•°• H U R A C Á N •°•

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JONATHAN.

Ella pide que me vaya, y así lo hago, tirando la silla en la que estaba sentado segundos antes.
Decido irme a mí club favorito: Pegazo. Un club exclusivo para personas adineradas, no cualquiera logra entrar, nadie puede entrar con celulares por motivos de seguridad, aunque hacen excepciones cuando tienes VIP Golden.

La única forma en la que vaya al club que por cierto le pertenece a uno de mis primos, es que esté enojado o queriendo estar solo. Y en esta ocasión iré ahí por la primera. Stephy es como un huracán para mí, haciendo que todo lo que se cruce en frente de ella, se mezcle causando un desastre, y eso me es lo que hace de mí; un desastre de emociones, sobre todo de enojo.

A pesar de que sé que ella causa cosas que no me permito aceptar, sé que no es algo que deba dejar crecer, sé que no soy la mejor personas ni tampoco tengo la mejor actitud de todas, pero esa chica en verdad hace que mi mundo se ponga de cabeza si así ella lo quiere. Y eso no debe de seguir así, estoy enojado con ella, aunque ella tiene más razones aún para haberme tratado como lo hizo.

Al llegar al club, me siento en un privado, sabiendo que en él se encuentra un Bartender privado, todos los privados tienen uno exclusivo de diferentes países, el chico que está ahí me saluda y yo solo le pido mi bebida usual: whisky.

Me pasa un vaso e ingiero el líquido como si de agua se tratara, suspiro pensando en todo lo sucedido y unos ojos azules se cuelan en mis pensamientos haciendo que gruña en frustración.

Stephy es muy hermosa, sus ojos la hacen resaltar entre muchas, y esa inocencia que carga en ellos destilan en sobre manera, sobre todo cuando sus mejillas se tiñen de rosa al sentir vergüenza, ella es encantadora a su manera, tanto, que cada chico que se le acerca o le habla queda embobado, y eso llega al punto de molestarme, ni idea del porqué, Stephy es la chica que cualquiera quiere tener a su lado.

Cuando la conocí, sabía que algo en ella me llevaría a la perdición, más aún todavía sintiéndolo, hago caso omiso a eso, ya que ella es como un imán para mí.

Un recuerdo llega de inmediato a mí y me estremezco a asimilarlo.

•¡Flashback!•

Nos habíamos ido esas vacaciones a Los Ángeles, mientras estaba sentando en mi tabla de surfs en el mar, una ola bastante grande apareció de repente en la lejanía y como todo chico competitivo: quería montarla. Mi primo Alex estaba junto a mi, muchas personas se comenzaron a acercar a las orillas, y yo sólo quería lucirme.

¡Hey, Alex!— le grité para que pudiera escucharme, al voltearse le expliqué señalando la ola frente a nosotros— El que la monte primero se queda con el Mercedes negro.

Alex sonríe con zorna— En cuanto lleguemos a la ciudad, me darás mi nuevo auto— aceptó.

Comenzamos a nadar con las tablas de surfs, el agua estaba muy fresca y estaba muy caluroso el día. Cada músculo de mis brazos se tensionaban por la fuerza que ejercían al empujarme, casi sufría un calambre en ellos, lo cual sirvió como distractor de Álex, quien se detuvo para verificar de que no me había pasado nada.

Me río, pero Alex se queda atento mirando al frente, sigo su mirada y la veo. Había llegado primero que nosotros hasta eso, una chica, estaba concentrada, la perdí de vista cuando un túnel de agua la cubrió por completo. Eso puede ser peligroso, para los que no sepan hacerlo bien, es una chica, podía salir muy lastimada.

Me siento en la tabla, esperando a que salga, los segundos fueron eternos, puse mi mano alrededor de mi vista, pero nada que aparece la chica. Ya comienzo a preocuparme, así que me acerco y puedo verla que todavía está en el túnel, no puedo estar tan cerca porque la única que puede estar cerca es la que tiene la ola, cubriendo bien mis ojos de los rayos ultravioletas, suelto un gran suspiro de alivio, al ver que la chica ha salido ilesa, alzó los brazos al cielo en modo de triunfo.

Cuando Te Conocí [En Proceso] Where stories live. Discover now