Todos en algún momento pasamos por algún pasme. Esa noche había pasado por muchos, pero, ¿qué me viera mi madre en plena calentura? Eso sí que no lo superaría nunca.
- ¿Me pueden explicar qué hacen ahí metidos los dos a estas horas de la noche?
Derek y yo nos miramos sin saber qué decir. Él hizo una mueca que me hizo reír, pero cuando miré a mamá, mi risa se esfumó. Estaba parada con los brazos cruzados y en su rostro se podía ver que estaba enojada. Esa mirada me recordaba cuando tenía seis años. Le rompí sus tacones favoritos y me lanzó esa misma mirada, llena de enojo, pero a la vez de frustración.
- ¡No se queden callados y díganme! Susan, a la una, Susan, a las dos...
- ¡Fue él, mamá! ¡Él me lanzó a la piscina!-le dije como si tuviera seis años y estuviera tratando de echarle la culpa a mi hermano. Derek abrió la boca con fingida sorpresa y me tiró agua en la cara. Yo me encogí de hombros y reí.
- Es cierto, Mónica, discúlpame, pero su hija es muy malcriada -replicó Derek y me lanzó una mirada maliciosa.
- No me interesa los motivos, sé muy bien lo que vi. Ahora sal de la piscina, Susan, que mañana tienes clases-me dijo con autoridad. Yo solo bajé la mirada, avergonzada -. ¡Te quiero en casa de inmediato!
Después de decir eso, se fue. Sentía mis mejillas arder. Derek me miraba fijamente, pero yo no podía verle a los ojos. La vergüenza, mezclada con diversión, me invadió.
- Creo que la niñita estará castigada-se burló. Yo le lancé una mirada asesina y lo hundí en el agua. Cuando subió a la superficie, me haló por el cuello y me abrazó.
- Te ves bien mojada -me dijo en susurros. De pronto un calor recorrió mi cuerpo y lo empujé, pues las sensaciones estaban a flor de piel.
- ¡Ay, vete a la mierda!- soltó una carcajada y nadé hacia la orilla, me impulsé y salí de la piscina.
- Adiós - me despedí, dirigiéndome hacia mi casa.
- Hey, espera - trotó hacia mí y me sujetó por el brazo.
- ¿Qué?
- Perdón, Susan -me dijo, apoyando su frente contra la mía. Siempre que lo oía decir mi nombre mi corazón se aceleraba.
- Perdón, Derek -le dije, mientras acariciaba su mejilla. Él tomó mi rostro con sus dos manos y me besó. Fue un beso breve y tierno. Mi corazón se estremeció con ese cálido contacto de nuestros labios.
- Adiós, hermosa -lo observé alejarse. Derek Johnson se estaba metiendo en mi piel y ya no había vuelta atrás.
***
- ¿Y al fin y al cabo quién era la tipa esa?-Me dijo Elizabeth, después de contarle lo de la noche anterior. Estábamos en el comedor de la escuela, actualizándonos de lo que habíamos hecho en el día.
- Pues no sé con exactitud quién es, pero Derek me dijo que era una amiga -contesté, mientras le daba un mordisco a mi hamburguesa.
- Mmm... una amiga. ¿Y cómo estás tan segura de eso?
- Confío en él, Eli. Sé que jamás me mentiría -le dije, mientras le daba un sorbo a mi jugo de manzana.
- ¿Y cómo sabes que no te miente? Cuéntame qué sabes sobre él.
Dejé de comer mi hamburguesa. No me esperaba esa pregunta.
- Eh... bueno, sé que es un presumido, pero sé también que por dentro es muy tierno...
- Okay. ¿Pero qué sabes sobre la vida de él? En qué trabaja, quiénes son sus padres, dónde estudió, qué hace en su tiempo libre.
- Bueno, no pensé que todo eso fuera importante - repliqué, un poco confundida ante esa conversación.
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Mi vecino misterioso
Teen FictionTuve que dejar todo atrás y dar comienzo a una vida distinta a la que tenía. Nuevo hogar, nueva vida y nuevo vecino. Mi vida nunca fue tan complicada hasta su llegada. Un torbellino de emociones atravesé cuando, sin tan siquiera esperarlo, me adentr...