Capítulo 15.

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—Vamos, cariño. En esa vieja cama grande se va a sentir muy bien. —Juliana levantó sus brazos como una niña pequeña y Valentina alzó, dirigiéndose a la cabaña.

Ellas se habían quedado dormidas, abrazadas. Pero el frío del aire nocturno en su piel le había despertado. Era temprano en la mañana, pero aun así podrían disfrutar de unas horas de sueño envueltas en las sábanas suaves y cálidas. Valentina se puso los vaqueros, pero no se había molestado en la vestimenta de ella, ellas no se fueron a ninguna parte, sino directamente a la cama. Antes que ella llegara al pie de la escalera, oyó un motor. En el patio estaba Jacob. Cuando él salió de la camioneta, Valentina se volvió hacia un lado, ocultando a Juliana de los ojos de su hermano.

Valentina sabía que algo andaba mal. Tenía que ser así o Jacob, no estaría aquí.

—No tienes el teléfono por satélite conectado. —Jacob se quejó en voz baja.

—Lo siento. ¿Qué pasa?

—Necesitas venir a casa.

—¿Qué es, Jacob? —Valentina estaba asustada.

—Es Joseph.

Juliana lanzó sus cosas. El caballo iba a ser dejado en el corral y uno de ellos volvería por él ese mismo día. Ella salió de la habitación y se unió a ellos cuando se apresuraron hacia la puerta para ir a la camioneta de Jacob. Valentina finalmente consiguió que Jacob le dijera que Joseph estaba herido. Que mal que ellas no lo sabían. A él se le volteó su moto en un accidente durante una carrera en Marble Falls. La familia no había sido notificada de inmediato, sino que había sido trasladado por aire a Dallas y les sometieron a procedimientos para ver lo que el daño era en realidad.

—Él toma demasiados riesgos. —Valentina sufría sabiendo que la vida de su hermano pequeño nunca sería la misma. —¿Está paralizado? —Este era el mayor temor de Valentina.

Desde la muerte de su padre, Joseph se había convertido en un temerario. No había nada fuera de sus límites o demasiado peligroso. El paracaidismo había sido sólo uno de sus descabellados intereses de buscar emociones fuertes para llamar la atención. No era que se había juntado con malas compañías; él existía en la periferia de estos grupos, uniéndose a ellos para entrenamiento y carreras, pero para nada no se sumerge en su estilo de vida. Juliana estaba sentada entre Jacob y Valentina. Ella podía sentir la preocupación y la tensión que emanaba de sus cuerpos. Cada vez que uno de los hermanos Carvajal fuese amenazado o en peligro, todos se unían para derrotar a cualquier adversario que pueda poner en peligro su seguridad. Valentina sentía la mano de Juliana, tirando de ella.

—Estoy muy asustada, Juls.

Ella se dio la vuelta, encerrándola en sus brazos, ofreciéndole todo el confort que podía transmitir con su calidez y su abrazo.

—Él va a estar bien, él tiene que estarlo.

Cuando se detuvieron en la circular camino en frente de la casa principal, Jacob llegó a toda prisa y fuera de control en su camioneta. Noah e Isaac estaban en el porche esperando por ellos. Nathan no estaba por ningún lado. Valentina ayudó a Juliana a subirse a la terraza.

—Ve y verifica a Nathan. Si puedes preparar café bien cargado, te lo agradeceré. Nosotros dejaremos todo preparado aquí y luego algunos de nosotros tendrán que llegar a Dallas.

—Cualquier cosa, haré cualquier cosa. —Juliana se levantó de puntillas y moldeó su cuerpo al suyo. —Tu familia es más que importante para mí.

—Cariño, tú ayudas sólo estando aquí. —Dándole un gran beso, Valentina se acercó a los demás para saber sobre Joseph.

***

Vaquera Ardiente | ✓Where stories live. Discover now