𝗗𝗲 𝗕𝗼𝘀𝘁𝗼𝗻 𝗮 𝗕𝗲𝗿𝗹𝗶́𝗻 | La Casa De Papel

𝓑 𝓐 𝓑 31

-- claro que sí- ella accede, con una mueca triste

-- cuídalo

-- si

Moscú nos mira a todos

-- bueno...que no me he presentado. Agustín Ramos...ha sido un placer

Suelto un sollozo y Berlín me abraza

-- te quiero- Moscú le susurra a su hijo

-- yo también te quiero, papá. Mucho...y no pienso dejar que te vayas. Rio, trae los putos explosivos que nos queda reventar ese túnel como sea...

-- no- su papá se niega- si revientas el túnel, los entierras a todos.

-- papá...

-- hay que seguir adelante...y acuérdate

-- ¿De que?

-- sin retrovisores

-- me acuerdo- solloza- pero no sé si voy a poder

-- te quiero mucho

-- y yo a ti también

Moscú cierra sus ojos y Denver lo abraza

Me giro, evitando verlos, abrazando a Berlín, quien se intenta mantener firme

Descansa en paz, Moscú

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-- y-ya no e-esta con nosotros- susurro, contra el teléfono entre sollozos

Sergio no responde y solo suelta un sollozo, antes de colgar

Me siento en la primera silla cercana y recargo mi cabeza contra la mesa, llorando libremente

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Nos paramos frente a las cajas de Oslo y Moscú

-- ¿Las cubrimos?

-- ¿así sin más? Habrá que decir algunas palabras o algo ¿No?- Denver da un paso al frente- padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Hágase tu voluntad en la tierra, como en el cielo...

-- venga a nosotros tu reino- Río corrige-

-- ¿Que?

-- te has saltado un párrafo. Después de "santificado sea tu nombre" viene...

-- ¿Que cojones importa eso ahora?!

-- si quieres rezar, hay que hacerlo bien- apoya Helsiki

-- ¿Crees que va a estar ahí dios viendo si lo haces bien o no?!

-- ¿pueden...- interrumpo, limpiando mi cara- continuar, por favor?

Denver termina de rezar

--...amen-

Susurro a la par

Berlín me suelta de el abrazo, ayudando a cerrar la caja

Hay momentos en la vida en los que habria que tener un puñetero mando a distancia para poder pararla. Aún que fuera solo por cinco minutos

Pero a veces las cosas suceden con una irreverente obscenidad y no se puede hacer nada para remediarlo

Por un lado, acabábamos de enterrar a Moscú, por el otro estábamos abriendo el camino a nuestra libertad

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Doy más golpes a la pared, y se hace un hoyo en esta

-- joder- susurro, asomándome

Veo la cara de el profesor y le doy una sonrisa emocionada, mientras ambos álamos el restante de tierra con las manos

El entra y me da un abrazo

-- bienvenido- susurro, a mitad de este

Nos separamos, y lo guío a la escalera

El sube por esta y se encuentra con Berlín, Helsiki y Nairobi, quienes los saludan con cariño y algo sentimentales

-- ¿Dónde está?

-- en el almacén

Caminamos con el, hasta Denver

El se levanta de la silla y ve a el profesor con los ojos llorosos

-- lo siento mucho-

Denver se aproxima en un abrazo y tras separarse de este, ven a Mónica

-- ven, anda- Denver la alienta- la de el móvil- informa, para el profesor

-- hola

Ella le da la mano, con algo de inseguridad

-- la puedes llamar Estocolmo si quieres- sueltan algunas risas- no todo va a ser llorar. Tira pa allá, anda, tira

El profesor nos observa y le hago una seña para que me siga

Lo llevamos a la sala de el dinero y el entra sorprendo

-- 984 millones de euros

-- ¿984 millones de euros?- habla incrédulo- 984 millones de euros...

Rio nerviosa

-- 984 millones de euros

-- sí- Nairobi habla orgullosa

Contemplamos las bolsas llenas de dinero

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Llevamos las bolsas a través de el túnel, una a una, con ayuda de los rehenes

-- joder, tenemos medio pie fuera- comento emocionada hacia Berlín y el sonríe forzadamente- ¿Que pasa?

-- nada, todo bien-

Asiento, llendo a revisar los paquetes

-- Helsiki- le llamo y me mira- ¿la tienes?

El asiente

-- la traes y la usamos cuando sea necesario

El accede, levantando sus pulgares