No fue sorpresa encontrarme con Jimin una tercera, cuarta ni quinta vez en la azotea que ahora parecía nuestro punto de reunión. Ciertamente comenzaba a creer que lo estaba haciendo a propósito y de no ser porque había cierto deje de decepción en su rostro cada que impedía de manera no intencional su suicidio, hubiese creído que él lo sabía.
Era divertido, no de la forma en la que te ríes a carcajadas durante horas, pero sus expresiones corporales llenas de furia contenida contrastando lo pequeño y adorable que se veía en comparación al mundo hacían el momento agradable. Se quejaba mucho, demasiado a decir verdad. Una vez comenzaba a hablar no había fuerza sobrenatural más allá de la campana indicando el final del descanso que lo callara; cualquier tema era suficiente para su monólogo insufrible donde resaltaba día con día una nueva razón para tirarse desde el techo, mencionó inlcuso otros métodos, dijo que había intentado usar pastillas, una navaja y hasta mencionó una soga y un banco. Era graciosamente escalofriante la manera en la que lo decía con una sonrisa, haciendo chistes sobre sus fracasos y lloriqueándole al cielo que se lo llevara de una vez. Pero lo era aún más que yo me reía con él y gritara a las nubes un "—¡Está sufriendo demasiado, hazle un favor!—" después de.
La cuarta vez definitivamente fue la mejor. —Me estás cansado, déjame darte una mano.— Dije antes de empujarle suavemente por la espalda hacía el precipicio, sujetándole al instante del cuello de su camisa, pero Jimin se asustó tanto cuando perdió el equilibrio que terminó lanzándose contra mi para evitar caer. Fue una especie de abrazo incómodo que terminó en golpes sin fuerza de su parte y acepté sin rechistar tras habérmelos ganado. Ahí lo supe, sí éramos diferentes.
—¿Realmente quieres morir? —Salió sin pensarlo días después de aquello, más bien era una pregunta retórica que formulé apenas le vi sonreír sinceramente. Tenía un diente ligeramente chueco, incluso astillado y no me sorprendió del todo ni tampoco necesitó explicarlo pues Jimin parecía ser esa clase de persona torpe que tropezaba y chocaba con todo. Se podría decir que aquel aperlado detalle era su personalidad materializada.
No obtuve respuesta aunque de cualquier forma no la esperaba.
KAMU SEDANG MEMBACA
MY -R- 🌼 YM
Fiksi Penggemar"-Cuando estaba a punto de quitarme los zapatos, ahí en la azotea, noté su presencia. También estaba él, con su cabello desordenado ondeando al mismo ritmo que el aire, sus pequeñas manos sujetando su cuerpo al barandal, inseguro, debatiendo sí salt...
