Capítulo 16

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Hay ocasiones en las que sentimos que la vida es injusta, momentos donde la sensación de que todo se viene abajo nos abruma, y es que por mucho que sepamos que los imprevistos existen, lo cierto es que casi nunca pensamos que ocurrirá algo que arruine nuestros planes.

Ese día le quitaron el yeso a Zhan, y tanto él como Yibo estaban felices debido a eso, pero lo dicho por el médico cambió todo en un abrir y cerrar de ojos.

—No es cierto, ¿verdad? —Zhan habló en un susurro ahogado—. Por favor, doctor, dígame que no es cierto.

—Lo siento mucho, no quisiera dar este tipo de noticias a mis pacientes, pero tengo que ser lo más sincero posible contigo. —Hizo una pausa antes de continuar—. En palabras simples, la lesión provocó que la pierna quedara más débil y propensa a lesiones de lo normal. Es riesgoso que realices actividades físicas que requieran un esfuerzo mayor, en especial si se realizan con regularidad, ya que terminaría por afectar de manera irreparable la pierna.

—¿N-no podré volver a mi vida normal?

—Como dije antes, con la terapia podrás volver a caminar con normalidad, incluso correr, claro que no como una actividad regular, pero, por ejemplo, no deberías temer correr si estás apurado o quieres alcanzar a alguien. No podrás continuar con el baile porque tu pierna no estará en condiciones de soportar el esfuerzo que requiere estar constantemente practicando, tampoco los movimientos bruscos y las piruetas que realizabas.

Las palabras de Zi Teng rompieron en pedazos las ilusiones de Zhan, y lo único que pudo hacer mientras seguía llorando fue mover su cabeza de un lado a otro, negándose a aceptar lo dicho por el médico. No quería, no podía aceptar que ya no podría continuar haciendo algo que tanto le apasionaba.

—¿Por qué? —Yibo preguntó con voz temblorosa—. Se supone que todo estaba bien.

—De verdad lo lamento. —A Zi Teng le pesaba no poder darles una explicación razonable, deseaba decirles que todo estaba bien, pero la realidad era que la lesión de Zhan tuvo una evolución distinta a la esperada—. Es algo que puede ocurrir, sí, pero no había nada que nos dijera que el diagnóstico fuera desalentador.

—Pero... debe haber algo que se pueda hacer. —Yibo no pensaba resignarse, no cuando veía tanta angustia y sufrimiento en los ojos de Zhan—. Alguna operación u otro tratamiento.

Zi Teng negó, llevándose con ello las pocas esperanzas que todavía tenían Zhan y el menor.

—Me temo que no. La pierna de Zhan no tolerará una segunda intervención, sus ligamentos deben fortalecerse y para entonces ya nada se podrá hacer.

Yibo apretó los puños sobre sus muslos, estaba molesto y frustrado por la situación, sentía el dolor del mayor como propio, sabía lo importante que era el baile para él. Quería abrazarlo, decirle que juntos saldrían adelante, que todo estaría bien, pero no sentía que las palabras que deseaba decir fueran verdad.

Pensar que las palabras podían llegar a tener el poder de romper el corazón y las ilusiones de una persona, y al mismo tiempo ser tan inútiles cuando se quería consolar a alguien.

Zi Teng les explicó los cuidados que debían tener y todo lo que procedía a partir de ese momento, pero Yibo era el único que prestaba atención. Zhan estaba como ido, miraba el suelo totalmente ajeno a lo que ocurría a su alrededor, repitiéndose una y otra vez lo que le había dicho el médico, tratando inútilmente de encontrar algo que le dijera que había entendido mal.

—Ya me puse en contacto con un kinesiólogo que es de mi entera confianza para que tome el caso e inicien lo antes posible con la terapia física.

Just a Little BoyWhere stories live. Discover now