Capítulo 6

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Zhan despertó con los ojos hinchados a causa del llanto y un fuerte dolor de cabeza cuando el sol se coló a través de las cortinas. No quería levantarse, solo deseaba quedarse encerrado en su cuarto y llorar hasta que el dolor que todavía sentía en su pecho lo dejase tranquilo. Nuevamente lágrimas se asomaron en sus ojos y comenzaron a bajar lentamente por su rostro.

—Tonto Yibo, eres un tonto —decía en susurros.

Pero él también era un tonto, él y sus falsas ilusiones, él y la tonta idea de que Yibo correspondería sus sentimientos. Tonto, el tonto era él por haber arruinado la amistad que tenían, por decirle al menor lo que sentía y alejarlo de su lado, al menos así lo sentía.

—¿Por qué prometiste que regresarías si no lo iba a hacer? ¿Por qué haces promesas que no vas a cumplir?

Ya había perdido la cuenta de las veces que había llorado por el menor desde que se fue, las veces que se había lamentado por decirle lo que sentía. Quizá Ayanga tenía razón, Yibo no regresaría para darle la respuesta que tanto anhelaba. Pero ya no le importaba su respuesta, lo único que deseaba era que volviera a su lado, quería a su mejor amigo de vuelta, quería que las cosas volvieran a ser como antes.

«Nada volverá a ser como antes», pensaba con dolor.

—Vuelve, Bo Di, por favor vuelve... Cumple la promesa que hicimos cuando niños... por favor... no me abandones.

Dejó fluir su dolor, dejó libres aquellas lágrimas que intentaban hacer menos pesado todo lo que sentía en ese momento. Lloró, lloró hasta que sus ojos comenzaron a cerrarse para caer nuevamente dormido, para poder descansar sin el tormento de lo que estaba sintiendo.


.........


No sabía a dónde ir, tampoco a quién acudir. Suspiró. La primera opción de Yibo habría sido Sungjoo, pero no era Yibo, era Wangji y sabía que si iba con su amigo le avisaría a Zhan que se encontraba con él. Tampoco podía ir con Wenhan. ¡Perfecto! Era un niño de siete años que se encontraba solo por las calles, completamente solo y sin tener a dónde ir. Bueno, sí tenía, y lo más sensato era regresar con Zhan, pero ese era el único lugar donde no deseaba estar, del cual acababa de huir.

«¡Esto es un fastidio!», pensaba molesto.

Continuó caminando sin rumbo fijo hasta que llegó al parque donde Ziyi lo convirtió. ¿Por qué se había dirigido a ese lugar? No importaba, ya que se encontraba ahí daría un paseo y quizá eso le ayudaría a pensar mejor las cosas. Ya se le ocurriría algo, y esperaba que fuese antes de que anocheciera. Tal vez Ziyi decidiera ayudarlo, sería muy oportuno en ese momento.


.........


Cuando abrió nuevamente los ojos, ya se encontraba más tranquilo. Dormir un par de horas había ayudado y prácticamente ya no le dolía la cabeza. Se removió entre las sábanas para ver el reloj que estaba en la mesita de noche, sorprendiéndose con la hora, casi era la una de la tarde.

—Wangji —dijo en un susurró.

Se había encerrado en su pena al punto de olvidarse del menor cuando había despertado en la mañana. No podía ser tan irresponsable, por sobre cualquier cosa, incluso sus problemas, estaba el niño que se encontraba a su cuidado. Además, las cosas no habían quedado bien entre ellos la noche anterior. Sintió una punzada en el pecho al recordar las palabras del chico y la dura mirada que le había dado. No lograba comprender del todo el enojo del pequeño, no entendía la razón por la cual lo había mirado de esa forma, con tanta rabia y decepción.

Just a Little BoyWhere stories live. Discover now