Capítulo 1

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Anahí sintió que se quedaba sin aliento al exclamar incrédula:

—¡No puede ser verdad!

Tenía que ser una broma. Una broma de muy mal gusto. Lo malo era que los abogados no tenían la costumbre de gastar bromas durante una consulta profesional.

—¡Dios mío! —exclamó, irreverente—. ¡Es verdad!

El hombre que estaba sentado al otro lado del imponente escritorio de caoba se encogió de hombros.

—Tu padre expresó preocupación por las dificultades que pudieran surgir.

«¿Dificultades?»; esa no era la palabra que mejor describía la horrible situación en la que quería meterla.

Desde luego, no se trataba de algo nuevo. Tres divorcios paternos, dos esposas intrigantes y dos hijos tan poco limpios como sus madres. Nadie podía decir que su vida no hubiera sido interesante, pensó Anahí.

Durante sus estudios, se había librado de todos ellos gracias al internado. Sin embargo, las vacaciones en casa habían sido como estar en el infierno. La vida cotidiana había sido una lucha constante; una guerra emocional interminable que se enmascaraba bajo una fachada de perfección.

Afortunadamente, ella siempre había sido la favorita de su padre. La niña mimada. Una espina clavada para su segunda y tercera esposas y sus respectivos hijos de matrimonios anteriores.

Con respecto a los negocios, la situación familiar no la había desanimado, en lugar de eso, le había hecho desear con más fuerza convertirse en una heredera capacitada del gran imperio.

Para gran placer y deleite del hombre que había sido su padre.

Ahora, ese mismo hombre, desde la tumba, tenía todas las intenciones de resucitar una parte de su vida que deseaba olvidar a toda costa.

Anahí le lanzó al abogado una mirada penetrante.

—No puede hacerme esto —negó con firmeza, intentando ocultar el pánico que estaba empezando a invadirla.

—Tu padre solo quería lo mejor para ti.

—¿Haciendo que los términos de su testamento quedaran supeditados a que yo me reconciliara con mi ex marido? —preguntó muy enfadada. ¡Eso era ridículo!

—Tengo entendido que todavía no se ha formalizado el divorcio.

Su desesperación estaba llegando al límite. No había tenido tiempo de arreglar ese asunto y tampoco había recibido los papeles por parte de Alfonso.

No tengo la menor intención de permitir que Alfonso Herrera vuelva a mi vida.

ReconciliaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora