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Taehyung tocó el timbre y ocultó sus manos en sus bolsillos mientras esperaba nerviosamente. Después de pasar una tarde terrible donde las palabras de Jiho daban vueltas dentro de su cabeza, concluyó que era momento de actuar en vez de quedarse atascado en el mismo lugar. Si estaba recibiendo el apoyo de aquella chica, entonces no rechazaría sus buenas intenciones. Además, ¿y si ella creía que él ahora quería huir solo por estar al tanto de los detalles de su relación con Jungkook? Kim suspiró, mirando el piso. En el fondo, a pesar de lo triste y angustiado que se sentía tras saber la verdad, lo que más quería era superar esas emociones y ser un apoyo para las personas que quería. Jungkook era el primero en esa lista, justo ahora. Y después de él, esperaba que Jiho fuera la siguiente. Solo esperaba que ella, con el tiempo, pudiera aceptarlo como un amigo también. Después de ver como Hoseok parecía interesado en ella y cómo hasta Joo había mostrado preocupación, a pesar de desconocer sus circunstancias, estaba seguro de que en su pequeño y confortable grupo había espacio para una persona más. Dos, con exactitud.

Si Jungkook y Jiho podían permitirse ser protegidos y amados por más personas, entonces ellos se asegurarían de ser los mejores amigos del mundo.

Porque no se suponía que el mundo fuera tan terrible como hasta ahora habían vivido.

La puerta se abrió, para su sorpresa. Esperaba que Jungkook lo viera a través de la pantalla y decidiera que sería mejor ignorarlo, después de su último encuentro y lo que, tal vez, Jiho pudo haberle comentado. Sin embargo, ahí estaba; de pie frente a él, luciendo más pequeño que nunca. Jungkook no se había mostrado frágil al hablar de su pasado antes, pero había algo en particular esa noche que lo hacía más semejante a un niño que a ese joven sombrío. Sus miradas se encontraron y el silencio los asfixió como mínimo un largo minuto, y entonces, Jungkook abrió la boca y dijo palabras que jamás esperó escuchar.

―¿Puedes abrazarme? ―pidió en un murmullo.

Taehyung dejó escapar el aire que había mantenido en sus pulmones y quitó sus manos de sus bolsillos, dando un paso hacia el frente. Sintiéndose torpe y cohibido, extendió sus brazos hasta el bonito chico y lo aprisionó contra su pecho. Sus ojos escocieron cuando las manos de este se aferraron a su abrigo, como quien temía a que desapareciera de un momento a otro. ¿Cuán solo se había sentido hasta ese momento? Las personas que se suponía tenían que cuidarlo, lo habían abandonado. Los adultos en quienes debía confiar, no solo le habían fallado, sino que incluso habían demostrado ser unos monstruos.

Tanto a Jiho como a Jungkook les habían fallado sus padres, sus maestros, sus vecinos, sus compañeros; todos aquellos que en algún momento vieron sus heridas y no hicieron nada por ayudarlos. Las personas les habían dado la espalda, habían pasado por su lado con indiferencia aun cuando estaban desesperados, y ese había sido el resultado: Un par de niños que, a lo único que podían aferrarse, era el otro.

No podían culparlos de su visión distorsionada de las relaciones y ese mundo. Y no podían exigirle bienestar y plenitud a quienes desde un inicio solo experimentaron apatía. Al fin y al cabo, había un infierno más grande que la tristeza, y ese era justamente la soledad.

Nadie aprende, nadie aspira, nadie enseña a soportar la soledad.

―Necesito que escuches esto ―dijo Jungkook es voz baja y ansiosa, sin atreverse a distanciarse de él y mirarlo a los ojos―. Antes de ti jamás... jamás me sentí de este modo. No entiendo la urgencia de querer ver a alguien, incluso desde lejos. Jamás sentía la necesidad de ser visto o conocido, pero siempre que hablaba contigo, las palabras salían por si solas y, cuando me daba cuenta, estaba diciéndote a ti más de lo que había dicho en toda mi vida ―hizo una pausa―. Y eso me aterra. Pensar en ti, preguntarme qué estás haciendo, emocionarme por cómo te sientes respecto a mí, me aterra. Porque no quiero estar contigo, no quiero darle a nadie la oportunidad de... ser parte de mi vida. Sin embargo, aun si te alejo, sigues merodeando en mi mente hasta el punto de enloquecerme, y algunos dicen que esto es amor ―finalmente se atrevió a distanciarse de él, mirándolo aterrado―. ¿Y es así? ¿Es realmente amor? Jiho dijo... que debo darme una oportunidad de ser feliz, contigo. ¿Pero cuándo el mundo ha sido tan piadoso, eh? ¿Y si soy feliz y luego... solo ya no estás? ―cuestionó―. ¿Qué haré cuando eso suceda, Taehyung?

Hoy somos azul [TaeKook]Where stories live. Discover now