Mi amor no es ciego.

Capítulo 33

-Mira, lo que ha hecho tu novio.

Emma se sentó al lado de Sabrina, mirando las fotografías. Su rostro no mostraba ninguna expresión, hasta que vio algunas ecografías entre ellas. 

-Este es nuestro hijo. ¿Cómo las ha conseguido? No las tengo ni yo...

-¿Cómo sabes que es vuestro hijo entonces?

-Hay cosas que una madre sabe, ¿vale? Mira, esta soy yo... hace tres años. Qué raro-comentó Emma.

-Está loco.

-No está loco... Supongo que simplemente le llevo gustando mucho tiempo-sonrió la embarazada.

Sabrina rodó los ojos y le pasó los documentos con el de Emma por delante. Ella lo leyó detenidamente hasta que su sonrisa se desvaneció por completo y las lágrimas empezaban a aparecer en su lugar.

-Él... Él me dijo que se iba a quedar al niño. Me lo prometió.

Emma miró a Sabrina, llorando. Esta cogió el papel, leyendo la parte que más había afectado a la chica.

En cuanto al niño... Le he prometido que me quedaré al niño, pero en ningún momento me he comprometido legalmente. Cuando nazca falsificaré una prueba de paternidad negativa y se lo devolveré. No pienso hacerme cargo de un mocoso, aún tengo muchas cosas que hacer. Como matar a la puta ciega y acabar por fin con el sufrimiento de Ana. Solo un poco más, un poco más y la idiota se irá. 

Sabrina carraspeó y puso una mano en la espalda de Emma, quien sollozaba.

-¿Vas a seguir ayudándolo?-preguntó.

Emma se quedó un momento en silencio, todavía llorando. Sabrina continuó hablando:

-El chaval nunca me ha dado buena espina. Solo accedí cuando me llamaste porque pensaba que tenía pasta. Ya sabes, su padre se limpia el culo con billetes de quinientos. Pero el chico es pobre, no tiene ni un duro. Además, me ha estado espiando por cuatro años, por el amor de Dios. Cuatro años. ¡No tenía nada que ver entonces! Y también hizo lo mismo contigo. Y con el ginecólogo, y sus padres, y Finn... ¡Joder, hasta con la puta hija de Finn! Ha estado anotando todo lo que hacíamos para poder manipularnos. Ese niño está loco, Emma. Te has liado con un puto psicópata y ahora tienes un serio problema. Estás comprometida con él, ¡estás cargando con su jodido hijo! ¿Y en serio estás pensando si seguir ayudándolo o no?

-Dijo que se lo iba a quedar en cuanto matase a Laura... Solo tenía que ayudarle...

-¡No ves que te miente!¡¿No lo ves?!¿Cuándo te has vuelto tan ingenua? Tan... 

Sabrina se levantó y se dirigió a la puerta de su habitación. Antes de entrar, se giró por última vez a verla.

-Tú haz lo que quieras, pero dile a tu novio que no cuente conmigo.