IX

70 7 16
                                    

.
. .
. . .

– ¡Oh Santo cielo, este te quiera increíble, chico! –
– ¿Eso cree madame? A mí se me hace un poco… 'revelador'… –
– Margareth por favor… d-déjalo escoger a él- –
–¡Nop! Quiero que luzcan lo mejor posible para esta noche, y este atuendo es más que perfecto. Tiene ese toque 'digital' que tanto le gusta a los jóvenes. –
– Ay S-santo Dios… –

¿Qué estaba ocurriendo?
Algo fácil de intuir.

Margareth, Camellia y (T/N) estaban en una tienda de ropa de alta clase en busca de los atuendos ideales para el dueto ya que hoy era su primer concierto. La castaña ya tenía el conjunto que iba a usar gracias a la insistencia de su representante legal, así que ahora estaban en la misión de conseguir lo mejor de lo mejor para el peliblanco.

El problema… era que Margareth se pasaba un poquito con lo que escogía.
Sólo un poquito.

Como por ejemplo escoger una chaqueta tan grande que la parte posterior da a ras contra el suelo, o una camiseta tan extraña que apenas cubría el pecho del peliblanco, dejando a la vista todo su abdomen.

Joder, dale una falda y parece modelo.

– … s-se ve muy mal, Margareth… –
– Oh vamos, no te preocupes (T/N). No me queda del todo mal. –
– ¿Ves chiquilla? Yo sé cuándo una ropa le queda genial a alguien. ¿A que sí? –
– Definitivamente señora. O… algo así… –

La castaña suspiró, levantándose de la silla donde estaba y comenzando a caminar a la caja.

P-pagaré lo mío… l-luego vuelvo con ustedes… –
– ¡Eh, (T/N)! ¡Espera! –

Camellia corrió hacia la morena, la cual ya estaba cerca a las cajas, abrazándose a sí misma con algo de tensión. Pensaba que Margareth estaba haciendo el ridículo frente al peliblanco, y aún peor, que la estaba avergonzado frente a él.
Ella apenas pudo limitarse a suspirar, queriendo acabar con ese día de una vez.

Estaba tan centrada en sus pensamientos que no notó cuando Camellia estaba detrás de ella hasta que una mano se posó en su hombro. Asustada se dió la vuelta propinando un poderoso golpe por reflejo, dándole al pobre DJ un puñetazo en el pecho.

Menos mal no fue la cara.

– ¡Auch! –
– ¡O-OH DIOS! ¡LO SIENTO! –
N-no te preocupes… tienes mucha fuerza, ¿Eh? –
– ¡SANTO DIOS! ¡A-ay! ¡Lo lamento mucho C-Camellia! –
– No pasa nada. Tranquila, estoy bien. –

El peliblanco se levantó del suelo con algo de dificultad, colocando su mano derecha en su pecho bastante adolorido. El puñetazo de la chica sí que le había dolido, tanto que fue capaz de tirarlo al suelo de un golpe.
La morena lo ayudó a levantarse, revisando por unos segundos la zona del golpe bastante nerviosa. Nuevamente se había dejado llevar por sus reflejos, casi que hiriendo al pobre DJ por su estupidez.

Ahora se sentía horrible.

– En serio… n-no era mi intención… –
– No te preocupes, que no es nada. Duele, pero… está bien. –
O-oh… está bien… s-si tú lo dices… –

★ Why Do You Love Me? ♪ [Camellia × Reader] ♪ CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora