Una vez solos, busca de nuevo mis manos y yo gusta, acepto el gesto. Las lleva hasta sus labios y las besa mientras cierrs los ojos... como si mi tacto fuese oxígeno para él.

Así es como me siento.

Siento como si me habiesen devuelto una parte del corazón que creí perdida.

—¿Me extrañaste? —me atrevo a susurrar.

—Cada día vida mía... —recobro el aliento ante sus dulces palabras. Los besos que deja sobre el dorso de mis manos. El agarre sutil, la calidez de sus manos— ¿Y tú? —abre los ojos y por primera vez, existe una mirada tan felina y tan tierna que me intimida hasta la médula.

—Todo el tiempo... —confieso con la voz entrecortada.

—Dime que es... —murmura.

—¿Qué es qué?

—Porque viniste. —cuestiona—. ¿Necesitas algo? ¿Necesitas que...?

—Necesito que salgas de aquí. —el cree que quiero algo a cambio pero en realidad es todo lo contrario. Quiero ayudarlo... quiero que esté libre... quiero que no vuelva a dejarme sola.

De que me sirve tener un padre en el cual pueda "refugiarme" si el mismo es una mierda y me trata como tal.

Mis intentos no serán en vano... porque voy a intentarlo y voy a lograrlo.

—Cariño... —extiende su mano hasta que sus nudillos tocan mi mejilla.
No lo soporto, no puedo... han sido siete eternos años de no verlo, no tocarlo o abrazarlo. Me pongo de pié y me lanzo a sus brazos cuando él también lo hace. Me recibe, me estrecha contra su cuerpo y no me suelta.

—Lad mig aldrig være alene igen... —besa repetidas veces mi coronilla y con sus manos, acaricia mi cabello. Huele a perfume... y tabaco. Tan hogareño como siempre, no deseo alejarme...

He esperado por lo que parece ser mucho para llegar hasta este momento.

—Nunca, aquí me tienes... —susurra—, siempre me tendrás muñequita...

Durante unos segundos, solo me dedico a llorar contra su pecho, sus palabras me tranquilizan. Me dice cuánto me ha extrañado, confiesa cuán importante soy para él y me hace sentir querida en estos cortos veinte minutos.

Es hasta que nos sentamos de nuevo cua do recobramos la compostura.

—Cuéntame, cuéntame todo. —sonríe— Quiero saberlo todo, ¿Estás estudiando? —asiento.

—En un par de meses comienzo mi tercer año. Cada vez falta menos... —asiente orgulloso.

—Lo lograrás. Confío en ti... —parece que ninguno desea soltarse del otro.

Pero yo vine aquí por una razón...

—Tío... —comienzo.

—¿Si?

—Quiero hablar... sobre tu caso.

—¿Qué quieres saber? —comienzo con todas mis dudas, con todas las preguntas que se atremolinan en mi cabeza.

𝐃𝐀𝐃𝐃𝐘 #𝟏 |njh| © Where stories live. Discover now