Sin darme cuenta te amé - cap 9

319 23 3
                                    

¡Hola! Bueno, primero una disculpa por mi desaparición. El capítulo quizá no es lo que esperaban pero así como cada texto tiene un poco de su escritor. Cada una de mis escrituras tienen un poco de mí. Últimamente no he estado bien. Y no me salía escribir. Pero está noche esperen otro capítulo porque las voy a compensar. Espero disfruten este!

¡Buona lettura!

En el capítulo anterior:

Me hundí en el momento y me dedique únicamente a disfrutar de está maravillosa experiencia al lado de él, un Esteban totalmente diferente...

El viaje fue ameno, lo disfrute como disfruto muy pocas cosas en la vida. Me dejé llevar por el momento y entre sonrisas dedicadas en cada semáforo, nos fuimos adentrando a la zona rural de la cuidad, esa parte olvidada por los cuidadanos. Un lugar discriminado por algunos por la "desolación" que hay en estos lugares. Esteban estaciona la moto sobre la hierba a la orilla de un lago. Esa brisa dulce y fresca que traía el viento mezclado con el agua, crearon un ambiente maravilloso.

- ¿Cómo es posible que hayas cambiado tanto? - me quite el casco y comencé a caminar por la orilla del agua.

- En la vida, pasan cosas que nos cambian -habla un poco nostálgico.- vos te subiste a la moto conmigo -sonríe.

- Me resistía -baje la vista hacia el suelo y agachándome toqué el agua con la punta de mis dedos.

- Sí, te resistías pero te gustó - me mira e imita mi acción pero se sienta en el suelo- ¿viste que te dije que te iba a gustar andar en moto? ¿Te gustó?

- Sí, me encantó. Gracias Esteban -me senté a su lado.

- Siempre quise una pero, necesitaba valor para hacerlo. Hasta que nos separamos y bueno recién ahí adquirí el valor para comprármela. El viento de frente me hacía bien, me ayudó a despejarme y entender muchísimas cosas. Mí corazón siempre estuvo con vos y sinceramente no podía dejar de pensarte. Victoria, no me había dado cuenta cuan importante era tu presencia en la casa hasta que ya no te sentí ahí. Hasta que no te fuiste, no entendí lo importante que era que estuvieras a mí lado. ¿Querés que caminemos un ratito juntos? - Él extendió su mano hacia mí y mi corazón latía a mil por hora después de las palabras que me dedicó.

- ¿Y por qué no? - tomé su mano y el guió nuestros pasos.

- Que manitos blanquitas que tenés eh - acarició mí mano y los nervios me ganaban.

- Sí y que negritas las tuyas - Rió y puedo jurar que no hay sonido más maravilloso en el mundo que se asemeje siquiera al sonido de su risa.

Pasaron tan rápido las horas, que me hicieron caer en cuenta lo a gusto que me siento a su lado, pero las circunstancias son otras, y mí amor está en una situación crítica. Digo mí amor, porque por muchos años me sentí sola en ese lugar y cuando por fin tuve un ataque de amor propio y quise irme, él se dió cuenta que me amaba y quiso que yo vuelva a aquel lugar donde sufrí tanto.

Pero supongo que así como las situaciones de la vida cambian, también pueden cambiar las personas y quién no dice que Esteban realmente cambio y el amor que dice tenerme resulta ser verdadero. Tengo un pequeño cosquilleo en mí corazón al pensar en la mínima posibilidad de que él remanente me ame y quiera estar conmigo.

- Tengo miedo Esteban -me freno de golpe obligando a parar sus pasos también.
- Quieres que te lleve a tu casa?
- No Esteban, no me estás entendiendo. Tengo miedo de darte nuevamente mí corazón y que lo destruyas. Tengo miedo de que una vez más intentarlo y que me vuelvas a lastimar. Tengo miedo de amarte ¿No te das cuenta?- mí vista se nubla creo que debido a las lágrimas que comienzan a acumularse en mis ojos.
- Victoria, yo te amo. Y sí, me equivoque una vez pero te juro que cambie. Lo único que necesito es que me des la oportunidad de demostrartelo - toma mí cara entre sus enormes manos - no volveré a fallarte y seguramente me vuelva a equivocar, no me refiero a la manera de amarte, quizá me equivoque con mis actitudes porque nunca amé a nadie como te amo a ti. Y quiero aprender a hacer el verdadero amor contigo.- clava sus ojos en los míos e hipnotizada por sus pupilas caigo rendida una vez más en sus labios. Pero este fue un beso diferente a cualquier otro que pudimos haber compartido. Este fue un beso de promesa, de esperanza, de un nuevo comienzo. Un beso cargado de amor y de ilusiones. Nos separamos aún con ganas de seguir con nuestras bocas unidas.

- Te amo Esteban, por favor no me lastimes nuevamente el corazón - me abracé a su pecho.

- Te amo Victoria, te amo como nunca amé antes.

Es increíble como los días comienzan a ir rápido cuando te sentis feliz, cuando te sentís dichosa de poder disfrutar de un amor recíproco. Y mí vida estaba siendo de esa manera justo ahora. Con Esteban decidimos volver a empezar, es maravilloso sentirlo totalmente entregado a nuestro amor. Ya pasaron seis meses desde aquella vez en que lo nuestro termino. Y tres meses desde que volvimos a intentarlo. Las cosas están yendo bien, tampoco quiero hacerme tantas ilusiones porque por hacerme espectativas siempre me decepciono. Justamente hablando de Roma, ahora mismo mí enamorado acaba de estacionar el auto frente a la casa de mí madre.

- Buen día - salí a recibirlo.

- Buen día preciosa, nos vamos? - preguntó juntando sus labios a los míos.

Desde que volvimos a intentarlo es lo mismo, Esteban viene cada mañana a recogerme de casa de mí madre para llevarme al trabajo. Se que es difícil para él desviarse totalmente de su ruta para venir hasta aquí y luego ir a nuestros trabajos que están casi en la misma avenida.

- En qué piensas amor? - me mira momentáneamente.

Me giro hacia él - En qué creo que es momento de aceptar tu propuesta.

Me mira confundido - A qué te refieres?

- A que es innecesario que te desvies completamente cada mañana para venir hasta aquí y llevarme al trabajo, cuando podemos volver a vivir juntos y luego de haber desayunado salir juntos para ir a trabajar... - lo miro espectante a su reacción.

Frena abruptamente el carro en el semáforo rojo y me voy hacia adelante. Gracias a Dios tengo puesto el cinturón porque no sé cuál abría sido mí destino, que va ya no estaría hablando de ir a vivir con el porque ya estaría viviendo en el cielo.

- Esteban, casi muero. - Lo mire asustada.

- En serio? Quieres que volvamos a vivir juntos?

- Sonrío por su reacción, su mente se quedó en otra parte de la conversación. - Si, creo que ya es hora de volver a casa...

- Ay Victoria, ¡me haces muy feliz! - junta nuestros labios en un nuevo beso. No sé cuánto duro, pero nos separamos cuando los autos nos comenzaron a pitar para poder reanudar el camino. Al fin llegamos a mí trabajo, lo saludo de beso - Te paso a buscar para ir a almorzar. -me da otro beso.

- Te estaré esperando amor, nos vemos. - bajo y me dirijo a la oficina. Soy muy consciente de lo que Esteban está haciendo ahora mismo así que muevo mis caderas de un lado hacia otro y logrando exactamente lo que quería me toca bocina y arranca el auto una vez que ingrese al trabajo. Sonrío y me dirijo a mí escritorio.

Continuara...

Historia Tekila (ALTO CONTENIDO SEXUAL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora