Extra 1/2: Te amo a ti

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Pero Jin lo sabe... Siempre lo supo y aún así me eligió.

¿Me eligió verdad?

Aunque ahora ya no quiera mirarme. alguna vez sus ojos brillaron por mí.
Me aferre a aquellos escarpines y entonces sacudí mi cabeza ligeramente.

Tener esos pensamientos no está ayudando.

— Me equivoqué, creí.... yo ... — mi garganta dolía mientras intentaba armar una oración — no quería empeorar las cosas, pensé que iba a crearle más inseguridades y... lo hice todo mal... Él... está... sufriendo porque piensa que me acuesto con ella y yo... no sé que fue lo que hice para que piense eso de mí... — nuevamente volví a sentir que no podía respirar — sí... Admito que estaba molesto por sus las dudas sobre mi fidelidad... Golpearla había ido demasiado lejos. Pero ahora ya no está y yo no sé que debo hacer para que vuelva — ¿Cómo hago para que se quede si ya no quiere hacerlo?

El alfa dió palmaditas en mi espalda y suspiró. No habló por mucho tiempo, no parecía saber que decir y la verdad era que no estaba esperando un consejo, era la primera vez que sentí que estaba bien que no dijera nada. Esa era la respuesta perfecta. Sólo quería que me escuchara.

Nunca oblique a nadie a quedarse, nunca quíse que nadie se quede, estaba bien si sólo era yo. No importaba si se iban porque me tenía a mi mismo.

Pero está persona es alguien a quien quiero cuidar. Sólo quería hacerlo feliz, quería protegerlo y amarlo. Pensé que estaba bien si sólo éramos nosotros dos y luego...

Volví a mirar los escarpines.

Te ame sin siquiera conocerte y me rompiste el corazon cuando te fuiste pero tal vez tú...

"¿me volví loco por querer llorar a mi hijo? Yo sí lo esperaba, no como tu, que no le importo perderlo"

... ¿Pensaste que no lo amaba?, tal vez yo no fui bueno demostrando que lo amaba.

Apreté el par de escarpines carmesí en mis manos.

¿Tu pensaste eso también cachorro y por eso te marchaste?

Perdón.

— Lo dejaré irse... — dejé los escarpines en el escritorio.

— ¿Que estás diciendo? — cuestionó el pálido. Pareció un poco alterado. — ¿Cómo puedes dejar ir a alguien cuando estás así? Tu lo quieres... ¿Por qué harías algo como eso? Sólo fue un malentendido si se lo explicas...

— no lo comprendes... Ya tomó una decisión — sonreí sintiendo mis ojos hinchados — no quiere verme, no quiere hablar conmigo. Está decidido y está muy enfadado conmigo. No quiero que me odie aún más — me levanté y recogí las cosas aún tiradas en el suelo.

Al acomodarlo todo, observé a YoonGi aún mirándome.

— deberías ir a tu casa...

— si salgo de este hospital, lo iré a buscar — confesé — es mejor que me quedé aquí — me senté en la silla y abrí la computadora, tenía que concentrarme en el trabajo.

YoonGi se quedó allí un momento antes de salir de la oficina.

Fue esa misma tarde que ocurrió una operación de emergencia.

Siempre estuve confiado en la sala de operaciones, no era mi primera vez y tampoco iba a ser la última. Ser neurocirujano era algo que amaba hacer pero ahora me sentía como ese día en el que Jin despertó gritando en la noche y lo único que alcance a hacer fue correr hacia el hospital.

No lo ayudé.

Tan inútil.

Sentía que todo se escapaba de mis manos.

Su dolor, sus gritos me aturdían y me desgarraban el alma, no pude actuar como un médico, no pude estar a la altura de las circunstancias sólo me sentí como un alfa estúpido e inexperto.

Y cuando salió aquel beta a decirme que había perdido al bebé, pude realmente darme cuenta de insignificancia, no pude ayudar a Jin, no pude ayudar a mi propio cachorro. No protegi a nadie. Solo pude ser un mero expectador mientras las cosas malas sucedían a los que amaba.

Fue mi culpa.

— ¡Namjoon! — escuché la fuerte voz del alfa a mi lado y observé el bisturí en mi mano. Sentí de repente que la sala se estaba volviendo pequeña.

¿Cómo puedo salvar a otra persona cuando no fui capaz de salvar a mi propio hijo?

Solté el bisturí como si estuviera ardiendo en la palma de mi mano

— ¡NamJoon! — observé a YoonGi quien me miraba con preocupación. Intente decirle que no podía pero solo pude abrir la boca buscando aire. El aire se estaba acabando aquí adentro. Tomé mi cuello sin saber que hacer  — está bien, sólo respira, tranquilo, estás bien... — él estaba intentando consolarme. Pero la verdad es que nada estaba bien. Nada lo estaba.

***
Fue después de esa patética escena que terminé con unos días de descanso.

Fueron demasiados suaves conmigo. Si YoonGi no se hubiera hecho cargo, yo... Estaría sin trabajo en este momento.

Observé el reloj desde la cama en la que estaba recostado. Prácticamente no había salido de esta habitación, a duras penas me había levantado para darle de comer a ruru y me había ido a vacunar. 

Volví mi vista al techo, era el aniversario del cachorro. Me senté en el colchón y lloré. Últimamente parecía que era ló único que sabía hacer.

Estar en esta casa donde puedo sentir su aroma y todas sus cosas aún siguen acomodadas por todo el lugar es lo que no me hace perder la razón pero no es suficiente. Lo extraño.

Quiero que esté aquí, aunque estemos en silencio, los dos, recostados uno al lado del otro.

Quiero verte.

Me levanté de la cama y me vesti.

Iría a visitar a Min Min.

Destruyendo Mi Matrimonio (NamJin) Where stories live. Discover now