Parte 6 · Se Forma el Grupo de Investigación

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        Muchos vieron la triste partida, entre ellos la señora Abia Cuviert, quien al enterarse los motivos de la huida de Gullivan y ya cansada de tanta mala gente, decidió hacerse con una copia de las fojas de la denuncia a primera hora de la mañana siguiente para analizarlas junto a un grupo de investigadores privados que ella misma había seleccionado con sumo cuidado. Eventualmente, comenzaron la ardua tarea de tratar de develar aquel gran misterio que hacia días mantenía en vilo a todo el poblado. Su misión era absolver a Gullivan por completo y encontrar, por su puesto, al verdadero culpable.

 Su misión era absolver a Gullivan por completo y encontrar, por su puesto, al verdadero culpable

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        Ella era, una señora refinada y reservada. No se reunía con las otras señoras, aquellas que pisotearon el corazón de Gullivan. De hecho, ella misma había sido presa de sus estados de frenesí producto del chocolate y el café que les servían en la confitería del pueblo y donde se juntaban a tener chácharas con el solo fin de despilfarrar términos lascivos para casi todos los ciudadanos. A la señora Cuviert le llamaban «Cuviert de Maquillaje» por su especial apego a los maquillajes, mientras se reían a más no poder con la boca llena de chocolate.

        Se encaminó en el arduo trabajo de dirigir al grupo de investigadores que contaba con la celebre dirección del joven Amadeo Love, que desde los ocho se había dedicado a la investigación, descubriendo casos como el robo a la señorita Lizy o la desaparición del gato que tenía campana, logrando en ambos casos su resolución y aumentando así su reputación de buen investigador.

        Por su posición de investigador, Amadeo ya estaba al tanto de este caso, el más importante de su vida que duda cabe, pero del que no había podido participar públicamente, ya que a su terrible desfavor, era sobrino de Gullivan. «Mi palabra no tendría siquiera el peso de un penique» diría textualmente desde la puerta de su casa en pantuflas y con una pipa en mano, al ser interceptado por periodistas al momento de buscar su diario matutino unos días después de la fechoría. Love se limitó solo a esos dichos. Ahora, gracias a la señora Cuviert podía hacer que su palabra fuera legitimada por una segunda parte.

        Así fue que este sugirió al grupo de investigación visitar nuevamente al señor Freudagen para grabar la conversación y que esta le sirviera de prueba. Quería preguntarle más acerca de lo que había visto aquella noche y que precisara mejor a que se había referido al decir que le jamón caminaba.


El Misterioso Caso del Jamón de UtherhoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora