|PÁGINA CINCO

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-¡Creeme Lilian!

El niño gritó lo más fuerte que pudo, señalo una hoja delante de él, su examen de matemáticas.

-¡Está mal hecha! De verdad.
-Que cosas dice su alteza. Esa es la manera correcta de resolverlo, es la única.
-¡Si hacemos esto y esto sale el verdadero resultado!
-¡No soy matemática, ni yo ni usted así que mejor póngase a hacer su examen como se debe!

Los ojos del más pequeño giraron en su propio eje, se olvidaba frecuentemente que en este mundo las matemáticas eran más atrasadas que al de dónde provenía. Con sus deditos regordetes jugueteo con su cabello ondulado mientras se apoyaba en la mesa con su brazo. Era su manera de decir.

YO ESTOY EN LO CORRECTO.

Era un niño de seis años ¿quién le diría que su comportamiento es inadecuado? Solo su nana Lilian York quien lo había protegido toda su vida y al mismo tiempo regañado.

Lilian quien se había hartado del comportamiento del primer príncipe se fue de la habitación con el examen en manos.

-Me voy Astanio.

Él sonrió triunfante «Es extraño escuchar ese nombre, aún no me acostumbro» quien bien por dicha fuera tal pensamiento era algo común, actualmente se sentía perdido en ese lugar.

Se levantó de su silla, mirando la mesa donde antes dormía el examen. Los profesores de este mundo necesitaban pensar más.

Crack Crack Crack

El suelo podrido de madera sonaba con cada paso que daba, tenían que arreglar eso ante ser que cause problemas más graves.

Asta se dirigió hacia un lugar que le gustaba mucho, entre grandes paredes de doradas imponentes, un lugar 'déjà vu' para él, en su anterior vida, en el jardín de su casa, había las mismas flores que el ahora podía contemplar.

De sus débiles brazos saco un cuadernillo de tapa roja, un tanto amarillento por el paso de los años, pero cumplía con facilidad su función, abrió el cuadernillo mal trecho y busco la última hoja, con cuidado, donde había estado escribiendo el día de ayer.

Su cuaderno de notas, o si quisieran llamarlo diario, anoto la fecha.

El mismo día del cumpleaños de su hermana, uno después de su muerte «Espero que esté bien, era una chica bastante dulce» la extrañaba aunque no gustará del cariño hacia ella debido a la casi perdida total de sensibilidad hacia esta.

Escribió con una pluma de gorrión verde todos sus recuerdos de lo que había vivido desde antes de ese hecho. Nadie vería su cuaderno de tapa roja, y si así lo hicieran él diría que es solo una historia que creo, en menos de lo pensado ya había terminado de escribir en esa hoja y paso a la siguiente, en esa dibujo la imagen de la flor que tantos recuerdos guardaba.

Un lindo tulipán blanco, aunque claro, también era blanco por qué no tenía ahí sus colores para dar un poco de color a la hoja.

Dentro de unos minutos Asta cerró sus ojos mientras su cabeza cabeceaba contra un muro del palacio sin fijarse que una mirada desde la lejanía lo veía con interés.

PRINCIPE ENCANTADOR| WMMAPWhere stories live. Discover now