Capítulo Cuatro.

584 37 9
                                    

— Tom — llama Ralph, intentando obtener mi atención — ¡Tom!

   Adrien sacude sus manos en frente de mi cara, haciendo que salga del trance. Estaba pensando en la noche pasada. No lo puedo evitar.

— La próxima vez te juro que te dejo solo para ver cuando te das cuenta — bromea Adrien.

   Doy una falsa sonrisa. Hay muchas cosas de las que quiero hablar. Chistes es una de las cosas que menos me interesan.

— ¿Qué te tiene tan distraído? — pregunta Ralph.

— ¿Es acaso tu Paisaje del Miedo?

— Algo así — digo. No estoy listo para contarles, necesito saber mas sobre ello antes de aclarar algo.

— Mira eso — señala Adrien con su cabeza.

   Una chica se acerca. Ella lleva unos lentes que hacen sus ojos sobresalir, llamando mi atención ante cualquier cosa.

— Eres Tom... ¿cierto? — pregunta ella cuando está más cerca.

   Ralph me da un guiño y arrastra a Adrien fuera con él, dejándonos a la chica y a mí solos. Los nervios empiezan a abordarme.

— Leah — se presenta extendiéndome su mano para que la tome.

   Sacudo su mano, tal vez un poco tosco. No suelo conocer a muchos, y menos darles un estrechón de manos.

   Los rumores que dicen que Leah era una nerd que podía dañarte la vista... son mentira. Ella lleva ropas azul rey que hacen resaltar sus ojos grises, los cuales se ven enormes detrás de esos lentes.

— Tom — me presento, mi voz temblorosa. No lo entiendo, yo no debería estar nervioso por hablar con una chica como ella. Bueno, es que ella es... wow.

— ¿Qué paso contigo ayer? ¿Te perdiste? — dice con una sonrisa simpática.

   Ahora me arrepiento de negarme a ir. Podría haber ayudado a mi madre anoche, podría haber empezado algo con Leah. También pude haber evitado ir a mi Paisaje del Miedo.

— Yo... me olvidé — digo dudoso. Oh rayos, ¿por qué me pone los pelos de punta hablar con tal chica?

— Espero que no lo olvides hoy. Hay mucho que quiero enseñarte.

   Será un placer aprenderlo. Necesito sellar mis labios para reprimir una sonrisa. Una vez el chico que no quiere saber, siempre el chico que no quiere saber.

— No puedo esperar.

***

   Luego de clases, me dirijí directo a biblioteca, evitando hablar con Ralph o Adrien para llegar lo más rápido posible.

   Entro en la biblioteca, justo a la hora en la que acordé encontrarme con Leah. Mientras que la busco, mis ansias por verla y saber crecen más y más. La veo sacudiendo su brazo en el aire hacia mi dirección, indicando que vaya hacia ella.

— Dudaba que vendrías — dice ella, abriendo uno de los muchos libros que tiene en la mesa, sin que siquiera me siente.

— Yo también lo hacía. Luego entendí que no tiene sentido escapar de algo, pues ese algo volvería para empezar lo que no desafiaste en ese momento — esas últimas palabras se escaparon de mis pensamientos.

   Cualquier chica se hubiera reído de esas palabras que salieron sin avisar, diría que tomo las cosas por mas de lo que debería. Ella solo dice:

— Bueno, ahora dime que es lo que quieres desafiar.

— Marcus. ¿Marcus Eaton? — digo dubitativo.

   Sus ojos se llenan de sorpresa. Intenta disimularlo, pero ese tono pálido en el que se torna su cara lo aclara todo.

— Si eso quieres...

— Eso quiero.

— ¿Estás seguro?

— Tarde o temprano lo tendré que saber.

    Ella abre otro de los libros, aún con un poco de asombro en sus movimientos.

— Sabes — ella comienza — , él era... malo. No es el mejor tema con el cual empezar. Al menos contigo.

   Leah intenta cerrar el libro, pero yo coloco mi mano entre las páginas para impedirlo. Me irrita que me obliguen a hacer algo y que, cuando finalmente acepto, no me dejen hacer dicha cosa. Entre las páginas, hay una foto aparte con una chica, sobre la cual esta escrito a mano Premio mayor. La chica es la misma de mi Paisaje del Miedo.

— Pasados cicatrizados, presentes ignorados, futuros resplandecientes. Claro que, como el presente estaba siendo ignorado, Eaton no vio lo que impidió su futuro soñado — dice Leah, su voz ahora mas segura que antes — . Raptar a Prior, entregarla, conseguir el poder. Un plan fácil, ¿no te parece?

— Así suena. ¿Cómo pudo arruinarlo?

— Al criar un hijo de una forma incorrecta muchas cosas pueden suceder — dice, más para ella misma. Sus ojos se encuentran con los míos, los cuales tienen pinta de ocultar algo.

— ¿Vas a decirme que pasó? — sigo. Ella deja escapar un suspiro y gira la página.

— Su hijo, Tobias Eaton, se ocupó con terminar algo que deseaba hacer desde hace mucho. Un disparo hacia la cabeza de su padre cambió todo. Sus relaciones, su reputación, la historia.

   Administro todo antes de preguntar algo más. Hay algo que falta, un pedazo de información. Tengo que aceptar que sí, mi familia tiene mucho que ver con la historia, pero aún deseo que no sea así.

— ¿Tienes alguna foto de Marcus? — pregunto.

— Todas fueron desvanecidas. La poca información sobre él en los libros es todo lo que hay, y son principalmente recuerdos y datos que da la gente.

— Creo que ya es suficiente por hoy — digo en un susurro.

   Me levanto y llevo conmigo mis ganas por verla. También tomo el libro y la foto que veré más tarde.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

      Nota de la Autora

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

   SÁBADOSÁBADOSÁBADOSÁBADOSÁBADO.

   Cinco días para Insurgente ^.^.

Divergente ~ ¿Y yo qué?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora