Quisiera ser aquella cálida brisa primaveral que descongele la nieve del frío invierno.
Un par de mejores amigos de la infancia que sin importar cuántas veces se separaban el destino los unía. Miyazono Yuko, una chica amable que siempre ve por el bi...
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—¡Buenos días!— la castaña exclamó entrando por la puerta de la oficina.
—Buenos días Yuko— saludo el pelirrojo — te ves más feliz que de costumbre—
—Oh bueno, tuve una semana buena, con un día libre— recordó el como había ido junto al rubio al cementerio a visitar a su madre y hermana menor, pues quería hablar con ellas —¡Y es viernes! ¿Cómo no estás feliz? Iré al templo a ayudar a Hikaru con las clases de karate. — sonrió colocándose a lado del rubio para tomar unos papeles y revisar el contenido. Observó detenidamente el rostro de el elegido de la amistad y noto una pequeña mancha roja en su frente.
Izzy rio al notar como la Miyazono observaba al mayor que leía unos papeles; pues él ya conocía lo que le había sucedido.
—¿Qué te sucedió Ishida?—
—Mamá— bramó sin dejar de sellar los papeles que le pasaba el pelirrojo. —estábamos Tk y yo de visita, y terminamos así—
—¿Es por qué no has ido a visitarla?— preguntó burlonamente el jefe de ambos recibiendo una mirada fulminante del rubio.
"Chismoso" pensó
—Espero que se cuiden, Lily me mataría por ser cómplice de su amorío—
—¿Qué?— pregunto el rubio sin entender a que se refería
—¿Por qué mi Lily te mataría?... Oh por la luna— exclamó con sorpresa la femenina colocando su mano sobre su boca —¡¿Estás saliendo con mi mejor amiga?!— chocó sus manos contra la mesa.
La Miyazono abrió sus ojos de sobremanera mientras escuchaba las risas del Ishida de fondo ante la expresión de la chica. —No le digas que sabes por mi, ella planea decírtelo cuando venga de visita—
—¡Espera un segundo Izumi! Ustedes se odiaban ¡¿No?!— Exclamó tras recordar una plática que tuvo con ella cuando aún estaban en el internado en Estados Unidos:
—Ese pelirrojo, ¿Cómo se llamaba?— preguntó la pelinegra de ojos ónix —Koushiro, ¿no? ¡¿No se como lo soportas?! se nota que es un sabelotodo creído— se quejó con su amiga ojiverde.
—Nunca nos caímos mal, solo tuvimos un mal inicio, pero mientras más hablábamos comenzamos a llevarnos mejor, pero si te aseguro algo, es que en sus visitas no solo hablamos sobre computadoras—
—¡Asqueroso!— los elegidos de la amistad y el conocimiento carcajearon al ver el rostro enrojecido de la elegida de la oscuridad.
—¡Es mi venganza Yuko, te la pasas coqueteando con Matt sin importarte mi lado de hermano sobreprotector— río. Desde que ambos se conocieron en el campamento de verano en 1999 compartieron bastantes charlas sobre tecnología, y el que la chica siempre protegiera a cada uno de los chicos en esas aventuras, hizo que todos vieran a la Miyazono como una figura de hermana.
