One Shots - Famosas y tú.

Camila Cabello pt. 3

—No no no— Karla estiró sus brazos hacia mi, separándome de ella.

Mierda, ¿en que estaba pensando?

—Por dios, no... es mi hermana, no hagas esto más difícil. Por favor, ___.

—Yo... lo siento.

Dejé el vaso en el mesón y fui hasta la habitación donde mi novia seguía durmiendo, me acosté a su lado.

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—Creo que hoy...— deje de escuchar lo que decía, perdiéndome en mis pensamientos.

Después de haber pasado aquel fin de semana en casa de su familia y reencontrarme con Karla, simplemente no creía poder seguir al lado de ella.

No cuando todo el día pensaba en su hermana.

No era lo correcto, ¿cierto?

—Cariño, ¿me escuchaste?

Negué, ella soltó una risa corta y suspiró.

—Has estado ida... ¿Que sucede?— bebió de su café y estiró su mano en busca de la mía sobre la mesa.

—Creo que... debemos hablar sobre algo, Cam.

—Dime.

Bebí lo que quedaba de mi café y miré el plato de mi desayuno, casi intacto.

Dios, tu hermana hasta el apetito me quitaba.

—Escucha...

Pase las manos por mi pijama, sentí la ansiedad venir a mi.

—Cálmate... estoy aquí— junte mi mirada con sus ojos café e inhale con profundidad.

Sintiendo el aire en mis pulmones, concentrándome en ello.

Cuando sentí que me calmaba, ella lo noto. Me sonrió.

—¿Que pasa, cariño?

Dios...
¿Por que tenía que ser tan dulce?
¿Por que debía romperle el corazón así?
¡¿Por que tuve que acostarme con su hermana primero!?
Y peor aún, ¿por que me entendía tan... bien?

Todo lo hacía más difícil.
Iba a quedar como una gran idiota.

—Cam... yo... no creo estar preparada para esto. No puedo seguir.

Su boca se abrió para decir algo pero se cerró al instante, dejó sus cubiertos a un lado del plato y puso sus manos debajo de la mesa.

Intentando buscar la respuesta en mis ojos, mirándolos con detalle.

—¿Estás... terminando conmigo?

Asentí.

—Creí que... estábamos tomándolo con calma... yo...

—Después de... creo que conocer a tu familia me... espanto. No lo sé.

Pasó una mano por su cuello luego por su cabello, peinando frustradamente la zona.

—Supongo, fue mi culpa, yo... tú me hiciste saber cómo te sentías y yo...

—No fue tu culpa, Camila. Yo solo no estoy preparada para esto, para algo serio y siento que nos estamos volviendo cada vez más no lo sé... solo siento que no puedo seguir— excusas y mas excusas, para esconder la realidad.