CAPITULO CINCO

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Todos estaban atónitos ante las palabras de la muchacha, eran idiotas por supuesto, pero aún así no iban a burlarse frente a ella por sentir amor hacia otra persona de hecho les parecía algo bastante tierno. Eran amigos muy cercanos a Shinichiro y por ende conocían cada una de las veces que fue rechazado, el tipo de mujeres que siempre solía preferir, esta niña era sin duda distinta, realmente podías ver en sus ojos que lo amaba y no era un simple capricho.

– Sólo entreguenle esto. – Harashi soltó un pequeño suspiro mientras se acercaba a uno de ellos, el de la cicatriz en el ojo para ser exactos. – Por favor asegúrense de que coma, él suele olvidarlo. –

Todos asintieron, realmente la chica se preocupaba por él. Aún cuando no conocía sus nombres les dedicó una cálida sonrisa antes de salir del lugar e ir por fin a encontrarse con sus amigas.

Unos minutos después de que la chica había desaparecido, Shinichiro entró por la puerta delantera con unas cajas, refacciones nuevas que le habían llegado.

– ¡Chiro! Hemos conocido a tu fan número uno. – El que cogió la bolsa de acercó para darle un pequeño codazo a modo de molestia.

Sí, tal vez con la chica no dijeron palabra alguna porque admiraban el gran cariño que podía tenerle a ese pandillero, pero era algo completamente distinto cuando se trataba de su amigo, por supuesto iban a molestarlo.

– ¿por qué te molestan en buscar chicas? Parece que ya estás comprometido. – Al segundo todos estallaron en risas, siguiendo lanzados chistes y chistes.

– Oye, hermano, no olvides invitarnos a la boda. – Las risas entre todos aquellos hombres no paraba, menos aún cuando en la cara de Shinichiro se notaba la molestia.

– Imbeciles. – Dejó las cajas sobre el suelo y arrebató la bolsa con el almuerzo para irse hacia otro lado.

– ¡Hey! No te enojes, tranquilo iremos por tu novia para que te anime. – Era un completo ataque hacia el pobre.

Sano estaba encerrado en el cuarto donde solía quedarse a dormir algunas veces cuando terminaba muy tarde; los comentarios de sus amigos realmente le hicieron sentir molesto, pero tal vez fue más el sentirse humillado o era así como él veía que una niña fuera por ahí diciendo que estarían juntos.
Era normal para él escucharlo seguido de ella, pero jamás quiso que eso saliera de entre ellos, no quería pasar una vergüenza.



                                ( . . . )


– ¡Emma! – Harashi apresuró el pasó al ver a su amiga de la infancia junto al resto.

– Harashi, se te hizo algo tarde, te toma mucho tiempo ir hasta allá y luego venir. – Arrugó la nariz algo avergonzada, aunque su amiga de la infancia era consciente de los sentimientos que tenía por su hermano aún no lo era muy normal hablar de eso con ella.

– ¡Harashi-chan! ¿Estás emocionada? – Hina apareció por el costado con esa ya acostumbrada sonrisa.

– Oh.. ¡sí! Creo que nos irá bien a todos. Veo que tu novio te acompaña. – Las mejillas de Hina se ruborizaron al instante, tanto Emma como Harashi se acercaron a ella viéndolas con una mirada curiosa. – Seguro esperas que les toque juntos, ¿cierto? –

– Sí, a Hina le gustaría estar todo el tiempo con Takemichi. – Dijo Emma picando las costillas de su amiga, a ese punto Hina ya estaba roja cual tomate.

– ¡Basta! – Takemichi, quien iba unos metros al frente caminando junto a Chifuyu voltearon al instante de oír el gritó.

– ¿Que ocurre? – Preguntó el de los pelos parados.

𝐀 𝐦𝐢𝐬 𝐨𝐣𝐨𝐬. || Shinichiro Sano. Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon