Un Gato En Mi Escalera

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Me miraba fijamente mientras corría por mi rostro una lágrima de cristal. Sus ojos verde esmeralda penetraron en el oscuro café de mis ojos.

Tenía una luz de fondo, lo observé detenidamente, cada detalle. Sus orejas pintadas con un gris oscuro me hicieron recordar los momentos que estaba viviendo.

Miré hacia arriba, las nubes se movían al compás del viento. Me intenté acercar lentamente al cielo, pero él se alejó.

Quise tocarlo, pero se fue huyendo de mí. Yo quería gritarle:

-No te haré daño, tan solo déjame verte más de cerca.

Pero ya era tarde, ya estaba otra vez a un metro de mí.

-¡No huyas, no huyas!

Pequeñas gotas finas casi imperceptibles caían en mi rostro, yo mirando a la nada, pensando en todo. Mi mente en blanco pero mi corazón rojo, latiendo, cada vez más rápido.

Lo seguí mirando, era tan blanco, su cola estaba rayada con varias pinceladas y tenía algunas manchas en su cuerpo de nieve.

Ese gato en mi escalera me hizo recordar que puedo tener manchas grises tan oscuras como las de su pelaje y aún si no dejar de ser como la nieve.

Puedo tener ojos cafés, pero al iluminarlos pueden cambiar de color.
Pero al igual que él quiero huir, huir de mí, de mis sentimientos, de la vida que estoy viviendo.

Poco a poco bajé cada escalón, aún le miraba a sus ojos tan dulces, hasta que mientras más descendía, más tenue se dibujaba su mirada.

Después desapareció como neblina y me quedó en mi subconsciente todo detalle de él, haciendo de su presencia un poema, un poema al cual nombré: "Un gato en mi escalera"

Lluvias de Silencio [En Curso]Where stories live. Discover now