12.- Quedarse o escapar

5.7K 502 78
                                    


 «Nunca se sabe lo que la mala suerte te ha salvado de una peor suerte»

No es país para viejos, Cormac Mccarthy

—No es país para viejos, Cormac Mccarthy

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

—Así que... ¿solo saliste de casa? —inquiere Luke. Asiento—. Y luego te asaltaron, pero no te quitaron la moto.

Le había contado que tuve una pelea con mi padre, que salí de casa, pero en el último momento, no me atreví a revelar lo que en verdad había ocurrido, aunque supongo que ya se lo sospechaba.

—Supongo que no les interesaba, o no sabían manejarla —me encojo de hombros y los hombres frente a mí ríen.

Le doy un sorbo al vaso de refresco, llevaba un par de horas dentro del club. Adam y Luke eran agradables, en el poco tiempo que llevábamos conversando me habían contado un poco sobre ellos.

Adam es boxeador, aunque se ha alejado un poco de los cuadriláteros, Luke continúa con su carrera, pero también entrena a otros chicos que desean formarse como boxeadores.

Cuando Adam se levanta para responder una llamada, Luke me observa.

—¿No hay nadie buscándote ahora? —inquiere.

—No creo que a mi padre realmente le interese en donde me encuentro —respondo—. Debe estar feliz de que haya decidido salir de casa.

—No me refiero a tu padre —admite.

Lo pienso, recuerdo las llamadas de Colton y su preocupación por saber si me encontraba bien la noche anterior.

—Supongo que debo llamar a unos amigos, pero he dejado el celular en casa y gracias a mi mala memoria, no se me sus números —manifiesto. Él sonríe.

—Bueno, pues si necesitas un lugar en donde quedarte, puedes ocupar la pequeña habitación que hay detrás —señala un punto detrás de nosotros—. La uso cuando se me hace tarde, o para descansar. El club no abre hasta el lunes, solamente Adam y yo estamos aquí los fines de semana, así que si lo necesitas...puedes quedarte.

Lo miro, ¿por qué un extraño era tan amable? Recuerdo que no debo confiarme tanto, apenas y lo conozco y me está ofreciendo un sitio en donde quedarme.

Es lo único que tienes.

—¿Por qué?

—¿Cómo?

—¿Por qué me está ayudando?

Una leve sonrisa se filtra en sus labios.

—No hay una razón específica para ayudar a alguien, pero si la quieres, he aprendido que nunca sabes cuándo vas a necesitar de alguien, así que hago por los demás lo que en algún punto me hubiese gustado que hicieran por mí. Pareces buen chico, y sé que puedo confiar en ti como para ofrecerte un lugar.

Atracción mortal.Where stories live. Discover now