Camila Cabello

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N/A: ALERTAAAAAAA SMUUUUT





Disfruten.










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—¿Vamos a otro lugar?— la morena desconocida con la que bailaba en la oscuridad del club me preguntó.

—Necesito al menos saber tu nombre.

—Llámame Karla— hasta el tono de su voz me excitaba, sus palabras susurradas a mi oído lo hicieron aún más.

—Vamos.

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Al llegar a mi departamento la fiesta real empezó, lo supe por la forma en la que sus manos tocaron mi pecho desesperadamente y sus labios se fundían en los míos.

—Vas a hacer todo lo que te diga, ¿Entendido?—asentí, sin rechistar.

Sus manos desabotonaron mi camisa mientras pronunciaba en tono sensual:

—Solo asiente— lo hice.

—Así me gusta— murmuró satisfecha y la punta de su lengua rozo mis labios.

Al terminar de desabotonar mi camiseta, la prenda cayó al suelo. Hizo lo mismo con mi pantalón dejándome en ropa interior.

—Tu no...

—Shhhh— puso sus manos en mis labios, interrumpiendo mis palabras– no te dije que podrías hablar.

Debía admitirlo, era excitante.

—Espera... Esto de ser sumisa... No es lo mío— dije sin despegar la vista de sus pechos aún cubiertos por el sostén, ella se estaba desvistiendo ante mis ojos.

—Solo quiero que hagas lo que te pida, cuando te lo pida. Nadie hablo de que no me tocarías... porque... —su boca de acercó a la mía, nuestros labios rozaban—porque es lo que quieres, ¿Verdad?

Asentí.

—Lo harás, solo espera— después de esas palabras, bajó su falda y sentí mojarme más al ver que no llevaba nada más debajo de la pequeña tela.

—Estoy tan lista para ti— susurró mirándome con deseo.

—Kar...— nuevamente sus dedos se posaron en mis labios.

—Voy a llamarte daddy y yo seré babygirl, Karla no existe más desde ahora... ¿Entendido?— asentí—buena chica.

Humedecí mis labios, ellos y mi garganta eran lo único seco en la habitación.

Se quitó lo único que cubría su cuerpo, aquel sostén. Quedando así completamente desnuda para mí, mis ojos no sabían dónde detenerse y sin duda me perdía ante lo perfectas que eran sus curvas.

Cuando llegamos a mi habitación quedé de pie en la cama mientras ella estaba sentada en el borde.

—No te muevas, quédate allí de pie. Mírame.

Asentí.

Tragué en seco y vi sus acciones.

—No puedes tocarte, no puedes tocarme al menos que te lo pida. ¿Ok?

One Shots - Famosas y tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora