1- libre...

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Bajando las escalinatas blanquecinas del juzgado, respirando profundamente, relajandose y dejando ver una pequeña pero satisfactoria sonrisa, se encontraba Tammy. Legalmente divorciada.
Era libre y se sentía tan bien... él no había sido un mal hombre, pero aún así, Tammy no se sentía a gusto con su presencia.
Luego del robo en el Met, algunos sentimientos que traía guardados en lo más profundo de su ser volvieron a flote como un pequeño salvavidas, y se dió cuenta que su vida no era feliz. Ella nunca lo había amado y nunca lo iba a hacer, simplemente portaba ese anillo por mandato social, tenía sueños a los que aspirar y él solo quería hijos para formar así "la gran familia". Así que llegó un día, una semana luego de haberse despedido de sus amigas, en donde le confesó que quería separarse, él se lo tomó mal, fueron días muy duros, de largas charlas por parte de él e indiferencia de ella, insomnio y desgaste, hasta que él se dió cuenta de lo malo que era eso, terminó cediendo y contrató a un abogado. Días despues, se encontraban firmando los papeles del divorcio, se estrecharon las manos y él la abrazó, sabía que Tammy no iba a volver a querer verlo nunca más, ese fue el final.

Era verdad, ella no iba a volver a verlo nunca más, esos últimos días la habían destrozado emocionalmente y ahora lo único que le importaba era terminar de empacar todas sus cosas dentro de pequeñas cajas de madera y dejar atrás aquella maldita casa de una vez por todas, ni sabía donde iba a dormir, pero tampoco le importaba.

Luego de bajar aquellas escalinatas blanquecinas, se dirigió a su auto y luego a su antiguo hogar. Tenía dos horas antes de que él vuelva del trabajo, y era mejor que se apresurara si no quería volverlo a ver. Así hizo, se sirvió un vaso de whisky y puso un disco de Brandi Carlile y comenzó.
Pasó una hora y un poco más cuando se dió cuenta de que había terminado, ahora tenía que subir todo a su auto. Fue apilando caja tras caja, no eran demasiadas, pero si muy pesadas.
Terminó y se dejó deslizar en el asiento delantero, aún con la puerta abierta, se encontraba exhausta.
Encendió el auto y empezó a andar por la avenida, en busca de algún hotel. Encontró uno, no muy lujoso pero necesitaba descansar y mañana, si este era tan malo, se podía marchar hacia otro mejor. Decidió dejar las cajas en su coche y solo bajó la maleta que contenía ropa de recambio, su laptop y elementos de higiene. Se registró y le dieron la habitación número 32.
Al entrar sintió olor a uva, era agradable y todo a su alrededor se veía pulcro. Era perfecto. Comenzó a sonreir y unas lágrimas brotaron de sus ojos, al fin algo le salía bien, estaba feliz por ella misma.
Se acarició su propio hombro para inspirarse confianza y se dirigió al baño, también reluciente, decidió darse una ducha para renovar las vibras y luego acostarse.

Estaba por acostarse cuando notó que no había bebido ni comido nada desde el medio día, fue a revisar la pequeña heladera de la habitación y al abrirla encontro un paquete de almendras, nueces y avellanas junto con un agua. Eso iba a ser su cena y luego iba a dormir. Abrió el paquete y se lo terminó en un abrir y cerrar de ojos, lo mismo ocurrió con el agua, depositó los envoltorios vacíos en la mesa de luz y se dejó caer ante las suaves mantas pálidas, pronto el sueño la invadió por completo y decidió cerrar los ojos.
Se encontraba en un sueño profundo cuando su celular comenzó a sonar, se despertó sobresaltada y agarró aquel celular de mala gana, deslizando el dedo para atender sin ver quien era.
- ¿hola? - contestó dormida.
- hola Tam Tam, ¿te desperté?.

Sister Of The Moon (Debbie & Tammy)✧Where stories live. Discover now