Capítulo 2

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Singto había escuchado lo que Krist le dijo, lo miró fijamente, confundido con ese comentario luego se carcajeó, se subió a su cama y se relajó.

Por otra parte Krist sintió un poco de alivio, pensando que tal vez él no estaba interesado y no se le acercaría esa noche, o tal vez el hombre no escuchó lo que dijo. No obstante, buscó en sus artículos personales un lubricante y se lubricó generosamente por si acaso lo agarraban de imprevisto.

Después de estar despierto por un tiempo, finalmente se quedó dormido sobre su hombro derecho. Su litera daba vista a las barras laterales, todo estuvo tranquilo mientras la celda se oscurecía.

No sabía que hora era, pero ya era tarde y fue en la oscuridad de la noche cuando escuchó el colchón de encima chirriar y el sonido de un fuerte golpe en el piso a su lado. Krist estaba volteado mirando hacia la pared, cuando se giró rápidamente para mirar lo que estaba pasando. Tembló y se movió aún más rápido cuando Singto se metió en su cama, ocupando la mayor parte del espacio atrapándolo.

Singto era un hombre fuerte, sus brazos se sintieron gruesos y duros cuando envolvieron a Krist. Aparte tenía manos grandes y él lo miró con miedo.

-No pude dejar de pensar en lo que habías dicho antes, pero no te preocupes, seré gentil -le aseguró.

Su voz era sorprendentemente suave por la noche y de hecho, se sentía muy sincera.

-Solo necesito mantener las apariencias aquí, tengo una reputación que proteger, pero no te lastimaré, si no puedes soportarlo, me retiraré, pero por favor sigue así porque nos estarán mirando, ya que hay otros compañeros que se asoman para mirar por los barrotes de sus celdas.

Entonces Krist entendió, él se había ganado la reputación de ser un gánster temido y despiadado, un villano en la prisión del que todos estaban asustados, pero en el fondo, era gentil, él fue amable al hablar. Le hizo sentir a gusto, como si pudiera confiar en él, su voz era muy suave, pero  varonil.

-¿Listo? -preguntó Singto murmurando solo para su compañero.

-Sí -afirmó Krist listo para lo que fuera y con eso, como un animal en celo, Singto rasgó su mameluco nuevo, Krist no llevaba ropa interior, los guardias le habían quitado la de él, se la habían confiscado al ser de color, esta era la primera vez que Krist se exponía a un hombre.

Singto estaba recostado a su lado cuando lo envolvió sus brazos y comenzó a tocarlo. Krist podía sentir barba incipiente y rasposa en su hombro, el pecho duro, su torso grasiento y sudoroso contra su espalda. Su mano derecha debajo de él agarró su pezón izquierdo y con su mano izquierda agarró su polla.

-Dios mío, mi polla es tan pequeña en sus grandes manos ásperas -pensó al sentir la vara larga, gorda y venosa de Singto.

En poco tiempo, Singto se había quitado su propia ropa, mientras estaba frotándose en el trasero de Krist, su miembro estaba caliente, duro, pero a la vez húmedo y resbaladizo.

Afortunadamente Krist ya se había lubricado y Singto estaba siendo un caballero cuando tocó su agujero, se sorprendió al descubrir lo que sentía...

-¿Te lubricaste? -él se carcajeó.

-Esperaba esto aquí en la cárcel tenía que estar preparado, -le dijo en un susurro.

-No te preocupes, te dije que sería gentil.

A pesar de eso, sin embargo, le dolió como el infierno cuando el hombre más grande comenzó a escarbar en su suave y limpio trasero lubricado.

-Finalmente sentiré la carne de un hombre dentro, me he estado preparando para esto durante mucho tiempo y lo he estado anhelando, pero es insoportable. -pensó y lloriqueó.

Aparte no sabía si alguna vez se le permitió al recluso bañarse durante el confinamiento en solitario, pero no lo creía. Krist se sintió un poco frustrado por su delicado y pequeño trasero, Singto lo acarició y lo abrazó presionado su cuerpo. Eso fue todo y entró en el, sintió cuando su agujero se rompió, dejó escapar un fuerte gemido cuando la polla larga y gorda empujó dentro de él.

Ya no era virgen su pobre agujero. Al principio lloriqueó demasiado y trató de aguantar para hacerlo lo menos doloroso posible, pero aún así le dolió bastante.

-Créeme, relaja tu cuerpo y estarás bien -le aseguró el hombre más grande.

Krist obedeció y lo cierto era que empezó a sentirse mejor a medida que su cuerpo se relajaba, al darse cuenta de que lo estaba disfrutando, comenzó a empujar duro, con fuerza y gimiendo mientras él otro estaba gruñendo como una bestia, tomando breves descansos para asegurarse de durar más.

Este hombre grande sudaba copiosamente. Su cuerpo grasiento y sucio se frotaba contra su delicada espalda mientras lo follaba, lo bañó con su sudor, hasta que comenzó a oler como él, como si estuviese marcado, después de eso comenzó a disfrutar todo.

En el calor del momento, ante la mayor excitación de sus embestidas, sintió como si perdiera su identidad, como si se estuviera convirtiendo en nada más que una extensión de su cuerpo. La barba áspera frotaba su hombro mientras él besaba su cuello debajo de su mandíbula, un placer por el que estaba Krist agradecido. Intentó acariciar su polla, pero estaba tan concentrado en disfrutarlo que no se puso tan duro, esa noche solo habrá un hombre duro en esa cama.

Las embestidas de Singto se hicieron más firmes, lo folló fuerte y rápido hasta que dejó escapar un gran rugido que debió resonar en toda la prisión, bloqueando los gemidos de Krist, con eso sintió que su trasero se llenaba con su carga. Sus ojos se pusieron en blanco, como en un estado de borrachera mientras sus jugos lo llenaban.

Entonces pensó que todo acabó, lo habían follado, no lo habían violado, esa fue su primera vez con un hombre.

Él tomó la virginidad de su trasero, él lo rompió y se corrió en su agujero. Singto descansó alrededor de un minuto, besando el cuello de Krist quien quería que se quedara más tiempo, pero luego salió de él y de la cama y se subió a la propia para dormir.

Krist se acomodó todo dolorido a partir de entonces. Ninguno de sus consoladores era tan grande como el pene de Singto, pero ninguno se sentía tan bien como él de él.

Cuando llegó la mañana se despertó al ver a la bestia acicalarse, Krist levantó sus sábanas, la cual tenía manchas de sangre, como la de una novia en su primera noche de su luna de miel, con la virginidad rota.

¿Qué sucederá ahora?

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𝐓𝐫𝐚𝐬 𝐥𝐚𝐬 𝐑𝐞𝐣𝐚𝐬 𝚂𝙺Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ