GAUCHE ━━ kageyama

ii.

GAUCHE
¡capítulo dos!

—Señorita Lee, ¿cuál es la respuesta a esta pregunta?

La muchacha tragó saliva con nerviosismo, con los ojos frenéticamente fijos entre la pregunta y su profesora de inglés, Ono-sensei. No, no estaba nerviosa por la pregunta, sino por que le preguntarón delante de toda la clase. ¡Y eso nunca ocurrió! Parecía que a Mina se le pedía que saliera de sus límites, pero era un poco difícil cuando todos sus compañeros la miraban como si fuera un trozo de carne.

—Señorita Lee, ¿su respuesta, por favor? —Preguntó la mujer, en parte también en inglés.

Mina pudo escuchar cómo su corazón latía erráticamente. Con las palmas de las manos húmedas, habló con vacilación. —... La tormenta afectó gravemente a millones de personas.

Y se sentó, con las mejillas encendidas. Mientras la mayoría de sus compañeros la miraban asombrados, ya fuera por su forma de hablar o por sus conocimientos de inglés, Mina no quería mirar a nadie por vergüenza.

—Así es, —asintió Ono y sonrió en señal de aprobación—. En esta frase, usamos afectado. 

La chica de cabello bob era demasiado tímida para levantar la vista, pero de todos modos echó un vistazo a la habitación. Pronto, los ojos de Mina se posaron en cierto hombre de cabello rubio con auriculares colgados del cuello. Si lo recordaba bien, su nombre era Tsukishima. El chico parecía frío e intimidante a sus ojos debido a la forma en que miraba y se alzaba sobre la gente.

Cierto, Ukai lo entrenó.

Su altura no era tan desperdiciada ya que forma parte del club deportivo. La forma en que Tsukishima se alzaba sobre todos era una gran ventaja para el voleibol, especialmente cuando bloqueaba. Mina no era una experta en la materia, sino que sólo sabía algunas cosas de la clase de gimnasia y de ver la tienda con Ukai mientras miraba la televisión.

EL ALMUERZO NO TARDÓ EN LLEGAR.

Abrió la lonchera que Ukai le había entregado esta misma mañana, el arroz Katsu de pollo. Definitivamente no salió vapor cuando la abrió, pero la presentación seguía siendo deliciosa. Mina aplaudió y murmuró antes de coger los palillos. Oh, si sólo hubiera podido comer la propia comida de su madre.

La morena anticipó el día en que volvería a casa y comería una comida casera completa de su madre. Un pedazo de Kimchi sonaba justo. 

—¡Lee-chan!

Un par de manos golpearon la mesa, sorprendiendo a la morena. Levantó la vista y se encontró con un entusiasta par de ojos grises, que brillaban de alegría. Una vez que Mina se asentó de la conmoción recibida, finalmente se inclinó hacia atrás y escudriñó a la chica frente a ella. ¿Quién era? No creía conocer a la entusiasta chica y mucho menos intercambiar nombres.

—¿D-disculpe? 

Luciendo una coleta lateral y unas uñas largas y excesivamente decoradas, esta última sonrió con dientes. —¡Impresionante, hasta tu acento es realmente adorable! Soy Toda Erika, una senpai de tercer año. 

¿Un tercer año que viene al area de primer año? Debía ser algo grande para que viniera aunque no se conocieran. Nerviosa, Mina se lamió los labios agrietados cuando algo le llamó la atención. Justo en el bolsillo del pecho de su camisa había un broche circular bordado con una enorme B cursiva y una corona justo encima.

¿No era eso?

—Oh, ¿te gusta mi pin de BigBang? Queda muy bien, ¿verdad? —Mostró con orgullo el artículo inclinándose más cerca, pero la morena simplemente se inclinó un poco más lejos con una mirada incómoda— ¡He oído que eres de Corea, así que me moría de ganas de conocer a una kouhai tan linda!

Oh, Dios. Mina temía encontrarse con algo así. Su cultura era popular en muchos sentidos y era mundialmente reconocida por todos ya sea por la música o los dramas que producían, ella no estaba muy metida en la cultura popular de su país. Y una situación como ésta era la razón por la que prefería no revelarse.

Ella se quedaba atrás en las tendencias actuales.

—¿A ti también te gustan, Lee-chan? ¿Y qué hay de los otros grupos, que escuchas?

—... Standing Egg. —Ella respondió después de unos segundos, pero esto sólo le valió una sonrisa confusa a esta última. 

—¿Eh? ¿Es un grupo novato? Nunca había oído hablar de ellos. Suena bastante tonto para un nombre, ¿no crees? —Se rió.

Mina forzó una sonrisa forzada al escuchar a su senpai pronunciar esas palabras. Nunca había oído hablar de ellos. Claro que respetaba sus propias elecciones musicales, pero llamarlos tontos la irritaba un poco. El grupo en sí no era sensacional ni estaba de moda, pero le gustaba lo tranquilas y relajantes que eran sus canciones. 

—De todos modos, ¿puedo llamarte mi pequeña dongsaeng a partir de ahora? Parece un poco más bonito que sólo kouhai, —siguió balbuceando Erika—. De hecho, ¡puedes llamarme unnie! 

Oh, señor. 

Mina palideció ante sus palabras antes de levantarse a regañadientes. ¿Quién sabe qué más podía pedirle que no fuera eso? Sólo tenía que ir a un sitio y volver justo antes de que terminara la comida. —Eh, ¿a dónde vas, Lee-chan? 

Y se marchó a toda velocidad. Sin decir nada más, se cruzó con los demás estudiantes de forma rápida. Esto le recordó la reunión de otakus en la biblioteca cercana a su apartamento en Seúl. La mayoría de los adolescentes y los hombres ocupaban todo el lugar y a menudo traían su propia cuota de algo para mostrar. Un chico había llevado un traje de shinigami mientras caminaba por la calle y a su madre casi le da un infarto. 

Mina pudo oír a Erika llamándola por detrás, llamándola dongsaeng y demás. Un escalofrío la recorrió y aceleró el paso. Una vez que bajó el tramo de escaleras, hizo un rápido giro a la izquierda cuando se topó con el pecho de alguien.

No parecía el de una mujer, así que se asomó inmediatamente y sin dudarlo identificó que era un hombre.

Solo su suerte.