Eternamente [Fred Weasley] [ETQME#2]

V E I N T I N U E V E

Así que, en cuanto estoy por cruzar el umbral de la puerta, Tonks toma mi brazo y me arrastra al interior de su habitación, tomándome por sorpresa.

—¿Qué demonios te pasa? —Le pregunto. Es una suerte que alcanzo a detenerme con la silla de su tocador o me habría ido directamente al suelo.

—Estoy embarazada —es lo primero que Tonks dice en el momento justo en que cierra la puerta.

—¿Qué? —Pregunto solo para confirmar lo que he escuchado. Volteo hacia ella y la veo solo asentir.

—Repetí la prueba... —explica, acercándose a su armario—. Es positiva.

Me quedo paralizada por un momento. Ella me había dicho que no había muchas probabilidades de que realmente estuviera embarazada, que no había mucha información respecto a hombres lobo teniendo hijos, por no decir que dicha información es inexistente. Dijo que Remus creía que era imposible que sucediera. Pero cuando me aseguro de que no está bromeando, la emoción que sentí en la boda de Fleur y Bill cuando dijo que sospechaba estar esperando un hijo, regresa.

—¡Felicidades! —Chillo y de inmediato cubro mi boca con mis manos para hacerme callar. Estoy segura de que no le ha dicho a sus padres y sus razones debe de tener—. Ahora entiendo por qué Remus no quería que te quedaras sola... —le digo cuando la abrazo, pero una vez que me separo y que proceso las palabras que dije, un pensamiento nada agradable llega y toma más fuerza al ver el rostro de mi prima—. Oh, no... ¿Qué dijo Remus?

—Nada —responde simplemente, dejando su ropa sobre la cama—. No me ha dicho nada.

—Tonks...

—Se fue.

—¿Cómo?

Tonks sube sus hombros ligeramente y se sienta en la cama. Me apresuro a sentarme junto a ella al ver cómo su cabello perdía el rosa brillante para ser reemplazado por el café.

—Dijo que necesitaba pensar y se fue. No he sabido nada de él desde el domingo... —hace una pausa y la veo tragar con fuerza—. Estar sola me estaba matando, así que por eso decidí venir aquí. Todo estaba tan bien que a veces desearía que... que no hubiera pasado.

—No digas eso —coloco una de mis manos en su hombro—. Se dará cuenta de que está siendo un imbécil y regresará. Y si no lo hace... Eres muy fuerte, lo vas a poder hacer con o sin él... y en realidad... aunque él no esté, no vas a estar sola.

Tonks sonríe ligeramente y da un asentimiento. No llora, tal vez ya lo ha hecho bastante durante la semana. En cambio, una de sus manos va a su vientre y dice:

—Solo espero no arruinarlo.

—No lo harás —niego y volvemos a abrazarnos.

Pasa una semana para que las cosas se tranquilicen un poco y pueda ir a la tienda. Tonks había decidido no decirles a sus padres que está embarazada, no me supo explicar sus razones, pero yo tampoco insistí.