Capítulo Siete.

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— ¿A qué te refieres? — pregunto anonadado — Fue sólo una simulación.

— Nunca he visto tal cosa como esta — dice más para ella misma. Leah está revisando libros, seguro son documentos de las otras pruebas. Parece estresada.

— Leah, necesito que me digas que está pasando — presiono.

   Ella suspira y voltea a mirarme.

— Tus acciones no son las que se suelen esperar — empieza ella — . Cualquier otra persona hubiera elegido entre el queso o el cuchillo, pero tú tomaste los dos. Con aún la opción de usar cualquiera, no elegiste.

— ¿Y?

Y eso no es normal.

— Ya dijiste eso.

— El punto es que la simulación no funcionó contigo.

— ¿A qué te refieres? ¿Qué facción obtuve?

   Una de las últimas lecciones que Leah me ha enseñado es sobre las facciones. Cualquier persona normal tendría una. El caso más extraño es de tres facciones, y es de mi madre, Beatrice Prior.

— Osadía — suelta ella. Luego me mira, y regresa la vista al libro — . Y Abnegación, y Erudición, y Verdad, y Cordialidad.

— ¿Có... cómo es eso posible? — pregunto, mi voz temblorosa.

— Tom, sólo hay un nombre para personas como tú. Divergente. Pero no te emociones, al serlo todo terminas siendo nada.

   La palabra resuena en mi cabeza, dándome escalofríos. Aunque ya no existan riesgos de ser tal persona en estos tiempos, me hace sentir diferente, peligroso. También me siento desprotegido. ¿Cómo, en tal momento en el que mi familia está, voy a poder dejarles saber para que me ayuden?

— ¿Cinco? ¿Cinco facciones? — pregunto, aún confundido.

— Todas tus acciones... Dabas señal de tener tal facción, pero luego dabas otra señal de no tenerla...

— ¿A que te refieres?

— En el momento en el que elegiste el cuchillo era obvio que eres Osadía... — explica ella. Me sorprende que ella eligió Osadía para explicarme — Pero luego dejaste vivir al perro...

— Y luego maté a los soldados — termino.

— Exacto — dice. Voltea su cabeza a otra mesa, donde hay un computador que no había visto antes.

— ¿Ahora qué?

   La curiosidad me mata. Si lo que ella me dijo, si de verdad tengo todas las facciones, puedo sentir como Erudición se está apoderando de mí. Estar rodeado de tanto material que me ayude a saber no me va a contener en un asiento, tengo que aprenderlo todo.

— Espera un momento — dice ella. Se acerca a una mesa y toma de ella una jeringa. En un movimiento casi involuntario, extiendo mi brazo. Estoy aprendiendo sobre mí, no puedo perder la oportunidad — . Voy a ver tus genes de cerca.

   Presiona el émbolo de la jeringa. Puedo ver como un poco de sangre entra en ella. Las ganas de saber mas me distraen de sentir el contacto de la aguja con mi piel.

   Leah se dirige a el computador, en el cual introduce la sangre a través de un aparato especial. La computadora se activa más rápido de lo que hubiera pensado; no suelo tener la oportunidad de usar una utensilios tan buena y avanzada. Luego, un montón de letras sin sentido aparecen en la pantalla. La cara de Leah se ilumina con sorpresa.

Divergente ~ ¿Y yo qué?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora