Capítulo I

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Ubicación actual: Kumogakure.
Estado: Pérdidas.

Dos figuras femeninas son extraídas de su mundo real, para ser envueltas en el mismo lugar que están encerrados Rafaeru y Brunari, ambas estaban asustadas pero ninguna se dejaría ser presa fácil, uno porque la castaña de cabello claro intimidada con su aura y mirada; mientras que la segunda chica regordeta pero de cabellos castaños oscuro, era como una vaca loca y tímida era ruda en los golpes a distancia corta.

La primera castaña de cabello claro, vestía una capucha azul y pantalón largo negro, con una mochila que poseía la forma de un fantasma kawai, era la que intimidada con su mirada y carácter, conocida y vecina de toda la vida de Rafa, llamada Antonella Rivera. La apodaban: Apple o Anto.

La segunda castaña de cabello corto y oscuro, vestía una sudadera ancha color beige y con un short corto negro, de rostro regordete. Su carácter era tímida pero a la vez salvaje, debido a que una vez que se enojaba era de golpes rudos. Pero la mayoría del tiempo era tierna y glotona, pero muy nerviosa. Conocida como Helena Villavicencio, apodada como: Gaieta o Lena.

Ambas rondando unas edades entre 13-14 años, habían sido obligadas a caer una encima de la otra en un cuenco de ojos que al parecer amortiguaron lo suficiente su caída. Les tomó bastante tiempo considerado recomponer se, pero en cuanto lo hicieron solo se quedaron más perdidas que una aguja en un pajar. Por lo que, Helena rompió primero el silencio entre las dos, diciendo:

—Realmente no tengo ni la más pálida idea de dónde podríamos estar, Anto.

La mencionada solo quedó observando el lugar que las rodeaba, logrando ver sólo un monte tupido por rocas y nubes entre ellas con un peculiar ambiente que calaba de nervios a la misma, Helena por reflejo se fue acercando a ella.

—Creo ver alguna persona a lo lejos, vayamos allí y preguntemos, no es nada difícil e imposible de hacer —decidió decir Anto.

Ambas no tenían ni la más pálida idea de como habían llegado allí, sólo recordaban que estaban visitando tanto a Bruna como a Rafael en el hospital y de camino a una tienda de dulces, sus cabezas empezaron a zumbar junto a una luz cegarlas para luego perder la consciencia.

Al llegar junto a la persona que vestía con una remera sin mangas blanca y gafas negras junto al cabello rubio ceniza, de piel morena, escribiendo en un librito, al parecer hablando solo. Este era nada más ni nada menos que cierto jinjuriki de algún biju.

—Hola, disculpe... ¿nos podría ayudar?—pregunta firme, Anto.

—¡Oh!, ♪~Claro que si niña yeah. Dime cual duda y será respondida yah♪—responde el rubio rimando y a la vez con un tono de hip hop.

Ambas sonríen nerviosas pero asienten, era divertido se lo notaba agradable.

—Nos perdimos, y queríamos saber dónde estamos.

Al decir aquello parecía que el hombre mayor se había quedado mirando a la nada, un tanto extrañado. Por lo que se coloco mejor sus lentes.

—Están en Kumogakure, Aldea oculta entre las nubes, dónde... ♪~floto como una mariposa y pico como una abeja~ ♪

Al haber dicho aquel hombre aquello Antonella empezó a sospechar y poco después una luz se prendía en el fondo de su cerebro pero debía confirmarlo por completo para estar segura de que no habría alguna posibilidad de que ya estaba delirando por aquella idea descabellada.

—Oh, creo que estamos perdidas, moriremos de hambre, yo tengo hambre, por que...porque diosito me castigas así —empieza a balbusear Helena, la otra castaña.

Killer Bee al ver aquello le dio cierta gracia, lo malo es que se carcajeó un poco, ganándose la mirada asesina de la castaña.

—¡T-tranquila! Yo puedo guiarlos por el camino, con una condición ~♪ —contesta nervioso.

—¿Habrá comida?

—Si... S-si quieres por faltarle el respeto las invitaré —agrega el rubio ceniza.

—¡Gracias por su amabilidad!

Ambas como si fuera instinto agradecieron al mismo tiempo, aunque era cierto Antonella no estaba comiendo del todo bien con la preocupación de las noticias de sus amigos. Ahora la cuestión y solución momentánea era conseguir donde dormir y comer, luego sería momento para buscar como volver al hospital, aunque sentía que estaba aun mas lejos de poder concretar esa idea.

Con el tiempo, ambas empezaron a tomar una buena relación con Killer Bee, se habían presentado con él, pero con la inquietud de no saber donde estaban, a Helena se le escapó decir que eran viajeras nuevas en estos rumbos y que su mapa había volado con el viento, que casualmente había, para su suerte. Entonces Killer Bee no tuvo otra opción que para investigarlas invitarla a quedarse en la Aldea hasta que pudieran entrar su regreso al camino.

Pero conforme el tiempo iba pasando y notando que la mayoría de los habitantes tenían apariencias de ninjas como los de la serie anime de Naruto, que tambien en una que otra ocasión la castaña con capucha azul había visto, su hipotesis parecía no estar mas cerca de su realidad. Aunque Helena decía que habían muy buenos cosplayers de Naruto.

{☁.   .   Tres días después    .  .☁}

Ambas castañas se encontraban pensativas mientras miraban las nubes pero en un momento extraño el joven jinchuriki había pedido que fueran por algunas moras que podrían encontrar bajeando una montaña. Por lo que en agradecimiento fueron bajando, pero....

Estamos en... ¡¿Naruto?!Where stories live. Discover now