descubiertas . Por mi parte sólo pude sonrojarme de vergüenza y cerrar la puerta de un golpe.

— Lo siento, juro que no vi nada — me disculpaba recostada contra la puerta mientras escuchaba como se vestía — ¿Qué haces? — era un mal momento para preguntar pero debía admitir que tenía curiosidad — ¿Tuksaka? — no hubo respuesta así que intenté entrar para ver si estaba todo bien . En ese mismo instante abrió la puerta y salió . Aparenté no haber hecho nada.

—Me corto el pelaje sobre mi piel de zorro — explicó — Al parecer lo estoy mudando y no me gusta que se me caiga por ahí todo el tiempo — decía todo eso con los ojos cerrados hasta que los abrió de golpe hacia mi — ¡Y no vuelvas a hacer eso niña tonta!

«Bien, ya estamos de nuevo con los insultos»

— ¡No me grites chucho pulgoso! — le grité.

— ¡Ya te he dicho que no soy un perro! — replicó.

— ¡Y no lo he dicho! — fue mi última palabra antes de cruzarme de brazos y darle la espalda . Escuché un suspiró de molestía.

— Vale, comenzamos con mal pie — parecía disculparse — Pero ya te advierto que tengo mal genio — informó tomando dos barras de madera que reconocí como Bo (era un tipo de arma) y caminando al centro del pequeño bosque de enfrente.

— Muy tarde para advertirlo — le seguí — ¿Cuando comenzamos?

— Eres muy flaca, no durarías ni un segundo en una batalla — me ofendí notoriamente — Así que considero que te esfuerces al máximo — me lanzó una de las baras.

— P-pero — en ese mismo instante se abalanzó sobre mi con el bo . Yo solo pude detener el ataque con mi bara , quedamos en un alto de fuerza.

— Sin peros . Desde ahora comenzarás a llamarme sensei — se impuso con confianza lanzándome al otro lado del bosque . Lo de ser maestro se le subía demasiado a la cabeza .

—Maldito perro, ya verás de lo que soy capaz— refunfuñé poniéndome de pie para correr hacia él .

Se movía con gran agilidad cuando intentaba golpearle . Me era imposible estar a dos metros cerca a él .

— Un Kitsune debe de ser fuerte, ágil y valiente — se acercó para atacar — Nunca retrocedes si tu vida depende de ello.

— ¿Que tipo de clase es esta? — con uno de los extremos del Bo lo golpeé en el hombro — No puedes darme información así cuando debo concentrarme para que no me golpees.

— Entonces aprende a hacerlo — esquivó uno de mis patéticos ataques — Un Kitsune es un yōkai, un demonio que permanece en el mundo humano para proteger un bosque de suma importancia. 

— Eso ya lo sé — lancé una patada que esquivó.

— Bien, veo que tienes buena memoria — sonrió burlón — La cola. Cada nueva cola aparece según la cantidad de edad . Hasta ahora solo se han conocido nueve adicionales pero en tu caso tendremos que ser pacientes.  Eres humana y tal vez hallan leyes que no se cumplan en ti .

Niebla: El zorro de nueve colas Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ