Capitulo XLI: Pequeña Danka.

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-Es tan pequeña. - dice meciendo en sus brazos a Danka, su sobrina.

Sonrió al ver la escena: la pequeña niña en los brazos de él me producen una cálida sensación en todo el cuerpo, valió la pena las horas de angustia.

*Nueve horas antes*

Bajamos del auto a todas prisa, las contracciones de Laura son cada diez minutos y eso es bastante alarmador.

Una enfermera nos espera con una silla de ruedas en la entrada.

-¿Cada cuanto son las contracciones?.- pregunta.

Samuel esta totalmente shokeado y muy pálido, el ver sangre parece que lo afecta.

-Cada diez minutos.- contesto.

La joven asiente y se llevan a Laura rápidamente.

-Solo un familiar puede acompañarla.- dice.

-Ve.- le digo a Samuel.

-Espera aquí.- me dice y se va con su hermana, desaparecen tras una puerta y me quedo en la sala de espera.

Suspiro y me desplomo en una silla, todo fue una locura.

Toco mi mejilla, esta un poco morada pero no es grave; el ponerme hielo ayudo a que no este tan inflamada y el corte y las raspaduras ya están sanando.

-¿Wild?.

Levanto la vista y me encuentro con Stefano, estuve tan ocupara atendiendo a Lau que no me di cuenta que estamos en el mismo hospital que trabaja él.

-Hola.- sonrió, su mirada ceñuda me hace vacilar- ¿Todo bien?.

-Si, no podría decir lo mismo de ti.- dice acercándose a mi.

Pasa su mano por mi ceja y clava su mirada marrón en mi.

-¿Que te ocurrió?.

-Nada.

-Esta mejilla morada y estas- dice alzando mi brazo para exponer los raspones- laceraciones no dicen lo mismo, ¿alguien te pego?.

-Tuve una pelea.

-¿Con quien?.-

-Una chica en un bar anoche, estábamos un poco pasadas de copas.- miento.

-¿Que haces aquí?, estas lastimada en otra parte.- dice mirando el resto de mi cuerpo.

-No, una amiga entro en trabajo de parto y acabamos de llegar, esta con su hermano siendo atendidos.- digo mostrándole el bolso de bebés.

Mira el bolso y asiente.

-¿Quieres que te revise?.

-No hace falta, no me duele casi.

-¿Te golpeaste la cabeza?.

-Si, pero no me duele.

-No es seguro andar por ahí con un golpe en ella, ¿no quieres que te haga unos exámenes?.

-Estoy bien, de verdad.- digo agarrando su mano.- Gracias por preocuparte.- sonrió.

-Doctor lo están esperando en la sala de reuniones.- dice una señora.

Stefano asiente y me mira nuevamente.

-Si llegas a sentir algún tipo de dolor o mareo no dudes en buscarme.

-Esta bien.

Me sonríe y se va junto con la señora.

Me relajo y miro hacia la puerta donde entraron Samuel y Laura, espero que este todo bien. Mi móvil suena y veo que tengo mensajes de Julian, Seb, Eva, Jordi y Mia.

El profe sexy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora