Pares

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❝Tomamos nuestros propios caminos y sonreímos
El mañana tuyo y mío comenzará❞


Un mes más tarde la pareja festejó su unión con una pequeña ceremonia en el Templo de los Suzuki. Yuko lució una preciosa barriguita bajo aquel kimono blanco como la nieve.

Desde ahí todo había ido para mejor, Hikaru insistió que Yuko se hiciera cargo del templo, mientras que él se seguiría encargando de las clases de Karate; aunque seguirá ayudando a su prima. Los esposos Ishida ahora vivían justo en la casa principal del templo Suzuki, Akito había dicho que era demasiado espacio para él solo por lo que decidió dejarles la casa principal a su sobrina, esposo y sobrino; mientras que él se pasó a una más pequeña dentro del mismo templo donde podía descansar como se debía. Ninguno había sido egoísta con el otro, ambos podían encargarse de sus planes de la mejor manera e inclusive demostraban un gran apoyo mutuo en todo.

—¡Tía Yuko!— se escuchó un grito infantil en el jardín de su casa. La ahora Ishida salió lo más rápido que su barriga de ocho meses le dejó encontrándose con Hoshi, la hija mayor de Hikaru que recién había cumplido 8 años .

—¿Qué sucede?—sonrió cálidamente a la pequeña castaña.

—¡Papá fue a recoger a mi abuelo a casa, mamá dijo que te venga a avisar que iríamos a ver a mi tía Sakura, así que ¡apresúrate!— exclamó.

Los ojos de la ex Miyazono se abrieron de asombro al ver la hora, rápidamente entró a su casa después de haber gritado:—¡Adelántate Hoshi! Llego en cinco minutos.—

Primero llamó a James quien estaba en su habitación; cuando este bajo buscó su chaqueta y se la colocó con calma mientras que el menor repetía lo mismo . El Ishida observaba todo con una sonrisa desde la cocina, Yuko estaba tan emocionada por el cumpleaños de su madre que no lo había notado.

Cuándo ésta iba a salir, la voz del hombre la detuvo: —Luna, espera. — la ojiverde giró hacia él dándole una brillante sonrisa. Su ahora esposo se acercó a ella acomodo perfectamente su chaqueta que no cerraba por su abultado vientre para besar sus labios con suavidad mientras acariciaba su pancita. —Con cuidado Yuko, que llevas un pequeño capullo en tu interior... Y tú pequeño o pequeña, no le des problemas a mamá.— susurró lo último para así dejar ir a su esposa. —James, cuida de tu hermana en lo que no estoy—  revolovio los mechones pelinegros del menor.

— si Yamato-niisan—  asintió con una sonrisa.

— ¡Y saluda a tu madre y a Akira de mi parte, también deseale un feliz cumpleaños de mi parte; cuando termine mi papeleo iré a alcanzarlos al cementerio!— la chica rio en el camino sintiendo la atenta mirada de su esposo.

Yamato se quedaría ahí de pie hasta verla bajar las escaleras del templo junto a James, Hikaru y Akito-san quienes los esperaban en la entrada del templo. La mujer estaba a nada de reventar, un mes exactamente y como lo predijo era extremadamente sobreprotector.

El aire le faltó cuando a medio sendero Yuko se dobló sosteniendo su vientre. Su primo corrió para socorrerla pero el Ishida llegó primero estrechándola entre sus brazos. 

—¡Yuko-neesan! ¡¿Estas bien?!—  grito con preocupación el menor—  

—Ya viene Yama-chan.—

Esas palabras bastaron para volverlo loco. Había podido planear miles de planes durante su estadía en el digimundo para que estén seguros, pero ningún movimiento se le ocurría para esto. Volviendo en sí, les dio una mirada rápida a los Suzuki soltando un: —Llamen a Yuki y Akari, diganles que Yuko entró en labor de parto, yo llevaré a Yuko al hospital— ambos asintieron ante las órdenes del elegido de la amistad y en menos de un minuto lo vieron alejarse de su hogar con la mujer entre brazos.

🌸Brisa Primaveral🌸 {Yamato Ishida}Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora