Capítulo 02

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CAPÍTULO 02

El semáforo había quedado en rojo haciéndolo detenerse en aquella esquina, le dio una última inhalación al cigarrillo antes de tirarlo por la ventanilla del auto, miró a su alrededor, eran casi las dos de la mañana, estaba cansado y arrepentido de haber aceptado la invitación de Chris y Anthony. Dio un suspiro cuando la luz del semáforo cambio a verde y el auto empezó a avanzar, estaba por cambiar de velocidad cuando el sonido de un carro lo asustó y lo último que vio fueron los faros de un auto.

Sebastian abrió los ojos de golpe sentándose en la cama, esa pesadilla de nuevo. Había pasado una semana completa desde que había ocupado el departamento y 4 días desde que la misma pesadilla lo atormentaba y lo hacía despertar en medio de la noche bañado en sudor. Froto sus ojos con las palmas de sus manos y se levantó para ir por un vaso con agua a la cocina, una vez tuvo su bebida en sus manos salió hacia la el balcón, tal vez tomar un poco de fresco lo ayude a distraerse y recuperara su sueño.

Se apoyó contra el barandal y observo la calle algo desierta, sintió una mirada detrás de él lo que lo hizo voltear y darse cuenta que no había nada más que una pared, se dio un golpe mental y suspiró. Supuso que era el cansancio y lo dejó pasar, decidió entrar de nuevo al departamento dejando el vaso sobre la mesa de centro y regresó para cerrar el balcón con llave, cuando regresó para terminar el contenido del vaso, este ya no estaba. Lo buscó con la mirada hasta encontrarlo sobre el mueble debajo del televisor, donde había un portavasos. Su rostro reflejaba confusión total, pero debía mantener la calma, supuso que tal vez alguien había entrado al departamento, pero este estaba en total silencio, miró hacia la puerta principal y esta estaba con seguro como lo había dejado la primera vez que fue a dormir. Dio un suspiro y negó con la cabeza, decidió regresar a la cama y dejar pasar la situación, ya mañana buscaría alguna explicación lógica.

°°°


—¿Es enserio lo que dices? — Chris dijo riendo y obviamente sin creerle a su amigo.

—Claro que sí, dejé el vaso justo aquí– señaló la mesa de centro —y al regresar ya no estaba.

—Yo creo que fue tu cansancio Seb, tú mismo dijiste que las pesadillas te han estado despertando en las noches, tal vez eso.

Chris asintió dándole la razón a Mackie, ambos amigos habían ido a visitar al ojiazul a su nuevo departamento. Cuando llegaron Sebastian estaba echado en el sofá viendo la televisión, así que aprovechó para contarles a sus amigos los extraños sucesos que vivía desde que llegó a aquel departamento.

—Tal vez está embrujado, debiste preguntar por los dueños anteriores— respondió Chris bebiendo el resto de cerveza que le quedaba en la botella.

—Espera, ¿No preguntaste sobre los dueños anteriores o si algo ha pasado aquí?

Mickie preguntó viendo con asombro a Sebastian, y la verdad que no lo había hecho. El señor Wilson solo le había dicho que la familia dueña del lugar era algo reservada y que no había mucha información para dar.

—Supongo que debí hacerlo— dijo encogiéndose de hombros.

—De todas formas, el encargado debió decirte algo, él tiene la obligación de decirte y tú el derecho de saber. Tal vez los vecinos sepan algo. Debes preguntar— Mickie le aconsejo y bebió de su cerveza.

Sebastian hizo una nota mental para preguntarle a los vecinos, él sus amigos platicaron por un rato más hasta que ellos tuvieron que irse con la excusa de que Chris había conseguido una cita con una rubia que se llamaba Scarlett, el ojiazul le deseo suerte a su amigo mientras lo veía bajar por las escaleras del edificio seguido de Mickie quien le hizo un gesto con la mano. Vio su reloj en la pared, marcaba las 7:30. Decidió tomar una ducha y retomar lo que hacía antes de que sus amigos llegaran a visitarlo.

El agua tibia recorría su cuerpo, terminó de enjuagar su cabello y abrió la puerta de la regadera para tomar su toalla y ponerla sobre sus caderas, escuchó un ruido proveniente del cuarto, frunció el ceño y se dispuso a salir para ver qué pasaba. Al abrir la puerta del baño vio a una pelirroja parada justo frente a él sostenido lo que parecía ser una cuchara de cocina, el castaño se asustó y retrocedió por impulso.

—¿Q-quién eres? — pregunto confundió y con algo de miedo —¿Qué haces aquí, como entraste a mi casa?

La chica lo vio confundida, —¿Tú casa?, Esta es mi casa y tú eres el que la está invadiendo.

Cuando la chica iba a entrar al baño está se desvaneció por completo haciendo que la cuchara cayera al suelo haciendo ruido. Sebastian por otro lado sintió como el alma se le salía del cuerpo al ver lo que pasó. Miró la cuchara tirada y luego con precaución salió del baño, estando en el pasillo miró hacia todos lados en busca de aquella pelirroja, pero no encontró a nadie.

Con sus manos temblando sacó unos bóxers del cajón del pequeño clóset y se los puso, estaba por sacar el resto de su ropa cuando la volvió a escuchar.

—Será mejor que salgas de aquí o llamaré a la policía.

Sebastian giró inspeccionado el cuarto con su vista, pero no había nadie, por un momento creyó que su mente le jugaba una broma de muy mal gusto. Suspiró.

—Esto no está pasando, estoy quedando loco.

—Coincido, solo los locos entran a casas que no les pertenecen— ahí estaba esa voz de nuevo.

Ahí estaba ella también, parada justo frente a él viéndolo de una manera en la que el juraba que ella lo estudiaba. Él tomo una respiración para calmar sus nervios, si esto no era un juego de su mente tenía que comprobarlo. Con su mano derecha intento tocar a la chica, pero la pasó como si no hubiera nada frente a él, por otro lado, ella lo miró extrañada y hasta cierto punto asustada.

—¿Qué crees que haces idiota? — ella respondió a la defensiva, mientras se alejaba unos pasos se él.

—Y-yo, ¿Quién eres?, O más bien ¿Qué eres? ¿Qué haces aquí?

Preguntó tomando un poco de valor rogando no estar demente. La chica hizo un gesto de confusión hacia las palabras del Sebastian. Un dolor de cabeza le vino de repente, sujeto esta con ambas manos y camino hasta quedar sentado sobre la cama, no supo cómo y tampoco supo por qué, pero quedó recostado sobre está perdiendo por completo la razón.

Como si fuera cierto | Sebastian StanWhere stories live. Discover now