Dos eternos años, casi tres sin saber mucho de él y le costaron una vida. Elijah le sonríe como puede, mete las manos dentro de la chaqueta de cuero que porta cuando se separan y sus ojos reparan en la pelirroja que aparta la mirada con aires de querer aventarse del quinto piso.

Elijah la observa con adoración, podrían pasar los años, los siglos o milenios... pero Catherine siempre seguirá siendo su debilidad.

Saluda superficialmente a toda su familia, estrecha en un abrazo a Efraín quien le demuestra cuán orgulloso se siente de que haya cumplido con el tiempo acordado en la base militar de Inglaterra. Él intenta sigilosamente acercarse pero detiene el paso abruptamente cuando una pequeña niña de ojos verdes preciosos y cabello ondulado color chocolate se le planta en frente mirándolo hasta arriba.

La pequeña Grace parece un diminuto champiñón a lado del danés.

—Hola —Elijah frunce el ceño desconcertado, pero vorazmente cautivado por la belleza infantil de la niña—, ¿Me cargas?

Una risita burlona brota de sus labios antes de tomarla en brazos y levantarla. Ella adhiere sus pequeños bracitos al rededor del cuello del hombre con prominente masa muscular y juntos, se observan fijamente a los ojos.

Grace intenta aguantarle la mirada y lo logra, aunque Elijah solo deseara seguirle el juego.

—¿Cómo te llamas, muñequita?

Min mor siger, at jeg ikke skal tale med fremmede... —Elijah se sorprende ante el dominio total del idioma en la pequeña. Desconoce quiénes son sus padres, quizás de algún primo lejano al que no había visto en años, pero sabe que es parte de su familia pues los genes Ballard siempre relucen.

Min mor siger, at jeg ikke skal tale med fremmede: Mi mamá dice que no debería hablar con extraños.

—¿Quién es tu mamá? —ella le sonríe coqueta haciendo un gesto de duda antes de abrir enormemente los ojos y rodear nuevamente el cuello del tipo de ojos miel pegando su mejilla a la de él.

—Mira mami, es mi nuevo amigo, ¿verdad que si, señor extraño? —los ojos de Elijah se topan frente a frente con aquellas esferas verdes y relucientes que le ponen a temblar las piernas. Aquella mirada cargada de temor, sorpresa e ira contenida, le quita a la niña de los brazos y sus manos temblorosas rozan con las de el danés.

Él no aparta sus ojos de los movimientos de Catherine. —¿Es... tuya? —asiente con indiferencia— Catherine...

—Me están esperando. —la pelirroja observa a su hija quien la mira desconcertada—. ¿Lista, mon coeur? —la pequeña asiente... pero Catherine luce nerviosa y hasta ciertamente... enfadada.

Elijah la sigue embelesado hacia donde se dirige, cuando Marie lo llamó diciendo que tenía una gran sorpresa que darle, no creyó que lo que sus ojos ahora estaban viendo... fueran el motivo de la felicidad de su progenitora.

Era tan obvio.

Catherine se sitúa a un lado de Maxim, quien sostiene en brazos a un niño con facciones similares a las de la niña que sostenía él apenas hacía unos minutos.

Los mismos ojos y el mismo color de cabello.

Mellizos.

𝐃𝐀𝐃𝐃𝐘 #𝟏 |njh| © Where stories live. Discover now