Capítulo 9

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No vio la hora en el reloj, pero supuso que serían alrededor de las siete de la mañana ya que la luz del sol a duras penas se dejaba ver a través de la ventana. Se removió con pereza, y una sonrisa se dibujó en sus labios al darse cuenta de que no estaba en su habitación. La noche anterior fue una más en la que no había resistido el impulso de ir al dormitorio de Zhan y colarse bajo sus sábanas, dormir abrazado a él o simplemente sabiendo que estaba a su lado.

Yibo volteó a su izquierda y miró al chico que dormía acurrucado hacia él. Con cuidado de no despertarlo, el menor se acomodó para quedar frente a Zhan y así observarlo con comodidad. Acercó su mano al rostro del mayor y sus largos dedos comenzaron a delinear con delicadeza las facciones de Zhan. Primero su frente, luego bajó por su nariz, continuó con sus mejillas y después con su mentón, dejando para el final aquellos labios que se estaban volviendo su adicción.

Zhan llevaba despierto un buen rato, pero, al sentir las caricias del menor, decidió que permanecería con los ojos cerrados mientras disfrutaba de cada roce en silencio, fingiendo que aún dormía.

—Sé que estás despierto, Zhan Ge —susurró Yibo todavía tocando sus labios—. Mentir o fingir definitivamente no es lo tuyo —dijo riendo despacio.

El mayor, a pesar de verse descubierto, se limitó a sonreír sin abrir sus ojos, esperando que Yibo no dejase de mimarlo al saber que estaba despierto.

—¿Te gusta? —Zhan asintió despacio—. Te gusta que te mime, ¿siempre fuiste tan consentido?

—No, tú me estás mal acostumbrando —respondió somnoliento.

Yibo sonrió, y dejó el rostro del mayor para acariciar su cabello. Bastaban momentos tranquilos como ese para alegrar su día. Sabía que era afortunado por tener a Zhan a su lado, alguien que lo amaba de forma incondicional y a quien hacía feliz, porque le encantaba saberse el causante de sus sonrisas y el brillo en sus ojos. Para Yibo, saber que la persona que amaba era feliz a su lado y que lo amaba de igual forma, era todo lo que necesitaba.

Ziyi tenía razón, el dolor y la desilusión lo habían cegado, no dejaron que se dieran cuenta de que lo que sentía por Zhan había dejado de ser solo una linda amistad. Si no fuera por ella, quizá no estaría en ese instante junto al mayor, no de esa forma, y por eso siempre le estaría agradecido.

—Puedes seguir durmiendo, Zhan, es temprano.

—Sabes, creo que nunca habías sido tan... ¿lindo? ¿Cursi? No sé cómo definirlo —dijo Zhan riendo.

—¡Oye! —se quejó el menor también riendo—. Dime que no te gusta y dejo de ser tan cursi.

—No es eso. —Zhan abrió los ojos y besó a Yibo—. Has sido muy dulce conmigo, es raro que seas así con alguien.

—Privilegios de ser mi novio. —Esta vez él besó al mayor—. No tengo razones para ser así con alguien más, solo seré así contigo.

Novio. Zhan sonrió al escuchar la palabra. Aquella noche, después de bailar y besarse bajo la lluvia, Yibo se lo pidió y él no había dudado en decir que sí. Le parecía extraño y todavía no se acostumbraba a la idea de que su mejor amigo ahora fuese su novio, pero era feliz y eso era todo lo que le importaba.

—¿Y qué otros privilegios? —preguntó Zhan con inocencia.

—Muchos. —Yibo lo miró con una sonrisa ladina—. Y bueno, en este momento se me ocurren algunos que pueden hacerse aquí, en la cama.

Zhan se sonrojó de sobremanera, y eso a Yibo le encantaba, molestar al mayor era sin dudas uno de sus pasatiempos favoritos.

—Zhan Ge, ¿por qué te sonrojas?

Just a Little BoyWhere stories live. Discover now