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Niall tenía absolutamente toda la razón, no fué para nada gentil.
Intento bajar correctamente las escaleras dispuesta a bajar y tomar desayuno. Mi intento por no sentir incomodidad y dolor es totalmente fallido.
¡Me duele todo el maldito trasero!
Pero con sólo recordar los sucesos de anoche anterior, siento que todo dolor valió la pena.
Tuve que cubrir las marcas en mi cuello con un poco de maquillaje y soltarme el pelo para disimularlas por si el maquillaje llegaba a borrarse.
Apenas tengo memoria de en cuántas posiciones me puso anoche, pues en cuanto mi mejilla tocó la almohada, caí rendida y lo mismo ocurrió con Niall.
—Siéntate cariño. —la voz de mi madre me saca de mis cavilaciones invitandome a tomar asiento junto a ella. Me mantuve de pié detrás de la silla pues ni drogada pensaba sentarme en mucho rato al parecer.
—Oh no, estoy bien así... —Niall se ríe mientras niega discretamente revisando su celular, pues la atención de mis padres está solo en mi.
Fué su culpa.
Ayer... joder... recordar todo los aviva mi piel y envía un mensaje directo a mi entrepierna.
En como entraba y salía de mi, haciendo rodar mis ojos y mi cuerpo retorcer en placer. Su rudeza y brutalidad. Me vuelve loca lo bestia que puede llegar a ser mientras follamos, su piel haciendo ecos al chocar contra la mía, las marcas que dejó en mi cuerpo, la forma en la que sostuvo mi cabello, mi cuello. Sus labios sobre mi piel, mis pechos y mi femineidad. Me ponían de sobremanera los azotes que le dió a mi trasero hasta dejarlo completamente rojo y ardiendo. Me hizo gritar, aún deseando ocultar mis gemidos contra las almohadas, aún cuando intenté reservar mi último gramo de autocontrol, su nombre gobernaba mi boca, haciéndome venir no una, sino, incontables veces de las cuales nisiquiera yo tenía idea que podía soportar. Terminé adolorida de todos los malditos agujeros posibles... joder.
Mi nana llega con un vaso de jugo para mi pues he anunciado que prefería no desayunar contando las probabilidades de ser descubierta en mi dolor al momento. Observo a Niall sonreír con soberbia y perversión aún mientras habla con mi padre y esque me dan ganas de golpearlo.
Desgraciado.
Termino de ingerir el liquido con sabor a naranjas hasta terminarlo mientras entablo una conversación neutra con mi madre. La hora de marcharme pronto llega, por lo que, ya con mi bolso en el hombro les digo que tengo que irme a la universidad. Niall en ese momento se levanta de la mesa anunciando que él también debe irse a la empresa. Papá le recuerda que debe estar a tiempo en su compañía para la junta que habían cuadrado días atrás. Él le asegura que ahí estará y se ofrece a llevarme, ya que su trabajo queda de camino y paso a mi colegio. Papá tan solo le agradece y de igual forma lo hago yo. Ámbos nos despedimos y salimos por la puerta principal, justo donde Domenico ya tenía el auto del castaño listo fuera de la casa. Juntos caminamos y con cada paso, sentía que mi dolor en el jodido trasero iba en ascenso.
