¿A Dónde Perteneces?

524 93 107
                                    

Tenía que publicar algo hoy... ¡Es 3 de octubre!


🧮🧮🧮


Gen forzó una sonrisa cuando escuchó la puerta abrirse, sin saber quién podría ser. Sin embargo, tan pronto como vio a Sai, sintió que se relajaba un poco. Al menos hasta que se dio cuenta de que Sai tenía sus propias razones para estar molesto.

Probablemente era consciente de que Ryusui sería elegido para ser el piloto de esa misión y, a pesar de sentirse exhausto, Gen todavía no tenía el corazón para rechazarlo si quería hablar de ello.

Apenas se reconciliaron y ahora se van a separar de nuevo.

–Entonces, Sai-chan, ¿qué puedo hacer para ayudarte-?

–Gen –interrumpió Sai, dudando por un breve momento antes de decidir sentarse a su lado, su rostro más serio de lo que nunca lo había visto antes–. Van a volver con nosotros.

Fue más que una simple promesa. Era una declaración y Gen quería creerle a pesar de que todas las probabilidades parecían estar en su contra.

Sai debió haber notado el efecto de sus palabras, pues abrió los brazos en una oferta silenciosa.

No era justo. Gen siempre había sido bueno controlando sus emociones, especialmente frente a otros. Y sin embargo, allí estaba, llorando por segunda vez en los brazos de un amigo.

Permitirse ser vulnerable de esa manera tenía un sabor agridulce.

En algún momento, terminó quedándose dormido y no supo cuánto tiempo estuvo así, envuelto en aquella reconfortante calidez, antes de ser despertado suavemente por Sai.

Le tomó un momento darse cuenta de la posición en la que estaba antes de sentarse rápidamente.

–Lo siento mucho, Sai-chan. ¿Cuánto tiempo te he mantenido atrapado así?

–Oh, solo 37 minutos, pero no te preocupes por eso, realmente no me molesta–dijo Sai, todavía un poco sorprendido por la reacción de Gen.

Gen tuvo que reírse de sí mismo.

¿Qué pasa conmigo y los relojes humanos?

–En verdad, eres demasiado amable conmigo, Sai-chan.

–Tú siempre eres amable con todos.

–No lo soy.

–No estoy de acuerdo, pero... tal vez también sea porque me gustas –Gen parpadeó, pensando que quizás había escuchado mal, pero una mirada al rostro de Sai le confirmó que efectivamente le había dicho eso. Tenía los ojos bien abiertos y un rubor cubría sus mejillas, claras señales de que no había planeado decirle aquello último. Al menos, no de esa manera–. No-no te preocupes, puedo ver cómo te sientes por Senku y creo que deberías hablar con él.

¡¿Pero qué se suponía que debía responder a eso?! ¡¿En verdad Sai estaba bien con decirlo y dejarlo así?!

–Pero... –Sai apartó el rostro y entonces Gen notó lo avergonzado que estaba. Quizás un cambio de tema era lo mejor.

Además de que le daba tiempo para pensar cómo se sentía al respecto.

–¿Cuál sería el punto de eso? No es como si a él le importara mi opinión.

–Excepto que sí lo hace, él acaba de venir aquí.

–¿Él... lo hizo? –Sai asintió, pero Gen rápidamente se recordó cuál podía ser el motivo detrás de esa visita–: Debe necesitar que vaya a hablar con los demás para levantar la moral. La verdad, de haberme avisado antes le habría dicho una forma de anunciar su plan con un poco más de tacto –dijo chasqueando la lengua, aunque ambos sabían qué, de haberlo sabido desde el principio, habría intentado detenerlo–. Me pondré a ello, entonces –decidió incorporarse, pero Sai lo detuvo de la muñeca.

Estúpido Con El AmorWhere stories live. Discover now