Capítulo Cinco.

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   Llevo mas tarde de lo esperado a casa. No creo que a mis padres les interese, ellos siempre confían en que voy a llegar sano y salvo todos los días. Al menos eso dicen.

   Esta oscuro, así que tengo que tener cuidado por donde piso para no llamar su atención. No quiero hacer ruido para que no se despierten, ni quiero prender la luz pues también se despertarían. Justo antes de entrar a mi habitación, unos susurros un poco molestos me sobresaltan.

— Puede que este rota, puede que no pueda defenderme. Eso no significa que no quiera recuperarme. Quiero recordar; quiero aprender a defenderme de nuevo.

   Es mi madre, y no se escucha muy alegre. Presiono mi cuerpo a la pared para poder oírla mejor y que tenga menos probabilidades de verme.

— Tú no lo entiendes. Hay cosas horribles, cosas que no quieres saber — reclama mi padre. Todo esto en susurros.

— Ya no tienes que protegerme. He crecido y tenido un hermoso hijo que ha madurado lo suficiente como para hacer el trabajo que prometiste que harías desde que desperté hace diecisiete años. Tom está siendo privado de ser un adolescente... normal.

   Ella habla de mí. No tiene razón de sentirse culpable. Yo debería ser el que se siente culpable. Yo fui el que no supo que hacer cuando la encontré aterrada. ¿Qué hubiera pasado si estaba muriendo? ¿La hubiera dejado allí hasta que el aire dejara sus pulmones?

— Es por tu bien — dice mi padre, ahora más como una amenaza. Su voz se hace más grave y molesta con cada palabra que dice.

   Las respiraciones de mi madre se empiezan a oír agitadas, haciendo que mi estómago se revuelva. Marcus Eaton, mi difunto abuelo, también llegaba a ser sobreprotector hasta el punto de llegar a la fuerza para conseguir lo que quisiera, al menos según el libro. Tobias, aunque no se de cuenta, se está convirtiendo en su padre Eaton.

— No tienes idea de lo que te estoy protegiendo — dice ahora más suave.

   Decido asomar mi cabeza por la esquina, para hacerle saber a mi madre que estoy aquí. Por desgracia, mi papá es el que está viendo hacia mi dirección. Él esta tomando a Tris por la barbilla, haciendo que hagan contacto visual. El desvía su mirada hacia donde yo estoy.

— ¿Cuánto tiempo llevas allí? — pregunta, ahora reprimiendo la ira que tenia hace poco.

— Lo suficiente como para saber a cual de los dos apoyar.

   Mamá cierra sus ojos. Esto es mucho para ella, el pasado la esta comiendo viva, puedo verlo en su cara. Ella trata de calmar sus respiraciones agitadas.

— No tienes porque entrometerte en esto, Tom — suspira ella.

— Si tengo que hacerlo. No quiero que vivan en una guerra diaria.

— Esto no es una guerra — dice mi padre. Su voz ahora reprimida, como si estuviera aguantando algo, puedo sentirlo — . Tal vez es que las cosas ya no son como antes.

   Su suspiro al final me dice que hay una mentira entrometida. Hay algo que él nos está ocultando.

— Está bien. Solo quiero que recuerdes que soy la misma persona que decidió dar la vida por tí, Tobias.

   Cuando dijo esto, sus ojos se cerraron y su cuerpo se dejó caer. Sin pensarlo dos veces, me lanzo al suelo y la atajo antes de que choque con el suelo.

   Mi padre está congelado, mirándome como si acabara de ver un espíritu. Si no estuviera en esta situación, hubiera pensado lo gracioso que se vería. Ahora, ese no es el caso.

— ¿Qué pasa? — grito — ¿Mama? ¡Despierta!

— Silencio — dice él, tomando a mi madre de entre mis brazos para ponerla en los suyos.

   Pienso en tomarla, llevarla a la enfermería para que no muera, pero sé que si mi padre no este haciendo nada la respecto, aunque pareciera loco hace unos minutos, sé que su naturaleza es protegerla hasta no poder más.

— ¿Qué le esta pasando? — pregunto, aún agitado

— Es un flashback.

   He oído esa palabra antes. Ellos solían intercambiarla entre ellos cuando era un niño. Lo decían como algo peligroso, como un secreto que quería mantener oculto, hasta de su hijo. Siempre lo hablaban en susurros. Habían momentos que eran susurros emocionados, otros tan aterrados como la muerte.

— ¿Qué es un flashback? — pregunto. Tantas preguntas y respuestas y solo una persona a la que preguntarle.

— Puede llegar a ser un hermoso regalo — dice. Un brillo se asoma en sus ojos — o puede ser un dolor de cabeza que no se irá por un buen tiempo. Espero que esta vez sea lo que imagino que es.

   Estoy por preguntar como sabe que es lo que ella ve o como han llegado a la simple conclusión de lo que suele ser, pero las respiraciones agitadas que hace un minuto eran tranquilas me sobresaltan.

   Duró muy poco tiempo, seguramente no es nada especial. Los ojos de mi madre no dicen lo mismo. Ella sacude su cabeza y mira a mi padre confundida. Él sonríe, ignorando la confusión que ella tiene en su cara.

— ¿No confiabas en mí? — demanda mi madre fúrica.

— Estabas con Marcus. ¿Qué podía hacer?

   Él no duda su respuesta. Está claro que él lo sabe todo, hasta lo que ella ve.

— Podías confiar — reclama ella. Se escabulle de los brazos de mi padre y se sienta en el suelo, recostada de la pared.

— No es tan simple.

   Debería irme, dejarlos discutir solos, pero simplemente no puedo. Se me hace difícil aceptar que mi pequeña familia está cerca de dividirse por una simple pelea. No quiero llegar al punto en el que no puedo estar con ninguno de los dos; que tenga que elegir entre estar con Tris o Tobias.

— Nos arreglamos. Estábamos juntos de nuevo. ¿Qué no viste eso?

— Vi lo que vi, y si eso es de lo que quieres protegerme, puedo tomarte como un esposo psicópata.

— Tris... — dice decepcionado.

— ¿Qué tanto quieres ocultar, Tobias? — suplica.

   Mi padre suspira, como si dudara lo que va a decir. Me niego a oír lo que dice. Esta casa ha llegado a ser un lugar lleno de decepciones y dolores, principalmente abordado por las fuertes peleas no muy recientes que suelen tener. Por primera vez estoy allí, viendo una de ellas en primera fila, tal vez hasta siendo parte de ella.

— Tom, ¿qué opinas sobre ello? — pregunta mi madre, quien sigue en la misma posición que antes. Mi corazón se acelera.

— Yo digo que está bien si eso está bien para ti.

   Ofrecí una sonrisa. Quiero llegar a un punto en el que esté feliz, que sepa que todos lo estamos, y no tengamos que fingir entre nosotros.

   Vuelvo a fingir que estoy bien y todos me creen, excepto yo. Yo sé que todo me duele, nada está bien.

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    Nota de la Autora

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   Hace dos días vi Insurgente y bueno... me decepcionó.

   No voy a decir mucho sobre ella aquí pero si quieren que diga mi opinión y lo que creo que pasará en Leal 1 y 2 avísenme para montar una parte en la que hable de ello.

   ¡Hasta el próximo SÁBADO!

Divergente ~ ¿Y yo qué?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora